Un patio de butacas para 100 millones de personas

El domingo de la Super Bowl se organizan en Estados Unidos alrededor de 7,5 millones de fiestas a las que acuden unos 44 millones de personas. La final de la liga de f¨²tbol americano (NFL) no aparece marcada en el calendario de festivos, pero durante 49 a?os se ha consolidado como una celebraci¨®n extraoficial, hoy casi al nivel del tradicional 4 de julio. El evento suele congregar frente al televisor a unos 100 millones de espectadores, si bien en los ¨²ltimos tiempos la actuaci¨®n del intermedio ha llegado a superar en audiencia al partido.

Las marcas son conscientes de que el deporte de la pelota ovalada es minoritario en muchos pa¨ªses, pero la factor¨ªa del entretenimiento de EE UU y sus superestrellas tienen un alcance global. Quiz¨¢s por ello el halftime show ha terminado teniendo m¨¢s repercusi¨®n que el t¨ªtulo en juego. Este domingo cumple su edici¨®n n¨²mero 50. Antes de que en el terreno de juego se midan los equipos de Carolina y Denver, Lady Gaga entonar¨¢ el himno nacional. En el descanso de 30 minutos, el escenario del Levi's Stadium de Santa Clara (California) ser¨¢ para Coldplay, que acompa?ados de Beyonc¨¦ y Bruno Mars pelear¨¢n por batir nuevos r¨¦cords de audiencia y menciones en las redes sociales y por seguir engordando un negocio publicitario que marca hitos en cada edici¨®n.

Este a?o, el precio por un anuncio de 30 segundos es de 4,5 millones de euros, pero no siempre fue as¨ª. En la primera d¨¦cada, la de los sesenta, una banda de marcha universitaria amenizaba los descansos. Se le fueron a?adiendo acompa?amientos en las siguientes, hasta que a principios de los noventa, en pleno apogeo de la cadena MTV, se dio entrada a estrellas del pop. Fue en 1991, coincidiendo con su 25? aniversario, y los elegidos fueron New Kids on the Block, aut¨¦ntico fen¨®meno de esa ¨¦poca.

En 1993 lleg¨® la actuaci¨®n que marc¨® el camino hasta hoy: la de Michael Jackson en el Rose Bowl de Pasadena (California). El rey del pop acept¨® actuar tras descubrir que se retransmit¨ªa a m¨¢s de 120 pa¨ªses. "?Me est¨¢s diciendo que esto va a llegar a lugares donde nunca dar¨¦ un concierto? Cuenta conmigo". Jackson consigui¨® concentrar en 15 minutos la descomunal proporci¨®n de uno de sus conciertos, tanto en efectos especiales como en vestuario o coreograf¨ªas. Consigui¨® subir el share un 8,6%.

Once a?os despu¨¦s, su hermana Janet tambi¨¦n revolucion¨® el formato, pero porque entre Justin Timberlake y un presunto fallo de vestuario descubrieron la pezonera que adornaba uno de sus pechos. La NFL anunci¨® que la MTV, que sol¨ªa alternarse con Disney, no volver¨ªa a producir el espect¨¢culo, y se introdujo un retraso de cinco segundos en la emisi¨®n para poder censurar momentos inapropiados.

En 2012, durante la actuaci¨®n de Madonna, la cantante M.I.A. hizo una peineta mirando a c¨¢mara mientras rapeaba parte de un tema de la reina del pop. Ense?¨® el dedo mientras entonaba "me importa una mierda", y la reacci¨®n de los realizadores lleg¨® tarde, nublando la imagen justo despu¨¦s de que la viesen 114 millones de personas (Madonna bati¨® el r¨¦cord de audiencia hasta la fecha y super¨® la del partido).

Otros momentos se convirtieron en ic¨®nicos sin escandalizar. El de Prince, en 2007, justo cuando empezaba a llover sobre el estadio, est¨¢ considerada la mejor actuaci¨®n de la historia de la Super Bowl, o el homenaje de U2 a las v¨ªctimas del 11-S en 2002 proyectando los nombres de los fallecidos. De los Rolling Stones a Beyonc¨¦, pasando por Paul McCartney, Bruce Springsteen, Diana Ross o Katy Perry, los artistas han contribuido tanto como los jugadores a que entre los 20 programas m¨¢s vistos de la historia de la televisi¨®n estadounidense haya 15 Super Bowls.

Este a?o hay una novedad. Hasta ahora se hab¨ªan usado n¨²meros romanos para las ediciones del evento, pero en esta se han cambiado a ar¨¢bigos, ya que la "L" que representa el 50 podr¨ªa confundirse con el dise?o del logo. El marketing manda y cada detalle cuenta.