Izquierdas enfrentadas
En EE UU, Reino Unido, Francia y Espa?a hay visiones divergentes en rumbo de colisi¨®n
?El ¡°relativo¡± ¨¦xito de Podemos, el de Jeremy Corbyn en Gran Breta?a, el avance de Bernie Sanders, un candidato que osa proclamarse ¡°socialista¡± en Estados Unidos, y la movilizaci¨®n en Francia de una parte de la izquierda pol¨ªtica y sindical contra el presidente y su primer ministro sugieren que las izquierdas europeas est¨¢n en el umbral de un cambio profundo. De hecho, los socialdem¨®cratas, o socioliberales, vehiculan hoy un mensaje poco claro e inadaptado a la demanda social. Esta reclama m¨¢s Estado de bienestar aun cuando el Estado de bienestar est¨¢ averiado, funciona mal y, sobre todo, lo hace de una forma cada vez m¨¢s injusta. Pero, en vez de tratar de superar esas dificultades objetivas, toda una parte de la izquierda vuelve a una lectura trasnochada de la lucha de clases y busca refugio en un supery¨® marxista, pues no es capaz de pensar la realidad tal y como es, es decir, un mundo abierto y en movimiento. No en crisis, sino en profunda mutaci¨®n, como corresponde al paso de un modo de producci¨®n (predominantemente industrial) a otro (la era digital). Esta mutaci¨®n est¨¢ trastocando los equilibrios de nuestras sociedades, como por ejemplo los geopol¨ªticos.
Otros art¨ªculos del autor
?Hay, como dice Manuel Valls, primer ministro galo, dos izquierdas ¡°irreconciliables¡±, una reformista y la otra tentada por una forma de populismo? En todo caso, hay dos izquierdas enfrentadas. Dejemos a un lado el caso norteamericano, donde la candidata Hillary Clinton se muestra conciliadora con un candidato que apenas tiene posibilidades pero capta a una parte del electorado joven. Dejemos tambi¨¦n a un lado el caso brit¨¢nico: los laboristas lo saben, con Jeremy Corbyn condenado a la oposici¨®n.
Pero esta guerra entre izquierdas existe al parecer en Espa?a, donde Podemos, movimiento que aspira a reemplazar a la izquierda socialista, obstaculiza un Gobierno liderado por el PSOE, que presentaba un programa reformista junto con el centro.
Mientras que en Francia parece que el ¨²nico objetivo de una parte de la izquierda no es otro que apartar a Fran?ois Hollande para que no pueda ser candidato a su propia sucesi¨®n en 2017. En la izquierda hay una tradici¨®n de la pol¨ªtica de lo peor que consiste en designar siempre a la socialdemocracia como el peor enemigo (los socialtraidores de los a?os treinta), pues prefiere la comodidad de la oposici¨®n a las dificultades de la acci¨®n.
En Francia es urgente estimular y facilitar la creaci¨®n de empleo, lo que pasa por la aceptaci¨®n de cierta flexibilidad en lugar de la rigidez actual del C¨®digo Laboral
As¨ª pues, est¨¢ en fase de discusi¨®n una ley de reforma del C¨®digo Laboral que provoca la hostilidad de una parte de los diputados socialistas, de la mayor¨ªa de los sindicatos y movimientos estudiantiles, cercanos a la fracci¨®n del partido socialista m¨¢s opuesta a Fran?ois Hollande y Manuel Valls. El debate es esencial, pues la filosof¨ªa de este texto consiste en aceptar la idea de que el paro masivo no se puede corregir mediante un incremento de la protecci¨®n a los asalariados. En cambio, es urgente estimular y facilitar la creaci¨®n de empleo, lo que pasa por la aceptaci¨®n de cierta flexibilidad en lugar de la rigidez actual del C¨®digo Laboral. As¨ª, en un periodo en que Espa?a lograba crear m¨¢s de 600.000 empleos e Italia m¨¢s de 300.000, Francia ha tenido que conformarse con la creaci¨®n de 50.000 empleos privados, cuando el 10% de la poblaci¨®n activa est¨¢ en paro desde hace casi 30 a?os.
Esta reforma es igualmente el inicio de una reflexi¨®n centrada en la protecci¨®n de la persona a trav¨¦s de la creaci¨®n de una cuenta personal de actividad, verdadera seguridad social del empleo en lugar de la protecci¨®n de los estatus y, especialmente, del estatus de asalariado. Es pues una reforma ¨²til, en la l¨ªnea de un reformismo que se ha adaptado a las nuevas realidades de hoy y que est¨¢ siendo violentamente combatido por aquellos y aquellas que, desde la izquierda, quieren seguir creyendo que la empresa, y por tanto los patrones, son el enemigo.
Habr¨¢ que observar atentamente el destino de esta reforma que, si no es aprobada ante la presi¨®n de la calle, podr¨ªa rubricar el fin de un quinquenio, el de Fran?ois Hollande, o en caso contrario podr¨ªa demostrar que la socialdemocracia es todav¨ªa el mejor medio para conducir sin demasiado dolor la formidable mutaci¨®n que estamos atravesando.
Jean-Marie Colombani fue director de Le Monde.Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.