El rey Leo
Defensor de grandes causas, apuesta por un buen trabajo antes que por un buen cach¨¦. A Leonardo DiCaprio le ha llegado el Oscar cuando parece importarle m¨¢s a los dem¨¢s que a ¨¦l
M¨¢s de 20 a?os y cuatro nominaciones fallidas esper¨® Leonardo DiCaprio por su Oscar. Pero sus fracasos son el gran reflejo de los hitos de su vida. A continuaci¨®n, un repaso por los premios que lo esquivaron... Y lo que perder hizo por ¨¦l.
'?A qui¨¦n ama Gilbert Grape?'
Un f¨®sforo en el tanque de combustible.
¡ª ?Bum! ?Bum!, dice Arnie, y dobla el dedo frente a su nariz, como rasc¨¢ndose el cerebro por dentro.
M¨¢s all¨¢ de su discapacidad mental, Arnie, el hermano adolescente de Gilbert, no parec¨ªa un papel especialmente interesante. En el guion original, su ¨²nica funci¨®n consist¨ªa en agravar la irritante existencia de Johnny Depp y su necesidad de largarse con Juliette Lewis. Corr¨ªa 1993 y ellos eran las j¨®venes y guapas estrellas de Hollywood, los reclamos de la taquilla.
?Y qui¨¦n encarnar¨ªa a Arnie? Daba igual. Le dieron el papel a un chico de series de la tele como Los problemas crecen, que apenas hab¨ªa debutado en una pel¨ªcula de terror de serie B, Critters 3: la venganza.
Inesperadamente, la ¨²nica nominaci¨®n de ?A qui¨¦n ama Gilbert Grape? le lleg¨® a ese chico, por mejor actor secundario. De ah¨ª en adelante, Leonardo DiCaprio se concentrar¨ªa en los papeles protag¨®nicos.
'Titanic'
¡ª ?Soy el rey del mundo!
El joven que grita encaramado en la proa es Jack. Y aunque su barco est¨¢ a punto de hundirse grandiosamente, tiene buenas razones para estar euf¨®rico: Titanic (1997) es la primera pel¨ªcula de la historia en recaudar 1.000 millones de d¨®lares y, a d¨ªa de hoy, pasa de los 2.000 millones.
Titanic inaugur¨® de verdad la maldici¨®n de DiCaprio en los Oscar: recibi¨® 14 nominaciones, pero ninguna de ellas para el actor principal. Sin embargo, el rodaje le regal¨® al actor uno de sus m¨¢s preciados lujos: su amistad con Kate Winslet.
Ya durante la promoci¨®n de la pel¨ªcula, DiCaprio hablaba p¨²blicamente de la conexi¨®n entre los dos:
¡ª Nos llevamos tan bien que nuestra qu¨ªmica natural se refleja claramente en nuestro trabajo. Cuando ten¨ªamos que grabar una escena de amor, nos part¨ªamos de risa.
Hoy, la actriz se declara "la groupie n¨²mero 1" de Leonardo. Y ¨¦l la corrige: "Mi compinche".
En 2008, volvieron a compartir cartel en Revolutionary Road, por la que fueron nominados a sendos Globos de Oro. Al recibir el suyo, Winslet dijo:
¡ª Leo, estoy muy feliz de poder estar aqu¨ª y decirte cuanto te quiero y cuanto te he querido durante los ¨²ltimos a?os. Te quiero con todo mi coraz¨®n, de verdad.
DiCaprio no pudo devolverle el piropo. Como si su amiga le diese mala suerte, no gan¨® el Globo de Oro ese a?o.
'El aviador'
¡ª Entra y trae la leche. Entra y trae la leche. Entra y trae la leche.
El esquizofr¨¦nico desnudo que orina en una botella de leche es uno de los hombres m¨¢s ricos del mundo. Bienvenidos a la historia real y surreal de Howard Hughes.
Despu¨¦s de Titanic, DiCaprio emprendi¨® una carrera de todo o nada. En vez de aprovechar su carita rubia para cobrar por comedias rom¨¢nticas, se concentr¨® en proyectos serios y trabaj¨® solo con grandes directores como Woody Allen, Danny Boyle, Martin Scorsese o Steven Spielberg.
El cuidado del actor con su imagen es tan riguroso que vet¨® una de sus propias pel¨ªculas: Don's Plum, un filme independiente en blanco y negro, que presenta a un adolescente DiCaprio metiendo mano a chicas, fumando y diciendo palabrotas. Mediante maniobras legales, el int¨¦rprete consigui¨® retirar la exhibici¨®n de la pel¨ªcula. Sus planes eran otros. El aviador (2004), biopic de Howard Hughes, se notaba fr¨ªamente calculado para el Oscar: estreno en enero, producci¨®n de lujo y, sobre todo, el papel perfecto: un personaje extremo en una gran historia americana llena de referencias al cine.
