Sese?a

Yo estudi¨¦ Geograf¨ªa e Historia. Los alumnos de primero nos quej¨¢bamos de la forzosa asociaci¨®n de ambas disciplinas, pero entendimos muy pronto la relevancia que aportan las coordenadas espaciales al conocimiento de los hechos hist¨®ricos. As¨ª, un modesto municipio de Toledo est¨¢ destinado a ocupar un lugar privilegiado en la lista negra de los top¨®nimos capaces de resumir los desastres de toda una ¨¦poca. En el futuro, la cultura del boom inmobiliario no se entender¨¢ sin Sese?a. La del pelotazo, tampoco. El incendio del vertedero de neum¨¢ticos declarado ilegal en 2003, que sigui¨® acumulando toneladas de goma gracias a diversas triqui?uelas legales y a la culpable indiferencia de las autoridades que lo toleraron, pone el broche final a una historia nefasta. Ahora, lo ¨²nico importante es que las v¨ªctimas del Pocero puedan volver a sus casas. Pero ma?ana ser¨¢ imprescindible determinar las responsabilidades pol¨ªticas, administrativas e incluso jur¨ªdicas que han desembocado en una emergencia medioambiental largamente anunciada por los expertos. Sese?a ya tiene bastante desgracia con la turbia historia del Qui?¨®n, alucinante megaurbanizaci¨®n sin servicios en medio de ninguna parte. No deber¨ªamos tolerar que se convierta, adem¨¢s, en un ejemplo proverbial de la Espa?a de la impunidad que ha sucedido directamente, sin escalas, a la Espa?a de la corrupci¨®n. Los lazos que vinculan ambos fen¨®menos son demasiado ¨ªntimos como para que aceptemos sin m¨¢s la bonita historia de entre todos la mataron y ella sola se muri¨® con la que ya pretenden escurrir el bulto las Administraciones responsables de lo que ha pasado. S¨®lo falta que digan que lo sienten mucho, como el organizador de la fiesta del Madrid Arena.