8 fotosLos sue?os de la raz¨®n de FreudLibros del zorro rojo edita Freud , donde el ilustrador Ralph Steadman interpreta los momentos de la vida del psicoanalistaBabelia06 may 2016 - 12:14CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceDurante tres a?os, en la d¨¦cada de 1880, Freud cortej¨® con desesperaci¨®n a Martha Bernays. Mantuvo viva esa pasi¨®n, sobre todo mediante cartas. Eran sus a?os quijotescos, cuando su mente bull¨ªa de ideas desesperadas que luchaban por salir. Los genios deben hacer todo lo que necesitan, pero no antes de tiempo; la psiquis de Freud era todav¨ªa un campo de batalla lleno de generales belicosos sin soldados a quienes mandar.Wilhelm Fliess, amigo ¨ªntimo de Freud durante trece a?os, lo acusa de ser zurdo. Freud pasa el puro a la mano derecha, se vuelve hacia Fliess y responde: "Por lo que recuerdo, cuando era ni?o ten¨ªa en realidad dos manos izquierdas, pero siempre prefer¨ªa la de la derecha".Ralph SteadmanVerano de 1901 en Roma. Para Freud esa ciudad siempre hab¨ªa significado dos cosas opuestas: era la Roma de la Antigu?edad, cuya cultura le interesaba hondamente porque hab¨ªa dado origen a la civilizaci¨®n europea, y tambi¨¦n era la Roma cristiana, que hab¨ªa destruido y suplantado a la vieja Roma. Para ¨¦l, la Roma cristiana solo pod¨ªa ser enemiga, porque siempre la hab¨ªa considerado fuente del antisemitismo y tambi¨¦n como algo que se interpon¨ªa entre ¨¦l y su disfrute de la primera Roma, el objeto amoroso. Siempre hab¨ªa sido para ¨¦l un s¨ªmbolo de todo lo que los jud¨ªos no pod¨ªan alcanzar, y la llamaba "la mentira de la salvaci¨®n".Ralph SteadmanEra esa cualidad especial de Freud, la de llamar a las cosas por su nombre ¡ªel hecho de que estuviera "dotado de un realismo agudo e incomparable", como dijo Earnest [sic] Jones en su biograf¨ªa¡ª, la que le granjeaba tantos enemigos. Pero, m¨¢s importante todav¨ªa, fue tambi¨¦n lo que le permiti¨® descubrir el inconsciente, esa colmena de bajos instintos animales que exigen satisfacci¨®n y que luchan por librarse del r¨ªgido cors¨¦ de la mente racional.Ralph SteadmanCuando el barco atraca en el puerto de Nueva York, Ferenczi se ve repentinamente obligado a vomitar por la borda. "?Ay, ay! Debe de ser algo que com¨ª!", dice. Freud se aparta asqueado y susurra: "?No ser¨¢ algo que pens¨®?". A lo que Jung responde: "Quiz¨¢ fue algo que pens¨® que hab¨ªa comido".Ralph SteadmanNo era esa la primera vez que se presentaban muestras de disidencia en los alumnos m¨¢s brillantes de Freud, sobre todo Jung y Adler; las disensiones siguieron creciendo hasta la ruptura con el maestro: de Adler en 1911 y de Jung en 1913.Ralph SteadmanCuesta entender qu¨¦ dice su hermano Alex en la imagen, pero me parece que le podemos poner, sin equivocarnos, la etiqueta de chiste tendencioso o, m¨¢s concretamente, pulla indecente, que usa la t¨¦cnica de representaci¨®n indirecta que Freud llamaba alusi¨®n por omisi¨®n. Se puede desandar el camino, siguiendo una serie de asociaciones y deducciones de f¨¢cil demostraci¨®n y aludir a una actitud hostil que Alex quiz¨¢ expresa en ese momento, mientras Freud, sentado, disfruta del sol y de la compa?¨ªa de su perro en el jard¨ªn de su residencia veraniega cerca de Viena.Ralph SteadmanSigmund Freud, (Libros del Zorro Rojo, 2016). Texto e ilustraciones de Ralph Steadman. Traducci¨®n de Marcial Souto.