13 fotosDram¨¢tica espera en el campo de IdomeniEl campamento de refugiados en la frontera greco-macedonia se ve desbordado por el cierre de pasos y las nuevas llegadas.Bernardo P¨¦rez04 mar 2016 - 09:57CETWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceFrontera de Grecia con Macedonia.Bernardo PerezUn migrante con su hijo a hombros con un cartel pidiendo ayuda a Merkel en la frontera de Grecia con Macedonia, en el paso fronterizo de Idomeni.Bernardo PerezCorte de las v¨ªas por migrantes, en el paso fronterizo de Idomeni.Bernardo PerezRefugiados en las v¨ªas del tren cerca del paso fronterizo.BERNARDO PEREZProtesta de migrantes en el campo de refugiados de Idomeni.BERNARDO PEREZBiberones de noche. dos madres dan el biber¨®n a sus beb¨¦s al rederdor del fuego en el campamento de Idomeni.Bernardo P¨¦rezColas para la cena. los refugiados hacen cola para recibir la ayuda alimentaria en Idomeni.Bernardo P¨¦rezUn dentista de Homs (segundo por la dcha) y sus tres compa?eros de viaje, tambi¨¦n sirios, se dirigen a buscar alimentos tras instalarse en el campamento de Idomeni.Bernardo P¨¦rezCARPAS: Un grupo de refugiados pasa el tiempo en las literas dobles que comparten en las grandes tiendas habilitadas por ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados).Bernardo P¨¦rezCARPAS: Un grupo de refugiados pasa el tiempo en las literas dobles que comparten en las grandes tiendas habilitadas por ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados).Bernardo P¨¦rezCARPAS: Un grupo de refugiados pasa el tiempo en las literas dobles que comparten en las grandes tiendas habilitadas por ACNUR (la agencia de la ONU para los refugiados).Bernardo P¨¦rezCARPAS: Los m¨®viles y la cobertura wifi es el cord¨®n umbilical que permite a los refugiados estar en contacto con sus familias, tanto en sus lugares de origen como de destino. En la imagen, un grupo de ellos cargan sus m¨®viles en una carpaBernardo P¨¦rezCientos de refugiados sirios e iraqu¨ªes se aseguran un puesto en la cola del registro de la polic¨ªa para obtener un n¨²mero de paso. En sus manos, los fajos de papeles que les identifican como refugiadosBernardo P¨¦rez