Ablaci¨®n: de tab¨² a problema de todos
Por Susanna Oliver, Responsable de Proyectos de World Vision. Hoy se celebra el D¨ªa Mundial de Tolerancia Cero Contra la Mutilaci¨®n Genital Femenina.
Cada minuto, 6 ni?as sufren la mutilaci¨®n de sus genitales, algunas de ellas menoresde cinco a?os.
Una de las principales trabas con que nos encontramos quienes trabajamos para erradicar la mutilaci¨®n genital femenina / ablaci¨®n es que hablar de este tema, como de otros relacionados con la sexualidad, es tab¨². Ayuda trabajar con personal local y solo abordar este tipo de cuestiones tras varios a?os colaborando con las comunidades en otros proyectos de salud, educaci¨®n, desarrollo econ¨®mico, etc. (cuando ya se ha creado una relaci¨®n basada en la confianza); aun as¨ª, es dif¨ªcil plantearle a una comunidad la posibilidad de abandonar la pr¨¢ctica de la ablaci¨®n, porque significa plantearle romper con una tradici¨®n de miles de a?os, cambiar algo que la distingue de la etnia vecina, pero, sobre todo, cambiar el papel que tiene la mujer en la sociedad.
Los motivos por los que se practica la ablaci¨®n son muy diversos: en algunas etnias que una ni?a pueda soportar la ablaci¨®n quiere decir que est¨¢ preparada para la vida adulta y para ser madre. En otras se trata de ¡°purificarlas¡±, y se practica en beb¨¦s, para que sanen antes. En cualquier caso, una de las razones que ayudan a perpetuar la pr¨¢ctica es que reduce el deseo sexual en la mujer y, por lo tanto, la promiscuidad. En sociedades en las que la sexualidad es un tema del que no se habla, que est¨¢ vinculado directamente con la maternidad y en el que la mujer juega un rol de sumisi¨®n, ?c¨®mo plantear las ventajas de eliminar esta pr¨¢ctica?
Durante a?os hemos trabajado con dos l¨ªneas principales:
Por un lado, explicando las consecuencias a medio y largo plazo que esta pr¨¢ctica tiene en la salud de las mujeres: si una ni?a muere desangrada cuando la mutilan, se asocia el da?o a la ablaci¨®n, pero muchas veces las mujeres no encuentran conexi¨®n entre sus problemas en el parto, sus f¨ªstulas o sus problemas psicol¨®gicos a un mal corte, a una mala cicatrizaci¨®n, o al hecho de que las personas que m¨¢s te quieren y te tienen que proteger consientan que te inflijan ese dolor inmenso.
Por otro lado, difundiendo la legislaci¨®n que proh¨ªbe la pr¨¢ctica, por ser esta un atentado contra el derecho a la integridad f¨ªsica y a la salud, y haciendo presi¨®n para que los gobiernos que todav¨ªa no han legislado contra ella, se sumen a la lucha.
Aun as¨ª, muchas mujeres siguen practicando la ablaci¨®n a sus hijas, pues si no lo hacen estas son consideradas unas perdidas o unas cr¨ªas, los hombres no quieren casarse con ellas, no pueden participar en la toma de decisiones, ni se respetan muchos de sus derechos.
La vuelta de tuerca que faltaba era implicar tambi¨¦n a los hombres, especialmente a los l¨ªderes comunitarios. Esta es una tradici¨®n entre mujeres; muchas veces los varones ni saben qu¨¦ es lo que se hace, ni, mucho menos, sus consecuencias. A medida que les hemos explicado tambi¨¦n a ellos (primero en grupos solo de hombres, luego en grupos mixtos) qu¨¦ es y qu¨¦ consecuencias tiene la ablaci¨®n, muchos se han interesado por el tema. Y es que la ablaci¨®n tambi¨¦n tiene efectos negativos para ellos: una chica cortada con la misma cuchilla que sus compa?eras puede f¨¢cilmente contraer y contagiar el SIDA, una mujer que sufre fuertes dolores con cada menstruaci¨®n no puede ayudar en las tareas del campo, una mujer con una f¨ªstula obst¨¦trica puede perder a su beb¨¦.
Esto y el trabajo de muchos a?os por garantizar la educaci¨®n y el acceso a medios de vida de las mujeres, que hace que poco a poco vaya cambiando el rol que tradicionalmente han tenido ellas en la sociedad, han sido decisivos: las cifras de abandono de la ablaci¨®n est¨¢n por fin mostrando una clara y acelerada tendencia al alza, como se puede ver en el siguiente art¨ªculo. Parece que hemos encontrado el camino.
Ante la ablaci¨®n act¨²a, porque la indiferencia tambi¨¦n mutila. Entra en stopablacion.org
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