Conexi¨®n contra desconexi¨®n

La nueva plataforma digital provoca cambios dr¨¢sticos en las relaciones humanas; nos acerca socialmente y acelera la eficacia profesional, aunque tambi¨¦n nos preguntamos: ?no estaremos m¨¢s conectados al mundo digital y a los dem¨¢s, pero menos al mundo real y a nosotros mismos? Un sinf¨ªn de posibilidades informativas, productivas y de ocio nos arrastran al solitario e introspectivo oc¨¦ano del big data, enmarcado por una pantalla de cinco pulgadas. El poder de atracci¨®n del ¡°infoentretenimiento¡± es exageradamente persuasivo y puede que esta sea una raz¨®n por la que, en Asia, se han puesto en marcha diversas campa?as contra el abuso del smartphone por parte de los usuarios. Resulta desconcertante la fotograf¨ªa hist¨®rica de toda una generaci¨®n dirigiendo su mirada hacia abajo; hacia sus manos. Es as¨ª como los espor¨¢dicos ¡°lazos sociales d¨¦biles¡± desaparecen y evitamos, por ejemplo, la conversaci¨®n que nos ofrec¨ªa aquella anciana en el autob¨²s. Perdemos la oportunidad de descubrir nuevas perspectivas y entramos en el desh¨¢bito de lo que nos hac¨ªa seres sociales. El lenguaje verbal y no verbal, el contacto f¨ªsico y visual in situ est¨¢n en guerra abierta contra el mensaje textual, el emoticono y el selfie. ?C¨®mo arbitrar y gestionar este inevitable conflicto?¡ª Daniel Cullel Aranda.