
?Qu¨¦ mira un enfermo desde la cama?
John Mamani Flores pas¨® un mes y medio entre hospitales por culpa de su pulm¨®n izquierdo y fotografi¨® toda su traves¨ªa por el desierto con su tel¨¦fono. He aqu¨ª el diario de un paciente aburrido. Por ALEX AYALA

Post en Facebook: 5 day ¨Cen Cl¨ªnica Gessba (Potos¨ª).
Mamani se intern¨® en la cl¨ªnica Gessba despu¨¦s de varias semanas con molestias en los pulmones y de una noche terrible en la que sinti¨® ardores y punzadas por todo el pecho. En su habitaci¨®n hab¨ªa un cuadro con una iglesia y un cilindro con ox¨ªgeno. En la fotograf¨ªa, saluda a una prima que le pidi¨® se?ales de vida. ¡°Aquel d¨ªa yo estaba hinchado, quiz¨¢s por culpa del succionador ¡ªprecisa¡ª. Una noche algo pas¨® con el aparato y sent¨ª c¨®mo se llenaban de aire la cara y el cuello¡±. ¡°Para utilizar la mascarilla de ox¨ªgeno ten¨ªa que sujetarla con una de mis manos. Era un poco inc¨®modo, la verdad, pero no consegu¨ªa ajust¨¢rmela bien de otra manera¡±.
En la cl¨ªnica Gessba ¡ªperteneciente al circuito de la sanidad privada¡ª, John gozaba de algunas comodidades: ten¨ªa un cuarto para ¨¦l solo, televisi¨®n y ba?o privado. ¡°Los primeros d¨ªas estaba bastante animado ¡ªdice Mamani¡ª.Pero uno de mis pulmones se llenaba de l¨ªquido y los doctores que me ve¨ªan comenzaron a preocuparse¡±. En Potos¨ª, una ciudad que siempre ha sido minera, las afecciones relacionadas con los pulmones son habituales. Lo extra?o del caso de John es que, a pesar de que no se dedicaba a la actividad extractiva, su pulm¨®n se ve¨ªa como el de un minero enfermo.
John Mamani Flores
Septiembre de 2014
Una radiograf¨ªa es un mapa complejo que nos da pistas para entender la geopol¨ªtica del cuerpo, un pedazo de pl¨¢stico con formas blancas, como volutas de humo, que esconde mensajes cifrados: a veces nos indica el camino hacia la salvaci¨®n o hacia el purgatorio; y cuando el estado del paciente es grave, suele convertirse en una sentencia de muerte.
Una de las primeras que le hicieron a John Mamani anunciaba marejada. En la fotograf¨ªa que ¨¦l sac¨® mientras se la explicaban, hay varias manos que fijan la placa en una ventana cerrada para distinguir ¡ªy traducir¡ª los claroscuros. ¡°El de los lentes, el de la izquierda ¡ªexplica Mamani¡ª, era el neum¨®logo. Y el de la derecha, el cirujano¡±.
Ambos le hicieron notar que uno de sus pulmones no inflaba correctamente: de ah¨ª, sus s¨ªntomas de asfixia. En la radiograf¨ªa el pulm¨®n afectado es una mancha blanca: una especie de caverna invadida por una neblina. ¡°Yo era consciente de que algo pasaba porque mi cuerpo no reaccionaba ¡ªdice Mamani¡ª. Y comenc¨¦ a desconfiar de todo¡±. Y tambi¨¦n, a cansarse del mismo decorado d¨ªa tras d¨ªa.
John Mamani Flores
23 de septiembre de 2014
Mamani no sab¨ªa nunca a qu¨¦ hora le caer¨ªan. De repente, la puerta de su habitaci¨®n se abr¨ªa y los miembros del equipo que lo evaluaba entraban a su habitaci¨®n uno por uno y lo rodeaban, como si se tratara de un pelot¨®n antes de disparar el tiro de gracia. Durante su 'via crucis', John recibi¨® varios diagn¨®sticos: tras la primera revisi¨®n, le dijeron que posiblemente ten¨ªa una neumon¨ªa fuerte; y luego, que hab¨ªa un derrame de pleura. ¡°Me hicieron una peque?a cirug¨ªa para extraer el l¨ªquido del pulm¨®n izquierdo, pero no me estabilizaba. No sab¨ªa bien a qui¨¦n creer. A veces parec¨ªa ir todo bien y un d¨ªa despu¨¦s las cosas se complicaban. Yo notaba a mi familia muy intranquila porque no mejoraba¡±. Por aquel entonces, los que estaban m¨¢s cerca de Mamani eran su abuelo, un hermano mayor que ¨¦l y su abuela. Su madre vive en otra ciudad boliviana y su padre, en Espa?a.
