Tan poderoso como una orquesta y tan sensible como un arpa horizontal, el Steinway es un piano de leyenda. La fabricaci¨®n industrial y la artesan¨ªa convergen en el proceso de producci¨®n de un instrumento concebido a mediados del siglo XIX por un migrante alem¨¢n que se estableci¨® en Nueva York.
El sonido de un Steinway proviene de la armon¨ªa entre 12.000 piezas que lo componen. Christopher PayneZona de la factor¨ªa donde se montan las cajas de resonancia. Todas iguales, pero todas diferentes. No hay un Steinway igual a otro.Christopher PayneEl instrumento se expone a la prueba de estr¨¦s de un aparato de rotaci¨®n donde se ensambla el arpa. Se observa en la imagen el hallazgo del cordaje. Christopher PayneEl vientre del Steinway es la caja de resonancia, concebida con la madera de un abeto de Alaska (p¨ªcea de Sitka) que predispone la calidez del sonido.Christopher PayneLouis, del departamento de restauraci¨®n, enfrascado en la reparaci¨®n de una pata. Christopher PayneGwendolyn es una de las empleadas que se encargan de equilibrar las teclas. Christopher PayneLas 88 teclas predisponen a una extrema sensibilidad en la pulsaci¨®n, pero siempre con la asombrosa intensidad.Christopher PayneDan y Ryan, dos obreros de la fundici¨®n OS Kelly, de Ohio, que trabaja para Steinway desde 1938. Christopher PayneComo una criatura mitol¨®gica, el piano nace del fuego, de una forja donde adquiere forma el bastidor del instrumento. Christopher PayneUn piano en el vest¨ªbulo de la hist¨®rica factor¨ªa de Steinway and Sons en Astoria (Nueva York), que pronto cumplir¨¢ 160 a?os. Christopher Payne