Tenemos demasiadas peculiaridades en los horarios espa?oles
Hay que adaptar los horarios y los h¨¢bitos de alimentaci¨®n en Espa?a para conciliar las necesidades de todos, lo que aumentar¨ªa el bienestar de la poblaci¨®n
La sociedad espa?ola ha cambiado enormemente en los ¨²ltimos a?os y una de las instituciones que m¨¢s ha cambiado es la familia. Ya no existen familias tradicionales; la vida de las mujeres es otra. Se ha generalizado el trabajo remunerado de las mujeres, se ha reducido el n¨²mero de hijos, se ha elevado enormemente el nivel de consumo y bienestar de los hogares, y todo esto tiene una repercusi¨®n enorme en la vida cotidiana. Los estilos de vida de los espa?oles se han ido igualando con los de los pa¨ªses europeos. Ahora que vuelve a cambiar la hora, hay una cuesti¨®n mucho m¨¢s relevante en la que mantenemos grandes diferencias con otros pa¨ªses: los horarios de vivir, de trabajar y de dormir.
Ahora que se habla de cambios y reformas deber¨ªamos pensar tambi¨¦n en c¨®mo mejorar los horarios cotidianos. Las formas de trabajo han cambiado y sobre todo ha cambiado la vida de las mujeres. Ni los hombres se dedican ¨²nicamente a trabajar ni las mujeres quieren dedicarse ¨²nicamente al hogar. Por ello es necesaria una forma nueva de armonizar los tiempos de trabajar y de cuidar de la familia, as¨ª como los tiempos para las relaciones personales, el ocio, el deporte o el sue?o. Deber¨ªamos reflexionar sobre la necesaria armonizaci¨®n de estos tiempos ya que afectan a la vida cotidiana y a las oportunidades de trabajo de los hombres y las mujeres.
Espa?a es uno de los pa¨ªses europeos en los que m¨¢s tarde se acuestan los ciudadanos y es el pa¨ªs en el que menos tiempo dedican a dormir, con el coste que ello supone en salud y trabajo.
La mayor peculiaridad del horario espa?ol es el de las comidas. No hay pa¨ªs europeo en el que el almuerzo y la cena sean tan tard¨ªos como en Espa?a. En esto cumplimos el reclamo tur¨ªstico aquel de Spain is different. En Espa?a se almuerza alrededor de las dos de la tarde mientras que en Europa se hace alrededor de las 12.30 y de forma ligera. El horario de la cena tambi¨¦n difiere del de los pa¨ªses europeos. Las encuestas se?alan las 21.45 como la hora media de cenar de los espa?oles. En el resto de Europa se cena alrededor de las siete de la tarde, siendo ¨¦sta la comida principal del d¨ªa.
Otra peculiaridad espa?ola son los horarios de trabajo. En la mayor¨ªa del mundo desarrollado el horario de trabajo va de nueve de la ma?ana a cinco de la tarde, en cinco d¨ªas laborables, quedando libres los s¨¢bados y los domingos. Muchos servicios requieren otros d¨ªas y otras horas, pero la mayor¨ªa de las actividades laborales se relacionan entre s¨ª en esta franja horaria. En nuestro pa¨ªs, este horario es una excepci¨®n ya que predominan los horarios partidos. Una gran cantidad de empleos dividen la actividad diaria en dos partes, una matinal y una vespertina.
A pesar de los cambios experimentados, hay una cuesti¨®n en la que mantenemos grandes diferencias y es en los horarios de vivir, de trabajar y de dormir
El horario continuo tiene la ventaja indiscutible de ahorro de tiempo y de energ¨ªa. Solo hay un desplazamiento diario del hogar al centro de trabajo y se gasta menos en energ¨ªa, ya sea luz, calor o aire acondicionado. Sin embargo, las mayores ventajas del horario continuado se advierten en la vida diaria de los trabajadores. Terminar el trabajo diario alrededor de las cinco de la tarde permite dedicar m¨¢s horas al cuidado del hogar, de los hijos o los mayores, al estudio, al deporte, a la vida social e incluso a dormir algo m¨¢s. La jornada continua se armoniza mejor con el resto de las responsabilidades personales. Lo vemos en Europa y en Estados Unidos, donde la mayor¨ªa de los empleados tienen una jornada de ocho horas y hacen sobre las 12.30 un almuerzo ligero, adem¨¢s de tomar en cualquier momento refrescos, caf¨¦s o bocadillos. Se acepta con normalidad el comer algo durante las reuniones de trabajo o en las aulas universitarias. Se puede comer en cualquier momento pero ¨²nicamente cosas ligeras. Las comidas calientes e importantes son el desayuno y la cena, que se toman, generalmente, en el hogar. La ventaja fundamental de la jornada continua es que tanto los hombres como las mujeres pueden, a partir de esos horarios de cinco a nueve, ocuparse de las tareas de cuidado que sus familias necesitan.
