Especulaci¨®n y subvenciones en el f¨²tbol espa?ol
La burbuja del ladrillo ha contribuido a financiar fichajes caprichosos y n¨®minas disparatadas
Mientras en la superficie, iluminados por los focos, los futbolistas dibujan filigranas que los cronistas hist¨¦ricos, ah¨ªtos de entusiasmo, proclaman como arte, en el subsuelo el f¨²tbol espa?ol viene nutri¨¦ndose de anomal¨ªas financieras, inconfesables o abusivas, gracias a las cuales pueden pagarse 100 millones de euros por un jugador, evitar una quiebra o construir estadios marm¨®reos dignos de Caracalla. El esti¨¦rcol que abona este mantillo se llama especulaci¨®n inmobiliaria; implica a los presidentes de los clubes ¡ªalgunos extra¨ªdos del gremio de la construcci¨®n¡ª, a las autoridades locales (Ayuntamientos) como agentes activos de la especulaci¨®n y a las autoridades estatales como agentes pasivos especializados en mirar siempre hacia Cuenca cuando se incendia Segovia o viceversa. Se cobran en frecuentar palcos el esfuerzo por no enterarse de nada. Es chocante que en una sociedad con las rentas salariales deprimidas se paguen fichas superiores a los 20 millones; lo chocante se convierte en obsceno cuando los silos de dinero proceden de los enjuagues de los clubes y las instituciones que asperjan dinero p¨²blico.
La liga m¨¢s lustrosa del mundo, la espa?ola, opera graciosamente engrasada con operaciones especulativas o subvencionadas que en otros pa¨ªses con m¨¢s decoro financiero se castigar¨ªan con dureza o los clubes no se atrever¨ªan a plantear. V¨¦anse con brevedad algunas: 1. La subvenci¨®n, directa o indirecta, de Ayuntamientos, Diputaciones y autonom¨ªas al equipo regional, con el pretexto de que representa la imagen del pa¨ªs y aparece el nombre del territorio serigrafiado en la camiseta; pocas instituciones regionales se resignan a la quiebra de su equipo si pueden evitarlo con dinero p¨²blico.
2. Permutas e intercambios de terrenos. Son legales, pero como casi siempre acaban mermando el patrimonio p¨²blico, puede decirse que el 80% de las cerradas con el f¨²tbol constituyen ayudas p¨²blicas encubiertas; varios clubes de Primera tienen pendiente un dictamen de Bruselas sobre permutas. 3. Especulaci¨®n inmobiliaria en crudo y sin ambages, por recalificaci¨®n de terrenos r¨²sticos, con plusval¨ªas principescas (hasta el 2.000%) que se apuntan en las cuentas del club y retribuyen a los municipios con dinero f¨¢cil; as¨ª se han evitado quiebras y evitado descensos a Segunda Divisi¨®n; as¨ª se ha contribuido a expoliar Ayuntamientos endeudados; y as¨ª se compite en Europa.
Este es el f¨²tbol real, el que permite fichajes estramb¨®ticos o caprichosos, y el que no se dignan mirar los cronicones exultantes que transpiran entusiasmo ante cualquier jugada del idolillo pagado (al menos en parte) con la burbuja inmobiliaria. ?Exageraci¨®n? Quiz¨¢. El Informe global sobre la corrupci¨®n en el deporte, elaborado por Transparencia Internacional, apunta que desde 1990 el f¨²tbol profesional espa?ol ha ingresado m¨¢s de 1.000 millones mediante la recalificaci¨®n urban¨ªstica. Los constructores y patrones inmobiliarios estaban en ambos lados de la mesa, en Valencia, en Madrid o en el litoral mediterr¨¢neo. As¨ª se entienden horrores (impunes, por cierto) como el Nuevo Mestalla en Valencia. Y no es el ¨²nico.
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