Quien puede se procura un espacio para escapar del ruido. El yoga sigue siendo esencial para muchas personas. Un empleado del lujoso tren Rajasthan On Wheels aprovecha una pausa larga en una estaci¨®n secundaria de la capital.Pablo ZulaicaMensajes en un gran n¨²mero de camiones alientan a hacer uso del claxon para avisar si van a rebasarlos. Sus propios cl¨¢xones y las deflagraciones en motores envejecidos son otra fuente de ruido extra.Pablo ZulaicaDesde el asiento del piloto, un claxon suele preferirse fuerte. En Nueva Delhi, si no est¨¢ satisfecho, siempre se puede instalar uno m¨¢s potente con un vendedor callejero. En la foto, el volante del Mercedes Maybach S600 Guard durante su presentaci¨®n.Pablo ZulaicaLa moto puede ser el veh¨ªculo familiar en India. A veces se usan cascos, que tambi¨¦n protegen del ruido, pero otras no.Pablo ZulaicaCualquier tipo de veh¨ªculo de carga puede entorpecer y generar estr¨¦s. El claxon cierra el c¨ªrculo.Pablo ZulaicaFotografiado desde un puente, un vendedor de frutas avanza por el del Outer Ring Road, el anillo de circunvalaci¨®n que trae de cabeza a los vecinos de Pachsheel Park.Pablo ZulaicaRavi Kalra, alias ¡°el hombre que no pita¡±. Pese al entorno, Kalra es un hombre sosegado e incansable en la lucha contra el ruido.Pablo ZulaicaSue?o a bordo de un autob¨²s urbano durante un atasco en Nueva Delhi.Pablo ZulaicaLos conductores de 'autorickshaws' viven expuestos al ruido de cl¨¢xones ajenos.Pablo ZulaicaUna bocina el¨¦ctrica multitono en un puesto de Old Delhi. Est¨¢n prohibidas, pero son f¨¢ciles de encontrar. El vendedor se echa atr¨¢s y entrecierra los ojos cuando su ayudante lo activa.Pablo ZulaicaEntre los puestos de complementos para coche de Old Delhi, un vendedor conecta uno de sus cl¨¢xones dispuesto a demostrar su potencia.Pablo Zulaica