Yihadistas en Espa?a desde el 11-M
Casi la mitad de los detenidos por terrorismo islamista entre 2013 y 2015 eran espa?oles. Hay que revisar la estrategia contra este fen¨®meno y aplicar el plan de prevenci¨®n de la radicalizaci¨®n violenta
Hace dos d¨¦cadas que en Espa?a se conden¨® por primera vez a un individuo implicado en actividades de terrorismo yihadista. Era un argelino, miembro del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), detenido en Barcelona en 1995. Entre este a?o y el que precedi¨® a los atentados del 11-M transcurrieron nueve, durante los cuales fueron algo m¨¢s de cien los aprehendidos en nuestro pa¨ªs, una media anual de 12 detenciones. A lo largo de un periodo de tiempo similar pero tras el 11-M, es decir, entre 2004 y 2012, el n¨²mero de detenidos contra el terrorismo yihadista super¨® los 470, elev¨¢ndose la media anual hasta 54, cifra m¨¢s de cuatro veces superior a la registrada entre 1995 y 2003.
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Durante esos dieciocho a?os existi¨® b¨¢sicamente la misma legislaci¨®n antiterrorista, puesto que hubo una reforma del C¨®digo Penal a este respecto a finales de 2010 que entr¨® en vigor a inicios de 2011. Por tanto, aun considerando que la lucha contra el terrorismo yihadista se intensific¨® desde la primavera de 2004 ¡ªexistiendo a partir de entonces un consenso entre jueces, fiscales y polic¨ªas sobre la conveniencia de anticipar operaciones antiterroristas para evitar posibles atentados en preparaci¨®n¡ª, los datos sobre detenciones pueden ser considerados un indicador relevante de la medida en que el terrorismo yihadista y la amenaza inherente al mismo persistieron despu¨¦s del 11-M.
Inadecuada legislaci¨®n y consenso respecto a las actuaciones preventivas frente al terrorismo yihadista dificultaron la recolecci¨®n del tipo de pruebas requeridas por los tribunales para imponer penas, pero 54 de los detenidos entre 2004 y 2012 fueron condenados. Todos varones, no menos de la mitad entre 25 y 34 a?os al ser detenidos, la mayor¨ªa casados y con hijos. Nueve de cada diez, extranjeros; nacidos, por este orden, en Marruecos, Pakist¨¢n y Argelia. Todos de ascendencia cultural y familiar isl¨¢mica. Aunque con niveles educativos y desempe?os ocupacionales diversos, sobresal¨ªan quienes s¨®lo contaban con estudios primarios o carec¨ªan de educaci¨®n formal, al igual que los empleados como personal de servicios o en trabajos no cualificados. Adem¨¢s, una tercera parte de ellos ten¨ªa antecedentes penales por delincuencia com¨²n.
No estamos ante individuos que act¨²an en solitario, sino inmersos en redes o c¨¦lulas
En esos nueve a?os posteriores al 11-M, en torno a siete de cada diez de los yihadistas detenidos y condenados resid¨ªa en las ¨¢reas metropolitanas de Madrid y Barcelona. Se radicalizaron tanto dentro de Espa?a como en sus pa¨ªses de origen, en procesos que iniciaban con entre 16 y 24 a?os de edad, prolong¨¢ndose por lo com¨²n unos pocos a?os. Estos procesos se desarrollaban sobre todo en domicilios privados, lugares de culto, locales comerciales y centros penitenciarios, normalmente bajo la influencia directa de activistas carism¨¢ticos o figuras religiosas. Lo habitual es que la acci¨®n de estos agentes de radicalizaci¨®n se viera favorecida por v¨ªnculos afectivos preexistentes de parentesco, amistad o vecindad.
Casi en su totalidad, esos individuos se implicaban como yihadistas en compa?¨ªa de otros, formando parte de c¨¦lulas integradas o relacionadas con organizaciones entre las cuales se encontraban Al Qaeda y su entonces rama iraqu¨ª o entidades asociadas con base en el norte de ?frica y el sur de Asia, casos del Grupo Isl¨¢mico Combatiente Marroqu¨ª (GICM), el Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate (GSPC) o Therik e Taliban Pakistan (TTP). Este ¨²ltimo entramado yihadista asumi¨® su responsabilidad en la tentativa, desbaratada en enero de 2008, de preparar la ejecuci¨®n de uno o varios atentados, con explosivos y voluntad de elevada letalidad, en el metro de Barcelona. Once paquistan¨ªes ¡ªuno naturalizado espa?ol¡ª y un ciudadano indio fueron condenados por lo que pudo haber sido el segundo 11-M.
