14 fotos15 lecturas para el D¨ªa del libroBabelia recopila los Libros de la semana de 2016, lo m¨¢s destacado de lo que llevamos de a?o 23 abr 2016 - 16:38CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlace"Todo libro parte de una desmesura: el autor supone que eso puede ser escrito, que el caos de borradores desembocar¨¢ en una versi¨®n definitiva. Publicada en Alemania en 1976, La muerte de mi hermano Abel, de Gregor von Rezzori, trata de la imposibilidad de armar una novela. El protagonista, Aristides Subicz, es un guionista que ha vendido su alma a los demonios del cine comercial y lleva 19 a?os tratando de componer una historia que lo redima, la gran novela de la posguerra europea". Por JUAN VILLOROSEXTO PISO"Hoy, como de sobra sabemos, el g¨¦nero ensay¨ªstico abarca desde un esbozo recreativo en una revista literaria hasta un volumen imponente de cientos de p¨¢ginas sobre un tema trabajado durante d¨¦cadas. Tampoco es cosa de sublevarse, en imprecisiones m¨¢s graves buceamos todos los d¨ªas. Sin embargo, los verdaderos aficionados al ensayo ¡ªy que por tanto comemos de todo cuando toca, siempre con buen apetito, sea una imponente fabada o un liviano canap¨¦ de caviar¡ª guardamos un especial aprecio a dos caracter¨ªsticas que nunca deber¨ªan faltarle: la ligereza desenfadada de trazo (lo que Baldassare Castiglione llam¨® sprezzatura) y la sorpresa, lo imprevisto de la perspectiva o del giro que toma el asunto planteado inicialmente. Una de las dos nunca est¨¢ ausente y en la mayor¨ªa de los casos se dan ambas en los sucintos ensayos o art¨ªculos que a lo largo de su vida ¡°breve y valerosa¡± (Borges dixit) escribi¨® Robert Louis Stevenson". Por FERNANDO SAVATERC?RCULO DE TIZA"La sola perspectiva de leer el libro Salvar los medios de comunicaci¨®n alegrar¨¢ el camino del periodista espa?ol en cuyas manos haya ca¨ªdo. Pero necesitar¨¢ una cierta dosis de optimismo para mantener esa sensaci¨®n al terminarlo. Los diarios impresos no dejan de perder ejemplares, y los diarios digitales no dejan de ganar lectores. Sin embargo, esa transfusi¨®n no ha resultado precisamente beneficiosa para los medios que publican sus informaciones y sus art¨ªculos en ambos soportes. Los miles de lectores que abandonan el papel para pasarse a la pantalla no se llevan consigo los ingresos que representaban (antes se les cobraba por lo que ahora reciben gratis). Ni siquiera los ingresos indirectos derivados de la publicidad". Por ?LEX GRIJELMOANAGRAMA"La nueva novela de Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu, Los poderosos lo quieren todo, me hizo desempolvar mis viejos tratados de narratolog¨ªa. Entre ellos, uno en especial. Mija¨ªl Bajtin, el autor de dos de los estudios capitales sobre Dostoievs?ki y Rabelais. Pero empecemos por el principio. Este es un Guelbenzu distinto al autor de El r¨ªo de la luna. Distinto tambi¨¦n al autor de Un peso en el mundo. Y por supuesto, nada que ver con el autor de La muerte viene de lejos, por citar una de las historias cuya protagonista es la ya conocida y reconocida juez Mariana de Marco y sus andanzas indagatorias. Los poderosos lo quieren todo se desenvuelve en varias claves. Hay la clave f¨¢ustica, de larga tradici¨®n en la novela europea. Hay la clave carnavalesco-esperp¨¦ntica, que convierte a la f¨¢ustica en el meollo argumental de la historia y, a su vez, en su nivel m¨¢s singular, adem¨¢s de m¨¢s hilarante. Hay tambi¨¦n la clave cervantina-metaficcional. En esta, el autor introduce como juego narrativo el drama de un narrador que lucha entre asentir lo que le manda el creador (que no el autor) que narre o desmarcarse de ese encorsetado