En la fotograf¨ªa que John tom¨® durante una de las visitas del gabinete m¨¦dico, vemos a cuatro hombres, dos mujeres y una silueta oscura al fondo con una gorra. Una de las dos mujeres apunta algo en lo que parece una agenda. Y nadie mira a John a la cara. ¡°A veces, hac¨ªa preguntas ¡ªrecuerda ¨¦l¡ª. Ten¨ªa miedo de que se equivocaran¡±.
John Mamani Flores
Septiembre de 2014.
Un televisor prendido en un cuarto de hospital es ruido: la telenovela, la pel¨ªcula mala de sobremesa para acompa?ar la siesta, los bustos parlantes del noticiero. ¡°A menudo, yo ten¨ªa el m¨ªo encencido, pero no sol¨ªa prestarle ninguna atenci¨®n¡±, recuerda John.
Simplemente descansaba o estaba inmerso en sus pensamientos. Una de sus fotograf¨ªas interpret¨® estos renglones vac¨ªos a la perfecci¨®n. En ella, todo est¨¢ en penumbras. Todo menos una tele cuadrada que brilla (menos ese cuadrado blanco que no transmite nada).
John Mamani Flores
28 de septiembre de 2014.
¡°Una de las cosas m¨¢s desagradables era el suero. No te dejaba hacer nada¡±, dice John.
Cuando se recostaba, su postura era casi siempre la misma: el brazo estirado, las palmas arriba, una rodilla doblada, una zapatilla deportiva sobre la cama. En una de sus entradas en Facebook, John se queja: ¡°fak¡± (joder), escribe. En una de los retratos que subi¨® a las redes sociales, su mano est¨¢ inflamada (#blackandwhite dice su hashtag).
¡°A veces ¡ªcuenta¡ª, hasta era molesto sostener el celular. Y peor a¨²n, tratar de hacer fotograf¨ªas¡±.
En otra de sus im¨¢genes, esta vez deformada ¡ªla tom¨® con un ojo de pez que se adaptaba a su Iphone¡ª, hay una enfermera con un brazo imposible que se acerca con una jeringuilla para extraer sangre. ¡°De vez en cuando, ten¨ªa que salir del hospital para que me hicieran mis ex¨¢menes de laboratorio en otro centro. Eso es bastante com¨²n en Bolivia (que te hagan ir de un lado a otro porque el lugar en el que est¨¢s no cuenta con todo lo que necesita el paciente). Y me parece una tortura. Utilic¨¦ el ojo de pez porque hac¨ªa ver a la mujer m¨¢s amenazante. Porque reflejaba la angustia de esos momentos¡±.
John Mamani Flores
Septiembre de 2014.
John sol¨ªa ir de un hospital a otro en taxi. Desde el auto, ve¨ªa el engranaje de la ciudad en movimiento, pero no se sent¨ªa part¨ªcipe de nada de lo que ocurr¨ªa m¨¢s all¨¢ del vidrio desde el que observaba.
¡°A veces pensaba que no podr¨ªa volver a caminar por muchas de las calles por la que pas¨¢bamos¡±, recuerda. Por aquel entonces, los sentimientos de John eran una suerte de monta?a rusa: ¡°un d¨ªa me levantaba entusiasmado porque no me dol¨ªa nada y despu¨¦s volv¨ªan las molestias y deseaba una vida normal y corriente¡±.
¡°La fotograf¨ªa en el taxi me la saqu¨¦ para envi¨¢rsela a un amigo que quer¨ªa saber c¨®mo estaba¡±. Esos selfies casuales le serv¨ªan para comunicarse, para que no lo olviden.
