Unicornios y gatos persas
En Europa se generan cada vez m¨¢s empresas tecnol¨®gicas, pero el capital para hacerlas progresar sigue siendo escaso; es una gran oportunidad inversora. Espa?a est¨¢ en el furg¨®n de cola de la inversi¨®n en tecnolog¨ªa, un retraso que debe corregirse
Europa se ha convertido en un continente de f¨¢bulas. En el norte abundan animales singulares, los unicornios, como cuentos de hadas que se hicieron reales. En el sur, al contrario, abundan los gatos persas. Esta es quiz¨¢s otra de las grandes fracturas entre el norte y el sur que recorren nuestro continente: mientras el norte apuesta masivamente por la innovaci¨®n y la creaci¨®n empresarial, en el sur nos quedamos atrapados, contemplando, de manera pasiva y espl¨¦ndida, las puestas de sol sobre los mares de ladrillo.
Los unicornios son empresas tecnol¨®gicas de m¨¢s de 1.000 millones de valoraci¨®n que ahora empiezan tambi¨¦n a poblar (casi) toda Europa. Hay actualmente unos 145 unicornios en el mundo, incluyendo a China, India, Corea o Rusia. La mayor¨ªa abundan en Estados Unidos, pero en Europa ahora se est¨¢n creando al ritmo de uno al mes desde 2015. El primero ven¨ªa del fr¨ªo, ha surgido en los pa¨ªses b¨¢lticos y escandinavos. Se llam¨® Skype. Naci¨® en un rinc¨®n remoto, en Estonia, de la mano de un sueco y un dan¨¦s. En resumen, una gran aventura europea para contar a los ni?os de ma?ana al calor de una chimenea.
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El sueco, Niklas Zennstr?m, se ha convertido desde entonces en un icono empresarial, vendiendo su startup [empresa tecnol¨®gica de creaci¨®n reciente] por 2.600 millones en 2005 a la norteamericana eBay. Unos a?os m¨¢s tarde, en 2011, la comprar¨ªa Microsoft por 8.500 millones de d¨®lares. A pesar de ello, Zennstr?m sigue siendo todo salvo un gato persa contemplativo. Tuve la suerte de conocerlo a mediados del 2015 y vernos en muchas ocasiones desde entonces. Siempre sencillo, siempre con el mismo af¨¢n de escuchar, y de convencer de que Europa no es un continente zombi desde el punto de vista tecnol¨®gico. Todo lo contrario: ahora, como dice, los unicornios surgen de todos los rincones del mundo, incluso de las ciudades m¨¢s remotas de Europa.
Y tiene raz¨®n: a lo largo de esta d¨¦cada Europa ha creado una tercera parte de los unicornios que existen hoy en d¨ªa en el mundo. Y el ritmo de creaci¨®n se est¨¢ acelerando. Tenemos as¨ª ahora m¨¢s de 40 unicornios europeos con un valor acumulado que supera los 120.000 millones de d¨®lares (en el mundo superan los 500.000 millones, aunque muchos sean valoraciones de papel, m¨¢gicas e irreales). En Estocolmo estuve con los fundadores de Klarna y de Spotify. Pasearse por sus empresas es recorrer tambi¨¦n nuevas maneras de encarar el futuro en nuestro continente. Sin duda, Londres es la capital europea con casi la mitad de los unicornios del continente. Pero no nos enga?emos: la mayor¨ªa proceden de la periferia. El fundador de Farfetch es portugu¨¦s; el de Just Eat es dan¨¦s; los de Transferwise llegaron desde Tall¨ªn, la capital de Estonia.
Mientras en nuestro pa¨ªs abundan las gr¨²as, Israel ha pasado de las naranjas al Nasdaq
Probablemente la edad de oro de los unicornios europeos est¨¦ por delante. Todos tendr¨¢n que superar las pruebas de fuego de la cotizaci¨®n y confirmar su estatuto de gran empresa. Europa presenta sin embargo una paradoja ¨²nica: las valoraciones, los precios de entrada en startups, son m¨¢s bajos que los que se ven en Estados Unidos. En promedio, la valoraci¨®n empresarial de las series A (fase que sigue a la de los business angels) es de siete millones de d¨®lares, en comparaci¨®n con los 13 de promedio que ostentan en Estados Unidos. En 2014-2015, en las series B que siguen es todav¨ªa m¨¢s amplio el diferencial: la valoraci¨®n de las empresas es de 19 millones de d¨®lares de promedio en Europa y de m¨¢s de 50 en Estados Unidos, es decir, casi tres veces inferiores.
