Aduanas

Cuando escuchamos a los l¨ªderes pol¨ªticos acordar excepciones a la aplicaci¨®n de los Derechos Humanos para salvar el compromiso de Schengen, ser¨ªa bueno enlazarlo con los votantes que tienen detr¨¢s. Ha bastado que el brote xen¨®fobo se extienda por Europa para que los presidentes nacionales se dejen vencer por el p¨¢nico. Quiz¨¢ a la gente nos falta un poco de informaci¨®n que nos humanice y nos sobra p¨¢nico inducido. Conviene extraer de los datos publicados esta semana por la Agencia Tributaria el s¨ªntoma de que m¨¢s que un problema fronterizo, lo que tenemos es un problema aduanero. En los controles de 2015 se han incautado m¨¢s de dos millones y medio de productos falsos, en su gran mayor¨ªa procedentes de los mercados asi¨¢ticos, verdaderos laberintos de esclavitud pagada a distancia. De nuevo, los Derechos Humanos pisoteados por una buena causa econ¨®mica.

Lo grave es que el da?o que el producto falso y pirata causa en el tejido industrial de las naciones europeas es infinitamente m¨¢s grave que el da?o que hacen los refugiados y migrantes. En las tiendas espa?olas, virtuales y f¨ªsicas, se comercializan demasiados productos falsificados que generan fraude y contabilidades en dinero negro. Esos mismos productos han hundido durante la d¨¦cada pasada negocios pr¨®speros que daban empleo a muchos de nuestros ahora desempleados. Sin embargo, el refuerzo de los controles aduaneros y la vigilancia de ese comercio ilegal no ha sido una prioridad social. No hay valla de Melilla con concertinas ni cierre de fronteras para los productos falsos. No hay crisis europea ni cumbre de mandatarios dedicada al problema.

Aceptar que las personas nos estorban permite que durante el pr¨®ximo a?o le paguemos a Turqu¨ªa 2.000 euros por cabeza para que nos retenga el flujo migratorio. ?Y al a?o siguiente? La obsesi¨®n xen¨®foba ha forzado a los pocos l¨ªderes europeos con resistencia a ese discurso, y entre ellos nunca est¨¢ el nuestro, a levantar fronteras del miedo y la prevenci¨®n contra los refugiados que huyen de la guerra siria. Los l¨ªderes no se ven amparados por sus votantes que exigen soluciones sencillas a problemas complejos. La gente asume, en este estado de psicosis, que los inmigrantes no van a traer m¨¢s que inseguridad, paro y violencia social. En cambio, ni reparan en la aduana. Si se han incautado 2,6 millones de art¨ªculos falsificados y sin control de calidad, imaginen los que han conseguido entrar y andan desbaratando un mercado justo. Esa es la inmigraci¨®n que m¨¢s da?o econ¨®mico y moral nos est¨¢ haciendo. Tratar a seres humanos mejor que mercanc¨ªa puede que nos devuelva una dignidad perdida.