Acuerdo de intenciones

Cuando dos partidos minoritarios buscan un acuerdo de gobierno y carecen de votos suficientes para conseguirlo, algo han de hacer para tratar de ensanchar su base de apoyo. En una aceleraci¨®n de los acontecimientos, el l¨ªder del PSOE y candidato a la presidencia del Gobierno, Pedro S¨¢nchez, acept¨® ayer el paquete de cinco medidas de reforma expr¨¦s de la Constituci¨®n, presentado solo unas horas antes por el l¨ªder de Ciudadanos, Albert Rivera. Todo esto es la escenificaci¨®n de un pacto pr¨¢cticamente cerrado entre ambas fuerzas, del cual solo se conocen con alg¨²n detalle las cinco propuestas constitucionales.

El acuerdo tiene el respaldo de 130 diputados, insuficientes para investir a S¨¢nchez mientras las otras dos minor¨ªas m¨¢s numerosas, Partido Popular y Podemos, se opongan a sus planes. La reforma constitucional expuesta exige el apoyo del PP. La posici¨®n de Rivera interpela directamente a la minor¨ªa m¨¢s votada, que dispone de fuerza suficiente en las c¨¢maras ¡ªmayor¨ªa absoluta en el Senado y minor¨ªa de bloqueo en el Congreso¡ª como para vetar cualquier reforma constitucional con la que el PP est¨¦ en desacuerdo.

Los cambios esbozados responden a planteamientos que llevan mucho tiempo en la plaza p¨²blica y que han aparecido en el discurso de diferentes partidos. Es el caso de la supresi¨®n de aforamientos para ministros y parlamentarios a Cortes, criticados fuertemente desde Podemos e Izquierda Unida como un privilegio; quedan fuera de esos aforamientos otros muchos regulados en los estatutos de autonom¨ªa.

Otra de las medidas anunciadas, la limitaci¨®n de mandatos a ocho a?os, ya se intent¨® sin ¨¦xito en anteriores negociaciones entre PP y PSOE. Menor trascendencia tienen las facilidades que se pretenden para las iniciativas legislativas populares, si solo se trata de reducir de 500.000 a 250.000 el n¨²mero de firmas necesarias para presentarlas y se dejan excluidas de esa medida las cuestiones tributarias y los asuntos de ley org¨¢nica. Por eso, los temas de mayor calado son la supresi¨®n de las diputaciones provinciales ¡ªmanteniendo las forales para no molestar al PNV, as¨ª como los cabildos insulares¡ª y la ¡°despolitizaci¨®n de la justicia¡±, asunto este ¨²ltimo explicado por Rivera de manera tan gen¨¦rica que impide valorar la propuesta.

?Son los cambios anunciados por los dos l¨ªderes los que Espa?a necesita prioritariamente?

Todas estas medidas obligar¨ªan a alterar una decena de art¨ªculos de la Constituci¨®n, lo cual va mucho m¨¢s all¨¢ de la reforma expr¨¦s del 135 realizada en 2011 por el PSOE y el PP como gesto de respeto al equilibrio presupuestario, en plena crisis financiera de Europa. Ciertamente no es lo mismo una reforma pactada en un escenario bipartidista que otras discutidas ahora por m¨¢s fuerzas pol¨ªticas, en respuesta al sistema parlamentario creado por las elecciones del 20-D.

Ahora bien: ?son estos los cambios que Espa?a necesita prioritariamente? Sorprende desgajar todas esas medidas de la gran reforma constitucional defendida hasta ahora por el PSOE, que gira en torno al modelo territorial de Espa?a y a la inclusi¨®n de nuevos derechos sociales en la parte m¨¢s protegida de la Constituci¨®n. Rivera dio a entender que habr¨¢ otras reformas constitucionales m¨¢s pausadas, y en ese punto cit¨® la reforma ¡°o supresi¨®n¡± del Senado.

Pero esta forma de proceder suscita dudas. Queda por ver c¨®mo encajar¨ªan las reformas r¨¢pidas expuestas por Rivera y aceptadas por S¨¢nchez con las de mayor calado, que son las que precisan mayor¨ªas parlamentarias especialmente reforzadas, la convocatoria de elecciones una vez aprobadas y un refer¨¦ndum obligado.

Faltan muchas explicaciones, entre ellas, la f¨®rmula para abordar la cuesti¨®n de Catalu?a

Si la intenci¨®n del PSOE y de Ciudadanos consiste en proponer una legislatura constituyente, no se entiende el porqu¨¦ de hacerlo en varios tiempos, sobre todo cuando todas las propuestas constitucionales afectan a las instituciones y a las reglas del juego democr¨¢tico. Sorprende a¨²n m¨¢s que se orille la cuesti¨®n de Catalu?a, asunto indiscutiblemente conectado con los intentos de reforma territorial. Faltan ah¨ª muchas explicaciones que S¨¢nchez habr¨¢ de dar, como muy tarde, en el programa de gobierno que expondr¨¢ en el Congreso el martes pr¨®ximo, tras el adelanto en un d¨ªa de la sesi¨®n de investidura decidido por Patxi L¨®pez, que ha molestado tanto al PP como a Podemos.

As¨ª pues, la presentaci¨®n de estas cinco propuestas de reforma constitucional es una estrategia destinada a consolidar el pacto PSOE-Ciudadanos, en la fase clave de la cuenta atr¨¢s para la investidura y como forma de presionar al PP mientras los socialistas negocian con Podemos, cuyo l¨ªder, Pablo Iglesias, se niega a aceptar otra cosa que un Gobierno de coalici¨®n ¡°progresista¡±. La vista sigue puesta m¨¢s all¨¢ de una investidura que, hoy por hoy, contin¨²a sin apoyos suficientes para prosperar: de momento estamos ante un pacto de intenciones, que todav¨ªa es una peque?a coalici¨®n de gobierno.