De paso, Howard Hughes es un perfecto retrato del actor que lo encarna: un empresario en la cima del ¨¦xito (Leonardo, de hecho, trabaja m¨¢s como productor que como actor). Un aventurero capaz de estrellarse pilotando un avi¨®n (DiCaprio ha saltado en paraca¨ªdas y nadado entre tiburones). Un seductor de mujeres deslumbrantes (el actor ha salido con Gisele B¨¹ndchen o Bar Rafaeli y al menos 10 top models m¨¢s).
Nada de eso bast¨® para la Academia.
'Diamante de sangre'
¡ª A veces me pregunto si Dios nos perdonar¨¢. Luego miro alrededor y comprendo que Dios se larg¨® de aqu¨ª hace mucho tiempo.
El exmercenario Danny Archer se siente torturado por su pasado cambiando diamantes por armas en una ?frica violenta. Pero est¨¢ buscando redenci¨®n. Y un Oscar.
Diamante de sangre (2006) extendi¨® la maldici¨®n de la Academia a todo lo que DiCaprio tocase: cinco nominaciones, ninguna estatuilla. Pero una vez m¨¢s, la pel¨ªcula manifestaba las inquietudes del actor. En este caso, su vocaci¨®n solidaria.
Solo desde 2010, DiCaprio ha invertido en 70 proyectos de m¨¢s de 40 pa¨ªses que cuidan de los tigres de Nepal, los elefantes o la Amazon¨ªa. Ha defendido el medio ambiente ante la ONU o el Papa. Ha producido documentales. Y, por si fuera poco, ha mostrado un talento sobrenatural para recaudar fondos.
El a?o pasado, DiCaprio reuni¨® en el mismo evento tres de sus grandes pasiones: el medio ambiente, el arte y las fiestas. Durante una gran gala ben¨¦fica en Saint Tropez, con Alberto de M¨®naco o Marion Cotillard en la lista de invitados, subast¨® objetos ¨²nicos: conciertos de Elton John (por los que obtuvo tres millones de d¨®lares). Su propia casa de Belice (10 millones) y una obra de Andy Warhol de su notable colecci¨®n de arte.
Quiz¨¢, como dice Danny Archer, Dios haya abandonado este planeta. Pero no hay que inquietarse. Leonardo DiCaprio puede financiar su regreso.
'El lobo de Wall Street'
¡ª El a?o que cumpl¨ª 26 gan¨¦ 49 millones de d¨®lares. Eso me cabre¨®. Necesitaba tres m¨¢s para llegar al mill¨®n por semana.
Jordan Belfort consume quaaludes, adderall, xanax, marihuana, coca¨ªna, hero¨ªna... Y en sus ratos libres, estafa a media Am¨¦rica poniendo su granito de arena para la futura crisis financiera. Al igual que Gatsby, su otro papel de 2013, representa una parte esencial de Leonardo: la afici¨®n por el exceso.
Con El lobo de Wall Street, tambi¨¦n se excedi¨® la maldici¨®n del Oscar. DiCaprio fue nominado en dos categor¨ªas: mejor actor y mejor productor. Y no gan¨® en ninguna de las dos.
Sin embargo, a diferencia de su personaje, DiCaprio s¨ª cree en el trabajo m¨¢s que en el dinero. Para su siguiente proyecto, rechaz¨® un gran cheque y se embarc¨® en El renacido, de Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu, que aparte de pagar menos, inclu¨ªa un dur¨ªsimo trabajo f¨ªsico en monta?as a 27 grados bajo cero, y un ataque de oso salvaje.
Desde el estreno de la pel¨ªcula, el runr¨²n a favor de DiCaprio fue insistente. La prensa especializada se rindi¨® ante este nuevo papel del maestro de la intensidad. Su amiga Kate Winslet declar¨® que le habr¨ªa gustado boicotear la gala en protesta por la ausencia de nominados afroamericanos, pero sent¨ªa que ser¨ªa la noche de Leonardo y no pensaba perd¨¦rsela. Acert¨®. Despu¨¦s de encarnar todas esas grandes historias americanas, DiCaprio recibi¨® el galard¨®n bajo la batuta de un mexicano.
La noche de su premio no hubo gran gala para Leonardo, ni fiesta con invitados de relumbr¨®n. Tan solo una cena con viejos amigos en el Ago, de Melrose Avenue, entre copas y cigarrillos electr¨®nicos. La mujer m¨¢s importante de la velada fue una alemana llamada Irmelin Indenbirken, la madre del actor, porque su ¨²nica amante estable ha sido la pantalla.
Al terminar la velada, cuando DiCaprio ya se sentaba en su limusina, un camarero sali¨® del restaurante corriendo para alcanzarle un objeto.
Se hab¨ªa olvidado el Oscar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.