Dicho de otra manera, Europa (todav¨ªa) genera menos unicornios que Estados Unidos (dos veces menos), pero en Estados Unidos se necesita 5,5 veces m¨¢s capital para crearlos. Y m¨¢s importante todav¨ªa: mientras hay cada vez m¨¢s startups en Europa, el capital que se moviliza para invertir en ellas si bien crece (en parte por los fondos norteamericanos), sigue habiendo una brecha muy grande con Estados Unidos. Entre 2010 y 2015 se moviliz¨® cinco veces m¨¢s venture capital [inversi¨®n en el capital de empresas no cotizadas en fases tempranas de desarrollo] en Estados Unidos que en Europa. Y cuando nos volcamos en las series B y adelante (es decir, cuando se necesitan grandes cantidades de capital), ese diferencial crece todav¨ªa m¨¢s: hay 14 veces m¨¢s capital disponible en Estados Unidos que en Europa. La conclusi¨®n es sencilla. En Europa se generan cada vez m¨¢s empresas tecnol¨®gicas pero los fondos disponibles para capitalizarlas siguen siendo escasos, y por tanto hay aqu¨ª una gran oportunidad inversora.
Mientras, en nuestro pa¨ªs abundan de nuevo las gr¨²as y siguen reinando los gatos persas. Nuestros pol¨ªticos poco saben sobre los unicornios. Ellos tambi¨¦n pertenecen al mundo de los gatos persas. En los (no) debates pol¨ªticos actuales apenas hablamos del pa¨ªs que queremos ser; nadie habla de una naci¨®n soleada que podr¨ªa pasar de las naranjas al Nasdaq (como ha hecho Israel). La gran novedad de este siglo, sin embargo, es que se ha desatado una revoluci¨®n tecnol¨®gica sin precedentes, la del Internet industrial. Las llamadas startups abundan ahora en todas la geograf¨ªas del mundo, y no solo se limitan a Palo Alto. ?Sabremos tambi¨¦n (a)saltar ese mundo?
En Europa se necesita 5,5 veces menos capital que en Estados Unidos para crear empresas avanzadas
Sue?o con un pa¨ªs de unicornios. Israel, con apenas 10 millones de habitantes, se ha convertido en una naci¨®n generadora de media docena de ellos, igualando a Suecia (con tambi¨¦n menos de 10 millones de habitantes). El capital invertido en startups en Espa?a en 2015 alcanz¨® un r¨¦cord de 600 millones de d¨®lares (un hito para celebrar), pero sigue muy lejos de los m¨¢s de 5.000 millones de d¨®lares invertidos en India o de los m¨¢s de 1.000 millones en Israel (con cinco veces menos habitantes que Espa?a). Sobre todo las ventas de startups en Espa?a siguen muy rezagadas: en Israel alcanzaron m¨¢s de 7.000 millones en 2015, es decir, siete veces m¨¢s que lo invertido y casi 100 veces m¨¢s de lo que se ha conseguido vender desde Espa?a.
Europa se ha convertido en un continente de aventuras tecnol¨®gicas. Sue?o que Espa?a se sume a ellas. Pero para ello deberemos dejar de ser gatos persas, contemplando c¨®mo la innovaci¨®n y la creaci¨®n empresarial irrumpen en el norte del continente, y c¨®mo nosotros, en el sur, seguimos, los lunes al sol, estir¨¢ndonos espl¨¦ndidos como linces ib¨¦ricos. Una amiga, empresaria, inversora, alma inquieta de este pa¨ªs y amante de Barcelona, me lo dijo as¨ª: los gatos persas abundan, deja de perder el tiempo y la energ¨ªa con ellos. De esto se trata: olvidarnos de ellos para, unos crear unicornios, otros invertir en ellos, y todos buscar un pa¨ªs mejor, un pa¨ªs posible. Una Espa?a 3.0.
Javier Santiso es Profesor de Econom¨ªa del IE Business School. Es autor de Espa?a 3.0: Necesitamos re-setear el pa¨ªs (Planeta).
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