John Mamani Flores
29 de septiembre de 2014.
Post en Facebook: "El problema persiste. Me internan de nuevo. Ma?ana me programan una toracotom¨ªa o algo as¨ª. Por si acaso no vuelven a tener noticias de m¨ª, una 'selfie' con mi perro; con Soquete en Hospital General Daniel Bracamonte.
En la fotograf¨ªa, John Mamani luce unas gafas de sol y posa junto a un perro de pelaje marr¨®n y bigotes desordenados que adopt¨® tras verlo deambulando por el barrio varias veces. Aquel d¨ªa, mataba el tiempo cerca de su casa antes de partir en taxi con rumbo al hospital Bracamonte, el tercero que visitaba desde que enferm¨® del pulm¨®n izquierdo, y se ve¨ªa como un rockstar en sus horas bajas, tras una gira.
¡°El perro fue el ¨²nico que se acerc¨® mientras esperaba", recuerda. "Para m¨ª era un momento de incertidumbre. La operaci¨®n implicaba riesgos y no dejaba de pensar en eso. Si algo fallaba, me quedar¨ªa con un solo pulm¨®n. Y eso en Potos¨ª (a cuatro mil metros de altura) es muy peligroso¡±.
La amputaci¨®n de un pulm¨®n o de uno de sus l¨®bulos es una medida extrema, y no es recomendable si no hay una emergencia de por medio. Sobrevivir con un pulm¨®n es posible, pero solo cuando el otro est¨¢ en condiciones de suplir la presencia de ambos.
John Mamani Flores
Septiembre de 2014.
Antes de la ¨²ltima intervenci¨®n quir¨²rgica, trasladaron a John al hospital Bracamonte, que forma parte del sistema de sanidad p¨²blica de Bolivia. Centros como el Bracamonte ofrecen tratamientos de bajo costo a los asalariados, pero, para que te atiendan, a veces hay que sacar ficha en la madrugada y luego esperar durante horas al especialista. Los que no est¨¢n afiliados a la Caja Nacional de Salud, como Mamani, tienen que cubrir los gastos con su patrimonio. La cuenta le supuso a John sacrificar lo que hab¨ªa ahorrado durante meses para comprar una computadora. ¡°Pero no puedo quejarme, por lo menos yo pude costear mi intervenci¨®n. A mi lado hab¨ªa personas que no ten¨ªan plata ni para los medicamentos¡±. La realidad boliviana es dolorosa y en ocasiones, surrealista: seg¨²n el diario P¨¢gina Siete, en algunos hospitales retienen a los pacientes cuando no pagan; y en otros hay pacientes que se escapan antes de recibir el alta para no afrontar su deuda.
Entre los que compart¨ªan cuarto con Mamani (es decir, entre sus vecinos), hab¨ªa gente muy humilde que para adquirir sus remedios se ve¨ªa obligada a dejar sin comida al resto de la familia. En ocasiones, ¨¦l se distra¨ªa fotografiando a los m¨¦dicos residentes o se deslizaba por alg¨²n pasillo y se fotografiaba a s¨ª mismo mientras caminaba. Un d¨ªa falleci¨® uno de sus compa?eros de habitaci¨®n, un se?or mayor que cuando lleg¨® estaba en estado cr¨ªtico, y John pens¨® que a cualquiera le pod¨ªa suceder lo mismo. Y despu¨¦s fue incapaz de retratar la cama que dej¨® vac¨ªa: las s¨¢banas arrugadas con olor a muerto.
John Mamani Flores
30 de septiembre de 2014.
La instant¨¢nea del momento cumbre, en el que John sale del quir¨®fano tras una cirug¨ªa exitosa, la sac¨® su hermano. ¡°Estuve all¨ª alrededor de ocho horas ¡ªrecuerda ¡ª. Antes de la anestesia, intent¨¦ dejar la mente en blanco y luego, supongo, comenz¨® todo¡±. ¡°Yo suelo explicarlo de manera simple: mi pulm¨®n se hab¨ªa comprimido. Estaba perforado y hab¨ªa que parchearlo. Me abrieron las costillas unos veinticinco cent¨ªmetros para que el doctor procediera y, cuando acab¨® la operaci¨®n y despert¨¦ atontado, me sent¨ª aliviado¡±.