Todo esto ha cambiado desde 2013, en el contexto de una nueva movilizaci¨®n sin precedentes estimulada por las organizaciones yihadistas activas en Siria e Irak. Aunque nuestro pa¨ªs no se encuentra entre los m¨¢s afectados de Europa Occidental, en concomitancia con la misma se ha producido una extraordinaria transformaci¨®n del yihadismo en Espa?a. Ya no estamos ante un fen¨®meno relacionado fundamentalmente con extranjeros. Entre los m¨¢s de 140 individuos detenidos en nuestro pa¨ªs de 2013 a 2015, cerca de la mitad son espa?oles y adem¨¢s nacidos dentro del territorio nacional. Aunque la gran mayor¨ªa del resto son marroqu¨ªes, ello significa que en Espa?a se ha producido la eclosi¨®n del yihadismo homegrown o aut¨®ctono.
En conjunto, Barcelona y su entorno son el principal escenario del yihadismo en nuestro pa¨ªs
Este componente aut¨®ctono tiene su principal foco en Ceuta y Melilla, las dos ciudades espa?olas con amplias segundas generaciones, descendientes de inmigrantes marroqu¨ªes, en el seno de colectividades musulmanas inusualmente extensas. En conjunto, sin embargo, Barcelona y su entorno constituyen el principal escenario del fen¨®meno yihadista en nuestro pa¨ªs. Aunque sigue siendo un fen¨®meno dominado por varones j¨®venes y con ascendientes familiares o culturales musulmanes, habitualmente casados, cuyos procesos de radicalizaci¨®n yihadista son ahora m¨¢s r¨¢pidos ¡ªdebido a la incidencia de Internet y las redes sociales¡ª, entre los detenidos en Espa?a a lo largo de los tres ¨²ltimos a?os son inusitadamente significativos los porcentajes de mujeres, al igual que de conversos.
Tampoco estamos ante individuos que se desenvuelvan en solitario y act¨²an por cuenta propia ¡ªaunque ejemplos haya¡ª, pese a que ¨¦lites pol¨ªticas y medios de comunicaci¨®n suelen subrayar la amenaza del yihadismo individual. Sin embargo, entre los detenidos por actividades de terrorismo yihadista de 2013 a 2015, nueve de cada diez lo hac¨ªan inmersos en redes o c¨¦lulas, bien de nueva creaci¨®n o bien reconstituidas a partir de estructuras en estado latente; pero en uno u otro supuesto, conectadas con organizaciones como el Frente Al Nusra y, sobre todo, la otrora rama iraqu¨ª de Al Qaeda, que, tras su ruptura con esta, finalmente ha dado en denominarse Estado Isl¨¢mico. Cuatro de cada diez pertenec¨ªan a c¨¦lulas o redes con funciones operativas, algunas de ellas determinadas a perpetrar atentados en Espa?a.
En suma: tanto la caracterizaci¨®n social como los procesos de radicalizaci¨®n y las pautas de implicaci¨®n de los yihadistas en Espa?a revelan l¨ªneas de evidente continuidad y otras de remarcable cambio, 12 a?os despu¨¦s de que una red terrorista, formada a partir de los restos de la c¨¦lula de Al Qaeda desmantelada en nuestro pa¨ªs en noviembre de 2001 ¡ªy actuando en conexi¨®n con el mando de operaciones externas de Al Qaeda situado en Pakist¨¢n¡ª perpetrase los atentados del 11-M. Un desaf¨ªo para la pendiente revisi¨®n de nuestra estrategia integral contra el terrorismo internacional y para la apremiante implementaci¨®n del plan nacional de prevenci¨®n de la radicalizaci¨®n violenta.
Fernando Reinares es investigador principal de terrorismo internacional en el Real Instituto Elcano y catedr¨¢tico en la Universidad Rey Juan Carlos. Autor de ?Matadlos! Qui¨¦n estuvo detr¨¢s del 11-M y por qu¨¦ se atent¨® en Espa?a (Galaxia Gutenberg). Carola Garc¨ªa-Calvo es investigadora en el programa sobre terrorismo global del Real Instituto Elcano y profesora asociada en la Universidad de Comillas.
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