mandato. Estos son los materiales con los que Guelbenzu arma su relato. Como toda novela cargada con las caracter¨ªsticas que he citado, esta tambi¨¦n tiene sus dianas. Pol¨ªtica, social y humana". Por J ERNESTO AYALA-DIPSIRUELA"Tal vez la mayor peculiaridad de este libro radique en su condici¨®n de manuscrito encontrado. Pero no de manuscrito encontrado a la manera cervantina, sino de manuscrito verdaderamente encontrado, testimonio real de la sexualidad creadora de una mujer francesa de clase alta en los a?os veinte. Simone, Mademoiselle S., mantiene una relaci¨®n ad¨²ltera con Charles, casado infiel. A medida que se aman y se escriben cartas, Simone se empodera de s¨ª misma. S¨®lo se conservan las cartas de Simone, editadas por Jean-Yves Berthault, que en el pr¨®logo abre la puerta a la desconfianza como acicate de lectura: ¡°Uno de mis mejores amigos (¡) me dijo: ¡®?Vamos, recon¨®celo, las has escrito t¨² mismo! ?Esto no pudo haberlo escrito una mujer en 1928!¡¯, y tuve que ense?arle las misivas originales¡¡±. Lo mismo hace con los lectores que en esta edici¨®n analizan la letra regular, los renglones rectos, los respetuosos m¨¢rgenes. Si estas cartas no diesen testimonio de una realidad que imita las ficciones libertinas, poniendo de manifiesto c¨®mo vi?da y literatura copulan incesantemente, entonces La pasi¨®n de Mademoiselle S. como obra de imaginaci¨®n por?nogr¨¢fica podr¨ªa quedarse corta ante la crueldad sexual, de repercusiones ¨¦ticas, de Sade, Cr¨¦billon, Apollinaire o Bataille. Damos la vuelta al prejuicio de si la realidad supera la ficci¨®n y al margen de unos posibles valores literarios que residir¨ªan en que las cartas no fueran verdad sino construcci¨®n veros¨ªmil, el inter¨¦s de Mademoiselle S. ser¨ªa sociol¨®gico: una mujer se reivindica como sujeto sexual activo. Adem¨¢s, el compilador Berthault, en nota al pie, explica c¨®mo los avances t¨¦cnicos ¡ªcorreo neum¨¢tico, el tranv¨ªa y la posibilidad de mantener contacto visual con extra?os¡ª propician nuevos modos de vivencia er¨®tica. Como Internet, pero de otra manera¡". Por MARTA SANZSEIX BARRAL"Este no es un libro de historia. No lo era tampoco Diplomacia, antecedente y primera gran incursi¨®n hist¨®rica y pol¨ªtica a la idea de un orden global por parte de Henry Kissinger, publicada hace 20 a?os. El viaje de la academia a la pol¨ªtica no suele tener billete de vuelta. Y menos cuando la acci¨®n es tan intensa y controvertida como es el caso. Es dif¨ªcil que el regreso transcurra por los caminos de la objetividad y del rigor acad¨¦mico, cuando hay pecados a justificar, cuentas a pagar e inc¨®modos escollos a rehuir. La reflexi¨®n que surge de la acci¨®n encuentra en las memorias su camino m¨¢s adecuado e incluso su aportaci¨®n m¨¢s honesta, en forma de testimonio y en casos singulares como ocasi¨®n de confesi¨®n y arrepentimiento. A pesar de la dificultad, no se le puede reprochar a Kissinger que no lo haya intentado y con ¨¦xito. Ah¨ª est¨¢n, impresionantes e imprescindibles, discutibles tambi¨¦n, sus tres vol¨²menes memorial¨ªsticos: Los a?os de la Casa Blanca (1979), A?os de convulsi¨®n (1982) y A?os de renovaci¨®n (1999)". Por LLUIS BASSETSDEBATE"De todos los libros sobre m¨²sica pop que he le¨ªdo, Yeah! Yeah! Yeah! es el m¨¢s importante. Pocos ensayos, aparte del reciente M¨²sica de mierda, de Carl Wilson (Blackie Books), ser¨ªan capaces de lograr que un viejo partisano como quien les habla, herido (pero triunfante) en innumerables batallas pop y con m¨¢s prejuicios que un junker alem¨¢n del XIX, se replantease ¡ªsin sufrir tortura medieval en sus gl¨²teos¡ª tantos conceptos est¨¦ticos y musicales. Lo crucial, creo, es