Animadores culturales
Juan Pedro Hern¨¢ndez Molt¨® ha desvelado el misterio de su gesti¨®n al frente de la Caja de Castilla La Mancha
Todos nos acordaremos siempre de un Juan Pedro Hern¨¢ndez Molt¨® erguido ante las c¨¢maras y una buena parte del Congreso mirando a Mariano Rubio, que estaba avergonzado de su conducta pecaminosa, y el primero le dec¨ªa: ¡°M¨ªreme, se?or Rubio, m¨ªreme a los ojos¡±. Tremendo, dif¨ªcil de emular. La verdad es que la pieza merec¨ªa la apuesta. Todo un gobernador del Banco de Espa?a a los pies de un diputado que le sacaba los colores.
Unos a?os despu¨¦s, vemos c¨®mo Hern¨¢ndez Molt¨® le explica al juez que ¨¦l realmente era un animador sociocultural de la Caja de Castilla La Mancha, que tuvo que ser rescatada con dinero p¨²blico porque su contabilidad era claramente delictiva. En los papeles Hern¨¢ndez Molt¨® aparec¨ªa como el presidente, y no como animador. Aunque solo fuera por eso hab¨ªa que haber montado un l¨ªo a la c¨²pula directiva de la caja. ?C¨®mo se le estaba pagando un sueldo de presidente a un animador sociocultural, por bueno que fuera? Yo espero que Hern¨¢ndez Molt¨® cumpla su condena entera, y deje de fumar los puros kilom¨¦tricos que fuma mientras su ch¨®fer lo espera. ?C¨®mo le aguantar¨¢n los ahorros de animador para seguir con esos puros y esos ch¨®feres? Prodigio de buena administraci¨®n.
Hern¨¢ndez Molt¨® deber¨ªa servir de modelo a todo el PP. Ahora que el partido de Mariano Rajoy amenaza con quedarse sin militantes fuera de los muros de Soto del Real, Estremera o Picasent, (en esto la distribuci¨®n por autonom¨ªas es muy justa). De todas esas c¨¢rceles podr¨¢n salir un mont¨®n de animadores culturales para ir a otras c¨¢rceles a ense?ar a los reclusos el oficio de animador sociofinanciero. Y si hay suerte, Espa?a puede convencer a Alemania e Inglaterra para que nos env¨ªen a los ejecutivos del Deutsche Bank o del Barclays y hagan aqu¨ª sus cursos que computen para su libertad futura. Est¨¢ bien que la Europa que construyamos sirva para redimir a los delincuentes de cuello blanco, con apellidos tan sonoros como Urdangarin, Pujol, Matas, Granados¡ y curr¨ªculos inacabables.
Si no hacemos algo, y pronto, la capacidad de multiplicarse de los refugiados de Oriente Pr¨®ximo har¨¢ que los delincuentes financieros sean, por ejemplo, sirios. ?Se imaginan ustedes el horror?
Aprovechemos todo lo positivo que hay en Molt¨®.
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