Corrupci¨®n incontrolada
El 'caso Acuamed' evidencia que los actuales sistemas de control y auditor¨ªa son ineficaces
La dimisi¨®n del subsecretario de Presidencia, Federico Ramos, presuntamente implicado en el caso del fraude de las certificaciones de obras en la empresa p¨²blica Aguas de las Cuencas Mediterr¨¢neas (Acuamed), revela la tupida ramificaci¨®n de la red de malversadores que operaba en el grupo p¨²blico citado y en empresas privadas de prestigio contrastado. El caso Acuamedes un ejemplo desgraciado de las debilidades pol¨ªticas y administrativas que facilitan la extensi¨®n del saqueo de recursos p¨²blicos.
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Causa asombro la negligencia con la que se permiten las pr¨¢cticas de puertas giratorias, que deber¨ªan estar prohibidas o controladas con dilatadas cuarentenas. En Acuamed encontramos a Nicol¨¢s Steegman, exdirector de Trasagua (primer nombre de Acuamed) que pasa al sector privado y, como presidente de Alted, se convierte en uno de los suministradores preferentes de Acuamed. El sistema de contrataci¨®n ha fallado estrepitosamente.
Preocupa, adem¨¢s, la incapacidad de los organismos de inspecci¨®n y control para prevenir un fraude de mayor cuant¨ªa, estimado en 25 millones. Ni el Consejo de Ministros, ni el Consejo de Administraci¨®n, ni las auditor¨ªas internas, ni las externas, detectaron la malversaci¨®n. Solo el Tribunal de Cuentas se?al¨® sobrecostes en las obras a finales de 2014 sin que las instancias pol¨ªticas de las que depende Acuamed se dieran por aludidas. Con el agravante de que las pr¨¢cticas que ahora se investigan fueron denunciadas ante los ¨®rganos de direcci¨®n de la compa?¨ªa. Pero las denuncias fueron ignoradas o conducidas a v¨ªas muertas de investigaci¨®n.
Acuamed deja dos conclusiones. La primera, que la corrupci¨®n es una cuesti¨®n de Estado. Los cargos pol¨ªticos tienen que asumir su responsabilidad y la de los t¨¦cnicos que nombren. La segunda, que los sistemas de control y auditor¨ªa aplicados hasta hoy son ineficaces para prevenir tramas organizadas de saqueo.
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