5 fotosCon c de c¨¢ncer y de c¨®micMar¨ªa Hern¨¢ndez Mart¨ª ha usado para hablar de la enfermedad en Que no, que no me muero , su novela gr¨¢fica ilustrada por Javi de CastroRut de las Heras Bret¨ªn05 may 2016 - 14:23CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceLupe tiene c¨¢ncer de pecho. As¨ª, sin paliativos. Y lo lleva como puede, que para ella es la ¨²nica manera de llevarlo: no disimula, no se hace la fuerte, no se compadece de s¨ª misma. Intenta mantener su normalidad, siempre que la enfermedad se lo permita: contestar mails, pasear a su perra, hacer la compra... Lupe es la protagonista de 'Que no, que no me muero' (Modernito books), el c¨®mic escrito por Mar¨ªa Hern¨¢ndez Mart¨ª e ilustrado por Javi de Castro. Cualquiera que lo lea puede pensar que este personaje es el 'alter ego' de la autora, ya que f¨ªsicamente se parecen y padecen la misma enfermedad. Pero Hern¨¢ndez explica que no es as¨ª, que la protagonista de su historia est¨¢ creada a partir de distintas personas, ella incluida, y que Lupe tiene una virtud que ella no, "el ser ficticia". Reconoce que lo que s¨ª comparten es la actitud ante la vida, los mecanismos para enfrentarse a las dificultades, la mezcla de rabia y risa y el amor al absurdo.Colmillos, fluorescente, jirafa, kiwi o vikingos son palabras que forman parte del abecedario que Hern¨¢ndez ha creado, tambi¨¦n otras como cirug¨ªa, estr¨®genos, hospital o ?o?a. Sus relatos, cada uno titulado con una palabra ordenada alfab¨¦ticamente, no tratan sobre el c¨¢ncer, la enfermedad es solo el trasfondo, la excusa que le sirve para mostrar las innumerables maneras de enfrentarse a las dificultades. C¨®mo cada persona afronta la adversidad de manera diferente. Lupe es impaciente y se indigna, no es, precisamente, un ejemplo de paz interior. Pero no es el ¨²nico personaje, su amigo llora y se asusta tanto que es ella la que tiene que acabar pidi¨¦ndole una tila; Josefinita es esa molesta se?ora que uno se encuentra en cualquier sala de espera de hospital y que no para de contar desgracias, las suyas -siempre- peores que las de los dem¨¢s. La declaraci¨®n de intenciones de Hern¨¢ndez queda clara en la contraportada: "Si buscan serenidad, rollo zen y buenos sentimientos, aqu¨ª no es". No es un libro de autoayuda, no hay una moraleja, solo refleja situaciones y Hern¨¢ndez las plasma como las vive. En realidad, el que las ha convertido en im¨¢genes ha sido Javi de Castro, el ilustrador que ha entendido el tono de las historias: "Cuando me llegaron me re¨ª. Encaja en mi manera de ver las cosas". "Tenemos un sentido del humor parecido", afirma Hern¨¢ndez. Javi de Castro construy¨® las p¨¢ginas del c¨®mic a partir de los textos. Trabaj¨® con total libertad. Le gustaba la idea de que fueran peque?os relatos porque as¨ª ten¨ªa m¨¢s oportunidades para jugar con el medio, que cada historia fuera diferente y lo ha conseguido. Recurre a distintos formatos, desde vi?etas tradicionales, hasta a la recreaci¨®n de la pantalla de un m¨®vil, de correos electr¨®nicos, picados en los que la cama ocupa toda la p¨¢gina... Lo que le result¨® m¨¢s dif¨ªcil es plasmar los mon¨®logos de Lupe, todas sus divagaciones... "Tambi¨¦n los relatos m¨¢s oscuros, que quiz¨¢ son los m¨¢s dram¨¢ticos", comenta De Castro. La escritora es consciente de la suerte que tuvo de encontrarle, prob¨® con otros ilustradores, pero el que mejor capt¨® el tono fue este joven leon¨¦s, que est¨¢ nominado a dos premios en el Sal¨®n del C¨®mic de Barcelona que se celebra esta semana -mejor obra publicada en Espa?a en 2015 junto con Josep Busquet con 'La ¨²ltima aventura' (Dibbuks) y autor revelaci¨®n-. ?l, adem¨¢s, recibi¨® documentaci¨®n de Hern¨¢ndez, fotograf¨ªas de su ciudad, de hospitales, los pa?uelos que llevaba.Hay una parte de esta novela gr¨¢fica que recuerda a la historia que protagoniza Ricardo Dar¨ªn en 'Relatos salvajes'. Esas ganas de explotar que todo el mundo ha sentido alguna vez, enfermo o no. "Eso se da de bofetones con la idea de que para estar enferma correctamente tienes que ser un ejemplo de paz interior. Una vez me preguntaron si sab¨ªa en qu¨¦ parte de mi alma estaba enraizada mi enfermedad, contest¨¦ que en mi c¨®digo gen¨¦tico". Hern¨¢ndez empez¨® escribiendo estos peque?os cuentos en un blog. Sheila Melhem, editora de Modernito Books, le anim¨® a convertirlos en un c¨®mic. "En un principio iba a ser un cat¨¢logo de impaciencias de Lupe, pero cuando terminamos nos dimos cuenta de que la protagonista aguanta carros y carretas y solo gritaba una vez", cuenta Hern¨¢ndez. "Vivimos demasiado contenidos. Yo me autocontrolo mucho, lo que no es necesariamente malo. Nadie tiene que tragarse mi mal genio. El 'yo soy as¨ª' es inasumible", a?ade. Y no, no le gusta la remolacha, la "odia". Est¨¢ harta de que constantemente se la recomienden. 'Que no, que no me muero' habla tambi¨¦n de tab¨²s, de temas que cuesta plantear como el entierro de cada uno. Hern¨¢ndez a?ade una coletilla al t¨ªtulo: "Y si me muero no es el fin del mundo". Explica que nos comportamos como si fu¨¦ramos inmortales, cuando en realidad somos extremadamente fr¨¢giles. Esta novela es una bofetada de realidad, de hechos, de esa mezcla de lo c¨®mico y lo tr¨¢gico que hay en la vida, el absurdo, en definitiva. No es ejemplo de nada, son situaciones que Hern¨¢ndez cuenta, desde lo que tiene m¨¢s cerca, que es de lo que se alimenta para escribir. De eso, y de chocolate, que como paliativo, para ella, es el mejor.