?Preparados para una noche fuera?

Doy paso a una duda existencial que me ha llegado de no voy a decir qui¨¦n. Es el padre de un ni?o que est¨¢ (o no) a las puertas de una excursi¨®n / campamento / colonia de esas que implican pasar una noche fuera de casa. El ni?o tiene cinco a?os. Aunque la cosa tiene m¨¢s pinta de s¨ª que de no, la pareja difiere. ?l est¨¢ m¨¢s o menos a favor. Ella, m¨¢s o menos en contra. El ni?o, m¨¢s o menos en plan ¡°os desheredo de mi cari?o si no me dej¨¢is¡±. Ah¨ª va.

"¡ª Papi, nos vamos a ir de excursi¨®n y voy a dormir con mis amigos.

¡ª ?C¨®mo?¡ª. Me hice el loco, como si no supiera nada. En realidad, ya ten¨ªa noticias de que el colegio planeaba una salida que inclu¨ªa una noche fuera. El tema ya hab¨ªa dado motivo a una conversaci¨®n con mi mujer, menos predispuesta a¨²n que yo.

¡ª S¨ª, que nos vamos de excursi¨®n con el cole y voy a dormir con mis amigos.

¡ª Eh, eh, eh. Para el carro. Lo de que te vas a dormir fuera est¨¢ por ver. Mira, mam¨¢ y pap¨¢ tienen que verlo, porque pensamos que eres muy peque?o. Ya veremos.

Silencio. No hubo protestas, pero se adivinaba un puntito de decepci¨®n, de temor a que la cosa se quedase en un no. No me pas¨® desapercibido.

Yo hab¨ªa ido a colonias de peque?o y la experiencia me pareci¨® fascinante. Pocos recuerdos tengo tan buenos. Fueron 15 d¨ªas, pero ten¨ªa nueve a?os. La discusi¨®n con mi mujer, evidentemente, ten¨ªa todo que ver con la edad, sin otras consideraciones como la seguridad, que d¨¢bamos por hecha, o la vertiente educativa ¨Cvemos el asunto como una experiencia m¨¢s, positiva en principio, siempre que apetezca al peque y no se tuerza por alg¨²n motivo-. Sosten¨ªa ella que es demasiado peque?o para una excursi¨®n de ese tipo, as¨ª que se inclinaba por no dejarle ir. En realidad, sobre este tema yo tambi¨¦n ten¨ªa mis dudas, pero me pod¨ªa el buen recuerdo de mi experiencia, as¨ª que yo era m¨¢s partidario.

Surgi¨® tambi¨¦n el tema de posibles miedos una vez que se apagase la luz del barrac¨®n donde iban a dormir los chicos. Porque esa es otra. Pese a que el nuestro hace mucho que no se despierta con miedo o pesadillas y no se viene a nuestra cama m¨¢s que por vicio, no descartaba tampoco que ¨¦l, u otro cualquiera, rompiera la noche en gritos o la pasara en vela en brazos de una monitora porque el coco se hab¨ªa aparecido con una azada.

En el colegio nos tranquilizaron bastante con una reuni¨®n informativa en la que con pelos y se?ales nos contaron el programa de actividades y nos pidieron armar una maleta con todo tipo de enseres que hicieran c¨®moda e higi¨¦nica la estancia, incluyendo una linterna. Y adem¨¢s, la granja est¨¢ en Madrid, a media hora en coche de casa en caso de emergencia.

En fin, que creemos que ir¨¢. Pero seguimos pregunt¨¢ndonos si con esa tierna edad est¨¢ bien que te pongan en el brete".

La verdad es que el tema es peliagudo y yo mismo he tenido la discusi¨®n sobre una excursi¨®n de ese tipo a tan tierna edad. As¨ª que he recurrido al argumento de autoridad y he consultado con las autoridades: mis compa?eras de De Mamas & De Papas Clara Blanchar, Cecilia Jan y Ana Pantaleoni.

Clara me cuenta que sus hijas han salido de excursi¨®n con noche incluida todos los a?os desde que ten¨ªan tres, que ahora en primaria la tasa sube a dos noches en primero y segundo y que a partir de tercero la cosa se pone en cinco d¨ªas, de lunes a viernes. Adem¨¢s de que tiene este verano una excursi¨®n en proyecto de ocho d¨ªas. Deduzco, por tanto, que Clara est¨¢ a favor de estas salidas. Me sirve tambi¨¦n para llegar a esta conclusi¨®n que me escriba que a ella no le da "ning¨²n reparo", entre otras cosas porque ella misma ha ido "de colonias muchos d¨ªas desde bien peque?a". Sin embargo, alguien le ha hecho saltar una alarmita cuando le ha comentado que "hay chavales que lo pasan muy mal, y no siempre lo dicen, lo que da que pensar".

Por su parte, Cecilia dice que cree que dejar¨ªa a su hijo de cinco a?os ¡°si al ni?o le apetece y va toda la clase¡±, aunque con cierto ¡°resquemor¡±. Apunta adem¨¢s una cosa en la que no hab¨ªa ca¨ªdo. ?Qu¨¦ pasa si alguno de los excursionistas a¨²n lleva pa?al de noche? Como dice Cecilia, ¡°habr¨ªa que gestionar posibles complejos¡± si ese pa?al tard¨ªo se enfrenta a la vista de todos los amiguitos del cole.

Como ella es muy curiosa, resulta que se ha le¨ªdo, adem¨¢s, el libro C¨®mo ser una mam¨¢ cruas¨¢n, en el que Pamela Druckerman, estadounidense, se maravilla de lo educados que son los ni?os franceses y de sus costumbres, entre ellas la de mandarlos de excursi¨®n una semana a partir de 5 ¨® 6 a?os.

Por ¨²ltimo, Ana, tambi¨¦n de Barcelona, no debe tener inconveniente a las noches fuera, porque la suya mayor, de seis, ha estado recientemente tres noches con sus compa?eros del cole. E introduce el factor ¡°alteraci¨®n de la rutina¡±. No la de la ni?a, sino la de los que se quedan, en este caso el peque?o, que ha perdido a su referente en las horas de oscuridad. Dice que el hermano, de tres a?os, est¨¢ ¡°consternado porque ha visto ¡°c¨®mo su hermana y protectora, sobre todo por la noche, ha desaparecido¡±. Ana, como Clara, puntualiza que todos los a?os van al mismo sitio de colonias, lo que redundar¨¢ tanto en la tranquilidad de los padres como la de los hijos.

?Tendr¨¢n algo que ver las costumbres locales en el tema de las salidas? Ana y Clara me explican que en Catalu?a es habitual, como parece serlo en Francia. A Cecilia y a m¨ª, que vivimos en Madrid, nos extra?a m¨¢s.

No s¨¦ c¨®mo lo veis vosotros. Igual muchos viv¨ªs en otras comunidades o en otros pa¨ªses y all¨ª el asunto se trata de otra manera. Os invito a cont¨¢rnoslo, en los comentarios o con nuestro perfil de Twitter, que tengo un padre con una duda existencial que le reconcome.