En la imagen que refleja la salida del quir¨®fano, Mamani est¨¢ inconsciente. Una mano dibujada en un papel que est¨¢ pegado sobre un cristal proh¨ªbe el paso. Uno de los m¨¦dicos mira a la c¨¢mara (al tel¨¦fono) y el otro mira hacia John y parece estar a punto de comentar algo. ¡°Nunca sabes c¨®mo vas a salir de all¨ª¡±, dice ahora Mamani¡ª. A una chica operada de algo parecido no le agarr¨® tan bien la anestesia y grit¨® toda la noche¡±.
Post en Facebook trece d¨ªas despu¨¦s de la intervenci¨®n: "Saliendo del postoperatorio (¡). Ya en casa recuperando el tiempo perdido #blackandwhite".
John Mamani Flores
10 de octubre de 2014.
Post en Facebook: "Buenos d¨ªas #tbt #sky #moon #potos¨ª #instagramers #picoftheday"
Muchas de las fotograf¨ªas que hizo John mientras estuvo internado las public¨® en las redes sociales en blanco y negro: la taza del ba?o blanca, las mantas negras, las baldosas blancas, los contornos de los ojos, en semipenumbra, los pulmones, entre el blanco y el negro. El color lo reserv¨® para los amaneceres y los atardeceres que contemplaba desde su ventana o desde alg¨²n pasillo.
¡°Un buen amanecer es espectacular ¡ªdice Mamani¡ª, pero no amanece as¨ª (como en la imagen que muestra desde su tel¨¦fono: el naranja que dibuja una l¨ªnea en el horizonte, el azul intenso, la luna desapareciendo) todos los d¨ªas¡±.
John Mamani Flores
13 de octubre de 2014.
Post en Facebook: "Matecito 'pa' empezar la fisioterapia a 'full' #instafood".
¡°A veces, la comida en el hospital p¨²blico era horrible", dice Mamani. "No ten¨ªa sal, no sab¨ªa a nada¡±. Arroz, otra vez arroz, de nuevo arroz, ni un min¨²sculo pedazo de carne. Una de las primeras cosas que hizo John cuando le dieron el alta es prepararse un buen mate caliente.
En la foto que John public¨® en Facebook el 13 de octubre de 2014, el taz¨®n humea. En los ¨¢lbumes de su tel¨¦fono celular hay otras im¨¢genes muy parecidas: un brazo de gitano, un chocolate a la taza, sopa de pollo, un tentempi¨¦ a media ma?ana.
La recuperaci¨®n, recuerda, lo alej¨® de todos los vicios: ¡°Nada de pucho. Nada de alcohol, nada de nada¡±, sonr¨ªe. ¡°En mis sesiones de fisioterapia, me daban globos para que los inflara. Tambi¨¦n trabaj¨¢bamos con mi respiraci¨®n y me masajeaban la espalda¡±.
John Mamani Flores
14 de octubre de 2014.
Post en Facebook: "Volviendo al ruedo #birds #instagramer #picoftheday #photographer"
¡°El m¨¦dico me pidi¨® que caminara", explica, "que caminara lo que pudiera¡±. El periodista Ander Izagirre asegura que las caminatas sin solemnidades ni preocupaciones de por medio le permiten al cerebro ¡°enlazar ideas, tonter¨ªas ocurrencias¡±. Son terapia. A John le sirvieron para recuperar el tiempo y el oxigeno que hab¨ªa perdido. ¡°A m¨ª lo que me recomend¨® el doctor es que me canse", se r¨ªe. "Y eso hice¡±. Una de las primeras fotos que hizo tras recibir el alta est¨¢ movida y nos muestra una calle estrecha. Otra mira hacia arriba y pone el foco en unos p¨¢jaros que descansan sobre unos cables.
John Mamani Flores
Diciembre de 2015.
John volvi¨® a sus clases de universidad y al canal televisivo donde trabajaba. Ya no fuma. Casi nunca toma caf¨¦. Ha desterrado de su dieta los aj¨ªes y picantes. Su pulm¨®n izquierdo funciona casi como antes. Las heridas han cicatrizado.
John Mamani Flores