que Bob Stanley nos ha retado a cambiar de idea en mil aspectos, a la vez que permanece de nuestro lado (el del pop universal) en muchos otros". Por KIKO AMATTURNER"La Gran Guerra reconstruy¨® el orden mundial. Ya lo hab¨ªa percibido un insigne pol¨ªtico brit¨¢nico, David Lloyd George, apenas un a?o despu¨¦s de su comienzo, y as¨ª se lo dijo a una multitud de sindicalistas en Glasgow el d¨ªa de Navidad de 1915: ¡°Es el diluvio (¡) una convulsi¨®n (¡) un movimiento s¨ªsmico¡± de esos que hac¨ªan que generaciones enteras avanzaran o retrocedieran ¡°de una sola sacudida¡±. Adam Tooze, autor de otra notable obra sobre el ascenso y quiebra de la econom¨ªa nazi, toma esa descripci¨®n apocal¨ªptica de la guerra como ¡°diluvio¡± y dibuja, con uso combinado de detalles y trazo grueso, los grandes cambios que de ella resultaron". Por JULI?N CASANOVACR?TICA"Mia Couto (Beira, Mozambique, 1955) est¨¢ considerado uno de los escritores m¨¢s importantes en lengua portuguesa. Es el autor mozambique?o m¨¢s internacional a merced de las traducciones de sus obras. La editorial Alfaguara ha venido vertiendo al castellano su obra narrativa desde hace a?os; libros como Tierra son¨¢mbula, El ¨²ltimo vuelo del flamenco, Cada hombre es una raza y Jerusal¨¦n. La confesi¨®n de la leona es el ¨²ltimo t¨ªtulo que nos llega con todos los parabienes de la cr¨ªtica de su pa¨ªs e internacional. La lectura de La confesi¨®n de la leona que me permito recomendarles desde ya mismo nos introduce en un paisaje distinto al del alud de novedades que sepultan nuestras librer¨ªas favoritas. No es un m¨¦rito per se que el mundo en el que nos encierra Couto sea un peque?o poblado africano mozambique?o. Pero al menos no es el mismo balbuceo con las coordenadas espacio-tiempo anglosajonas, occidentales de siempre. Pero, ya les digo, eso no es un m¨¦rito del autor ni del libro. El m¨¦rito es que luego la narraci¨®n discurre lo suficientemente bien como para que el viaje valga la pena". Por CARLOS ZAN?NALFAGUARA"Si algo caracteriza la larga vida y la extensa obra del te¨®logo suizo Hans K¨¹ng son la coherencia y la autenticidad, como ha demostrado en su conflicto con la jerarqu¨ªa cat¨®lica romana, que desemboc¨®, a finales de la d¨¦cada de los setenta del siglo pasado, en la retirada de la licencia eclesi¨¢stica por cuestionar la infalibilidad del Papa y que su colega en Tubinga Joseph Ratzinger, al llegar al papado, no le devolvi¨®. A punto de cumplir 88 a?os, ha vuelto a demostrar coherencia y autenticidad al defender el derecho a la eutanasia, como ya adelantara en el ¨²ltimo volumen de sus memorias: Humanidad vivida (Trotta, 2014), donde expone detalladamente c¨®mo le gustar¨ªa morir. Tal posici¨®n no debe considerarse aisladamente. Ha de entenderse teniendo en cuenta las cuestiones antropol¨®gicas y religiosas que le han ocupado y preocupado intelectual y vitalmente: la verdad, la veracidad y la confianza b¨¢sica; el problema de Dios, su existencia y su sentido; la figura de Jes¨²s de Nazaret, sus actitudes y opciones; la existencia cristiana; la Iglesia y su necesaria reforma; el estudio de las religiones en la historia y en la actualidad; el ecumenismo, el di¨¢logo interre?ligioso e intercultural; la esperanza y la pregunta por la vida eterna". Por JUAN JOS? TAMAYOTROTTA"Si es de los que creen que el progreso tecnol¨®gico y la filantrop¨ªa van camino de acabar con el hambre en el mundo, David Rieff tiene malas noticias para usted. Su nuevo ensayo, El oprobio del hambre, es un repaso cr¨ªtico y minucioso a los organismos internacionales, fundaciones y ONG que aspiran a acabar con el hambre en el mundo y que, pese a sus buenas