Circo y periodismo
La entrevista de Sean Penn al Chapo Guzm¨¢n s¨®lo se entiende por la frivolidad que contamina la vida pol¨ªtica, que conduce al reemplazo de las ideas por el espect¨¢culo
Una de las profesiones m¨¢s peligrosas en el mundo de hoy es el periodismo. Cada a?o aparecen, en los balances que hacen agencias especializadas, decenas de reporteros, entrevistadores, fot¨®grafos y columnistas secuestrados, torturados o asesinados por fan¨¢ticos religiosos y pol¨ªticos, dictadores, bandas de criminales y traficantes, o due?os de imperios econ¨®micos que ven como una amenaza para sus intereses la existencia de una prensa independiente y libre.
Este contexto explica, sin duda, la indignaci¨®n que ha causado la entrevista que llev¨® a cabo el actor Sean Penn al asesino y narco mexicano, el Chapo Guzm¨¢n ¡ªcuya vertiginosa fortuna lo ha hecho figurar entre los hombres m¨¢s ricos del mundo seg¨²n la revista Forbes¡ª, poco antes de ser capturado por la infanter¨ªa de marina de M¨¦xico. La entrevista, que apareci¨® en la revista Rolling Stone, es mal¨ªsima, una exhibici¨®n de egolatr¨ªa desenfrenada y payasa y, para colmo, desbordante de simpat¨ªa y comprensi¨®n hacia el multimillonario y despiadado criminal al que se le atribuyen cerca de tres mil muertes adem¨¢s de incontables desafueros, entre ellos gran n¨²mero de violaciones.
Otros art¨ªculos del autor
Sean Penn es muy buen actor y tiene fama de ¡°progresista¡±, t¨¦rmino que, trat¨¢ndose de gente de Hollywood, suele significar una debilidad irresistible por los dictadores y tiranuelos tercermundistas. Lo ha mostrado, en un magn¨ªfico art¨ªculo, Maite Rico (Fascinaci¨®n eterna por el d¨¦spota, EL PAIS, 17/1/2016), quien recuerda los ditirambos del actor (y de Michael Moore y Oliver Stone) a Fidel Castro y a Hugo Ch¨¢vez: ¡°Una de las fuerzas m¨¢s importantes que hemos tenido en este planeta¡±, ¡°l¨ªder fascinante¡±, ¡°le tengo amor y gratitud¡±, etc¨¦tera. ?C¨®mo explicar¨¢ el actor, entonces, que en los ¨²ltimos comicios el setenta por ciento de los electores venezolanos haya repudiado de manera tan categ¨®rica al r¨¦gimen chavista? Probablemente, ni se ha enterado de ello.
El caso de Sean Penn s¨®lo se entiende por la extraordinaria frivolidad que contamina la vida pol¨ªtica de nuestro tiempo, en el que las im¨¢genes han reemplazado a las ideas y la publicidad determina los valores y desvalores que mueven a grandes sectores ciudadanos. Elogiar a Fidel Castro, ¡°el hombre m¨¢s sabio del mundo¡± seg¨²n Oliver Stone, es una pat¨¦tica exhibici¨®n de cinismo e ignorancia, equivalente a sentir admiraci¨®n por Stalin, Hitler, Mao, Kim il Sung o Robert Mugabe, y defender como mod¨¦lica a una dictadura de m¨¢s de medio siglo que ha convertido a Cuba en una prisi¨®n de la que los cubanos tratan de escapar como sea, incluso desafiando a los tiburones. Y no lo es menos considerar una estrella pol¨ªtica planetaria al comandante Ch¨¢vez, cuyo r¨¦gimen transform¨® a Venezuela en un pa¨ªs pobre, violento y reprimido, cuyos niveles de vida caen cada d¨ªa m¨¢s por culpa de una inflaci¨®n galopante ¡ªla m¨¢s alta del mundo¡ª y donde la corrupci¨®n y el narcotr¨¢fico se han enquistado en el coraz¨®n mismo del Gobierno.
Los ¡°progresistas¡± de Hollywood defienden reg¨ªmenes opresores y a delincuentes comunes
Qu¨¦ c¨®modo es para estos personajes, desde Hollywood, es decir, desde la seguridad jur¨ªdica ¡ªnadie ir¨¢ all¨¢ a despojarlos de sus casas, negocios, inversiones, ni a tomarles cuenta por lo que dicen y escriben¡ª, el confort y la libertad de que gozan, jugar a ser ¡°progresistas¡±, aceptando invitaciones de s¨¢trapas ineptos, que los tratan como reyes y los adulan, halagan y regalan, y a defender reg¨ªmenes opresores y brutales, que hacen vivir en el miedo, la escasez y la mentira a millones de ciudadanos a los que han quitado la palabra y los m¨¢s elementales derechos. Ahora, adem¨¢s de dictadores, los ¡°progresistas¡± de Hollywood defienden tambi¨¦n a delincuentes comunes y asesinos en serie, como el Chapo Guzm¨¢n, pobre hombre que, seg¨²n Sean Penn, lleg¨® al delito porque era la ¨²nica manera de sobrevivir en un mundo atrofiado por la injusticia y los oligarcas.
