El divorcio de CiU y las deudas pendientes

Incluso en los divorcios m¨¢s amigables ¡ªtambi¨¦n en los pol¨ªticos¡ª el reparto de gananciales suele comportar tensiones. La probabilidad aumenta exponencialmente cuando la ruptura es conflictiva y en lugar de bienes lo que hay que repartir son deudas cuantiosas. Eso es justo lo que estamos viendo estos d¨ªas en una de las rupturas m¨¢s comentadas, la de la federaci¨®n CiU. Converg¨¨ncia y Uni¨® sellaron en 1978 un matrimonio de conveniencia en el que han aflorado con frecuencia diferencias de ideario y de intereses; pero el ejercicio de poder fue un poderoso b¨¢lsamo que les permiti¨® mantener el v¨ªnculo durante 36 a?os. Hasta que el viraje independentista de Converg¨¨ncia bajo el liderazgo de Artur Mas les llev¨® finalmente a la ruptura.

Converg¨¨ncia y Uni¨® se separaron en junio de 2015 con un acuerdo en apariencia amistoso pero que en realidad no lo era tanto. La tensi¨®n ha aflorado ahora, cuando el actual secretario general del partido democristiano, Ramon Espadaler, ha anunciado que estudian presentarse de nuevo a las elecciones generales del 26 de junio. En cuanto trascendi¨® esta posibilidad, que mermar¨ªa apoyos a la lista de Converg¨¨ncia, bautizada ahora como Democr¨¤cia y Llibertat, su portavoz en el Congreso de los Diputados, Francesc Homs, se apresur¨® a decir que si Uni¨® tiene dinero para pagar una campa?a electoral, espera que tambi¨¦n lo tenga para saldar la parte que le corresponde de la deuda de CiU. La comisi¨®n liquidadora de la federaci¨®n estim¨® la deuda conjunta en 6,8 millones, de los que 1,7 correspond¨ªan a Uni¨®, pero esta no la acepta. El c¨¢lculo se hizo en base al que siempre se hab¨ªa estimado ¡ªaunque nunca se hubiera verificado¡ª que era su peso en la coalici¨®n: el 25%.

En realidad, muchos dirigentes de Converg¨¨ncia frunc¨ªan el ce?o cada vez que ten¨ªan que ceder una cuarta parte de las candidaturas o de los cargos p¨²blicos a un socio que solo aportaba el 7% de la militancia. Cre¨ªan que el partido de Duran i Lleida estaba sobrerrepresentado, que si fuera solo a unas elecciones, tendr¨ªa bastante menos. Las auton¨®micas del 27-S fueron la primera oportunidad de comprobar si esas c¨¢balas ten¨ªan fundamento. Y result¨® que s¨ª. Converg¨¨ncia se present¨® en una candidatura conjunta con Esquerra Republicana ¡ªJunts pel S¨ª¡ª y obtuvo el 39,59% de los votos. Uni¨® se present¨® sola y ni siquiera logr¨® representaci¨®n. Tampoco en las generales del 20-D, de modo que pas¨® de gobernar a ser una fuerza extraparlamentaria, lo que adem¨¢s de un gran fracaso pol¨ªtico supuso una debacle econ¨®mica.

Ahora Uni¨® baraja presentarse de nuevo a las generales como ¡°alternativa al catalanismo independentista¡±, lo que amenaza directamente a Converg¨¨ncia, que est¨¢ en pleno proceso de refundaci¨®n y tambi¨¦n se presenta en solitario. Pero Uni¨® est¨¢ en bancarrota. Adem¨¢s de su parte de la factura pendiente de CiU, tiene una deuda propia de 19 millones de euros. En esas condiciones, cabe preguntarse: ?qui¨¦n puede estar en disposici¨®n de prestarle dinero para una campa?a que, por austera que sea, ser¨¢ cara y sin expectativa de retorno?