intenciones, logran, a juicio del autor, resultados decepcionantes. Rieff reconoce que se han producido ciertos avances en la erradicaci¨®n del hambre en la ¨²ltima d¨¦cada, pero tambi¨¦n advierte de que la poblaci¨®n no deja de crecer, de que el planeta se calienta a marchas forzadas provocando sequ¨ªas y arrasando cosechas y de que la desigualdad avanza sin freno. ?C¨®mo vamos a alimentar a los 9.000 millones de personas que habitar¨¢n el planeta a mediados de siglo?, se pregunta con angustia neomalthusiana". Por ANA CARBAJOSATAURUS"Siempre se ha dicho que Jonathan Swift, tal vez el m¨¢s importante escritor en lengua inglesa de su tiempo (con el permiso de James Boswell), fue un escritor que un¨ªa a su gran inteligencia una absoluta incapacidad para la ilusi¨®n. Una oculta de?sesperaci¨®n le llevaba a la cr¨ªtica de todos los valores dominantes, hasta amenazar las ra¨ªces mismas de la existencia humana en Los viajes de Gulliver (1726). Y agradezco a la autora de Roth desencadenado. Un escritor y sus obras, Claudia Roth Pierpont, que sugiera las correspondencias apreciables en el talento y sensibilidad de ambos novelistas. Porque, en efecto, con siglos de distancia, los dos recurren a la s¨¢tira como el principal instrumento de su literatura, pero tambi¨¦n late en ellos el deseo de renovar la prosa de su tiempo, dot¨¢ndola de una nueva y punzante vitalidad. Asimismo los dos se caracterizan por un componente obsesivo y amargo de su personalidad que les conduce a la depresi¨®n ocasionalmente". Por ANNA CABALL?RAMDOM HOUSE"En el plazo de pocos a?os, Jordi Gracia ha escrito tres biograf¨ªas importantes ¡ªlas de Dionisio Ridruejo, Ortega y Gasset y, ahora, la de Cervantes¡ª que obedec¨ªan al estudio de una ¡°imprevista ley secreta en torno a la madurez: a dos de ellos el tiempo y la experiencia los reeduc¨® rebel¨¢ndolos contra s¨ª mismos hasta hacerlos inequ¨ªvocamente mejores mientras al otro lo estropearon (Imaginaci¨®n moral y biograf¨ªa, Bolet¨ªn de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, 99, 2016). Como el lector supondr¨¢, se han salvado del escrutinio Cervantes y Ridruejo, y se conden¨® Ortega, aunque con atenuantes de peso. Juicios tan atrevidos, sint¨¦ticos y certeros s¨®lo se pueden hacer cuando uno piensa que ¡°contra todas las apariencias (¡), el novelista de ficci¨®n y el bi¨®grafo hist¨®rico comparten la disposici¨®n a imaginar y encadenar causas ¨ªntimas y externas, movimientos an¨ªmicos y momentos cruciales¡±. Y, por supuesto, cuando uno escribe con la perspicacia, la pasi¨®n indisimulable y el olfato casi infalible de Jordi Gracia". Por JOS?-CARLOS MAINERTAURUS"Una noche, durante un c¨®ctel en un hotel de moda, un cr¨ªtico y bloguero que jam¨¢s hab¨ªa publicado ning¨²n libro, Garth Hallberg, coincidi¨® con Chris Parris-Lamb, el agente literario del momento, conocido por su habilidad para sellar contratos millonarios. Lamb y Hallberg ten¨ªan treinta y tantos a?os y eran ambos oriundos de Carolina del Norte. Cuando el escritor le cont¨® que acababa de poner fin a una novela de m¨¢s de un millar de p¨¢ginas que hab¨ªa tardado nueve a?os en completar, Parris-Lamb le pidi¨® que se la hiciera llegar. Unas semanas despu¨¦s el manuscrito de Ciudad en llamas obraba en poder de las 12 editoriales m¨¢s influyentes del pa¨ªs, de las cuales 10 mostraron un inter¨¦s fuera de lo normal por publicarlo. El forcejeo se sald¨® a favor de la editorial Knopf, que pag¨® un adelanto de dos millones de d¨®lares, cifra r¨¦cord para una primera novela. Una productora de Hollywood desembols¨® un mill¨®n de d¨®lares m¨¢s por los derechos cinematogr¨¢ficos". Por EDUARDO LAGORAMDOM HOUSE