El periodismo, por desgracia, es tambi¨¦n una de las v¨ªctimas de la civilizaci¨®n del espect¨¢culo de nuestros d¨ªas, donde aparecer es ser y la pol¨ªtica, la vida misma, se ha vuelto mera representaci¨®n. Utilizar esta profesi¨®n para promoverse y difundir ideas fr¨ªvolas, banalidades rid¨ªculas y mentiras pol¨ªticas flagrantes es tambi¨¦n una manera de agraviar un oficio y a unos profesionales que hacen verdaderos milagros para cumplir con su funci¨®n de informar la verdad por salarios generalmente modestos y corriendo grandes peligros. Gentes como Sean Penn, Oliver Stone y cong¨¦neres ni siquiera advierten que su actitud revela un desde?oso prejuicio hacia Venezuela, Cuba, M¨¦xico y, en general, el tercer mundo, con esa duplicidad de que hacen gala cuando elogian y promueven para esos pa¨ªses sistemas y dictadores que no tolerar¨ªan jam¨¢s en su propio pa¨ªs, muy parecidos en eso a un G¨¹nter Grass, que, en los a?os ochenta, ped¨ªa que los latinoamericanos sigui¨¦ramos el ¡°ejemplo de Cuba¡±, en tanto que, en Alemania, ¨¦l defend¨ªa la socialdemocracia y combat¨ªa el modelo comunista.
El periodismo, por desgracia, es tambi¨¦n una de las v¨ªctimas de la civilizaci¨®n del espect¨¢culo de nuestros d¨ªas
Desde luego que mi cr¨ªtica a aventados irresponsables como Sean Penn no significa que crea que los actores deben prescindir de hacer pol¨ªtica. Todo lo contrario, estoy firmemente convencido que la participaci¨®n en el debate p¨²blico, en la vida c¨ªvica, es una obligaci¨®n moral de la que nadie debe sentirse exonerado, sobre todo si no est¨¢ contento con la sociedad y el mundo en el que vive. Y creo que esta obligaci¨®n es tanto mayor cuando un ciudadano ¡ªcomo es el caso de los cineastas en cuesti¨®n¡ª es m¨¢s conocido y tiene por lo tanto mayores posibilidades de llegar a un amplio p¨²blico. Pero, por ello mismo, es indispensable que esta participaci¨®n est¨¦ fundada en un conocimiento serio de los asuntos sobre los que opina.
A este respecto quisiera citar la respuesta que otro norteamericano, ¨¦ste s¨ª bien informado y honesto, el escritor Don Winslow, dio al art¨ªculo de Sean Penn. Su texto puede ser consultado en la p¨¢gina web Deadline.com. Winslow, que desde hace veinte a?os investiga los c¨¢rteles de la droga mexicanos y ha publicado un libro premiado sobre este tema, The Cartel, recuerda a todos los periodistas que han sido mutilados y asesinados por haber investigado sobre el Chapo Guzm¨¢n. Y se sorprende de que Sean Penn no preguntara al capo por qu¨¦, luego de su primera escapada de la c¨¢rcel, en 2001, desat¨® esa ¡°guerra de conquista¡± para desplazar a otros c¨¢rteles que caus¨® m¨¢s de cien mil asesinatos. Otras preguntas que Sean Penn no hizo: cu¨¢ntos millones de d¨®lares ha gastado el Chapo comprando jueces, pol¨ªticos y polic¨ªas, la raz¨®n por la que decidi¨® firmar un acuerdo de colaboraci¨®n con la organizaci¨®n s¨¢dica y homicida de los Zetas, y por qu¨¦ aceptaba que sus sirvientes le llevaran ni?as p¨²beres a su celda en los per¨ªodos que pas¨® en prisi¨®n. Tambi¨¦n lamenta Winslow, entre otras cosas, que Sean Penn no formulara una sola pregunta al Chapo Guzm¨¢n, en las siete horas de di¨¢logo con ¨¦l, sobre las 35 personas (12 mujeres entre ellas) que hizo asesinar, acus¨¢ndolas de trabajar para los Zetas, antes de hacer las paces con esta terror¨ªfica banda.
Las razones por las que Sean Penn no preguntara nada inc¨®modo al Chapo Guzm¨¢n nosotros las sabemos de sobra: ¨¦l fue a entrevistarlo con las respuestas del asesino ya fabricadas por su propia frivolidad o cinismo: presentarlo como la v¨ªctima de un sistema (un h¨¦roe, en cierta forma) econ¨®mico y pol¨ªtico que sus admirados Fidel Castro y Ch¨¢vez han comenzado a liquidar. Y apuntalar con ello su bien ganada fama de ¡°progresista¡±, adem¨¢s de actor famoso y millonario.
Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PA?S, SL, 2016.
? Mario Vargas Llosa, 2016.
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