El horario continuo tiene la ventaja indiscutible del ahorro de tiempo y de energ¨ªa. Solo hay un desplazamiento diario al centro de trabajo y se gasta menos en energ¨ªa, ya sea luz, calor o aire acondicionado. Pero tambi¨¦n desventajas
Una tercera peculiaridad es la de los comercios. Los horarios comerciales son, como los de comidas y cenas, una herencia del pasado. Una gran mayor¨ªa de tiendas cierran a las horas del mediod¨ªa, que son las mismas en que la gente sale de su trabajo. Miles de oficinistas que van al mediod¨ªa a su casa o al bar encuentran los comercios cerrados. Los que desean aprovechar esos tiempos libres del mediod¨ªa para hacer compras o ir al banco lo tienen muy dif¨ªcil. Los horarios del comercio est¨¢n pensados para personas que tengan las ma?anas o tardes libres para comprar, ir al tinte o hacer una gesti¨®n en el banco. Los hogares de los a?os cincuenta, con un solo trabajador en el exterior y una mujer dedicada enteramente al hogar, pod¨ªan mantener esa disociaci¨®n de los horarios de trabajo y comercio. En la actualidad la mayor¨ªa de las mujeres trabaja fuera de casa y, adem¨¢s, hay un n¨²mero creciente de personas que viven solas. La gente que vive sola y trabaja lejos de su casa est¨¢ condenada a comprarlo todo en s¨¢bado por la ma?ana.
Como consecuencia de todo esto, tenemos otra peculiaridad que es la de la tard¨ªa hora de acostarse. Ser original no siempre es bueno y esto es lo que nos ocurre a los espa?oles con las horas de sue?o. Somos uno de los pa¨ªses europeos en que m¨¢s tarde se acuestan los ciudadanos y en el que menos tiempo dedican a dormir. Con el coste que ello supone en salud y trabajo. Nos levantamos m¨¢s o menos a la misma hora que en el resto de los pa¨ªses europeos y nos acostamos mucho m¨¢s tarde. Un 65% de los espa?oles contestaban a una encuesta en 2010 que estaban levantados hasta bien pasadas las 12 de la noche. Esto va a juego con que los programas televisivos de mayor audiencia empiecen a las once de la noche.
Los hogares de los a?os cincuenta, con un solo trabajador en el exterior y una mujer dedicada enteramente al hogar, pod¨ªan mantener esa disociaci¨®n de los horarios de trabajo y comercio. Todo esto ha cambiado
El cambio es posible y ser¨ªa beneficioso. Con las nuevas familias en las que el hombre y la mujer trabajan fuera de casa se necesita reducir y repartir las obligaciones dom¨¦sticas, y adaptar los horarios y los h¨¢bitos de alimentaci¨®n para conciliar las necesidades de todos. La alternativa est¨¢ inventada, podemos ver lo que se hace por Europa. Nuestra sociedad deber¨ªa plantearse un cambio de los horarios con el objetivo de hacer m¨¢s f¨¢cil la vida cotidiana y hacer compatibles las diferentes obligaciones de los hombres y de las mujeres que son a la vez madres, padres y trabajadores. Se tratar¨ªa de organizar los tiempos para poder armonizar unas actividades y otras: el trabajo, el descanso, el ocio, la vida familiar, las compras, los deportes, etc¨¦tera. Se hace necesario compaginar mejor los tiempos escolares, los tiempos de trabajo y las actividades comunes de la familia. Unos horarios razonables permitir¨ªan una mejor conciliaci¨®n de la vida laboral y personal y ello aumentar¨ªa el bienestar de la poblaci¨®n.
In¨¦s Alberdi es catedr¨¢tica de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
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