Je suis Rosa Elvira y pido una dimisi¨®n
Rosa Elvira Cely en una de las pocas im¨¢genes p¨²blicas que hay.
Con el t¨ªtulo Culpa exclusiva de la v¨ªctima comienza el documento jur¨ªdico de la Alcald¨ªa de Bogot¨¢ emitido hace unos d¨ªas, y sigue as¨ª:
Le¨ªdas las declaraciones que en el proceso penal se registran de los compa?eros de estudios de ROSA ELVIRA CELY, se puede observar que de todos en el establecimiento educativo era de conocimiento la clase de personas que eran tanto JAVIER VELASCO como el otro compa?ero con los cuales sali¨® la noche del 23 de mayo de 2012 ROSA ELVIRA CELY, todos sab¨ªan que ten¨ªan comportamientos raros y los tildaban de malosos.
No obstante lo anterior, ROSA ELVIRA CELY sali¨® a departir con ellos, se tomaron unos tragos (as¨ª se registra en la historia cl¨ªnica cuando se afirma que ingresa con aliento alcoh¨®lico), van a departir a un bar, se traslada en la moto con JAVIER VELASCO al sitio donde ocurrieron los hechos, sitio que todos sabemos es desolado e intransitado en las noches.
Puso en riesgo su integridad y su vida, hasta el punto que JAVIER VELASCO le cercen¨® su existencia; si ROSA ELVIRA CELY no hubiera salido con los dos compa?eros de estudio despu¨¦s de terminar sus clases en las horas de la noche, hoy no estuvi¨¦ramos lamentando su muerte.
Con esos p¨¢rrafos la Secretar¨ªa de Gobierno de Bogot¨¢ se defiende de las acusaciones que la familia de la mujer asesinada vierte contra varias entidades del Distrito por no haber prestado la atenci¨®n oportuna para evitar su tr¨¢gica muerte tras la llamada que Elvira hizo al 123 -el tel¨¦fono de emergencias en Colombia-.
Rosa Elvira vend¨ªa dulces y chucher¨ªas frente al Hospital Militar de Bogot¨¢, era madre soltera y, con 35 a?os, intentaba terminar bachillerato para tener la oportunidad de ser psic¨®loga. Durante la madrugada del 24 de mayo de 2012 su compa?ero de estudios Javier Velasco la viol¨® en el Parque Nacional de la capital colombiana. Una aberraci¨®n que termin¨® con su vida cinco d¨ªas despu¨¦s por las graves heridas internas.
En 2012 este asesinato removi¨® las tripas de Colombia. Aquello termin¨® con la vida de Rosa Elvira, y tambi¨¦n con una norma que lleva su nombre: Ley N¨²mero 1761 de 6 de julio de 2015.Gracias a esa ley, en el pa¨ªs latinoamericano elcrimen contra una mujer por su condici¨®n femeninaen un delito aut¨®nomo(feminicidio)y conlleva una de las mayores penas entre los homicidios, de 250 a 500 meses de prisi¨®n.
Una imagen que la publicaci¨®n colombiana Semana colg¨® en su cuenta de Twitter. / Daniel Reina.
Cuesta por eso entender el documento remitido estos d¨ªas, por muchas excusas que se hayan presentado poco despu¨¦s. De nuevo, para evitar los cr¨ªmenes, las mujeres no debemos llevar faldas cortas ni ense?ar escote. Prohibido aparcar en descampados: nos buscamos una violaci¨®n. No vale tampoco regresar sola y tarde. Todo eso es delito, lo dice el documento bogotano, y lo peor, est¨¢ instalado en la sociedad: lo repiten nuestros padres, hermanos y t¨ªas.
?Por qu¨¦ en vez de cercenar nuestra libertad no les ense?amos atodos quienes asumen esa m¨¢xima que lo abominable no es la hora a la que lleguemos borrachas y a rastras? En la escuela debemos repetir a los violentos que el crimen est¨¢ en acosar y eso es lo que debe repararse.En nombre de Rosa Elvira hoy -que Bogot¨¢ se manifiesta en su nombre- ense?ar¨¦ las tetas: tengo derecho.
Pero adem¨¢s de mostrarlas, quiero tambi¨¦n pedir dimisiones, la de qui¨¦nes siguen pensando que Rosa Elvira no ten¨ªa que haber salido de su casa. #RosaElviraNoEsCulpable #RenuncieMiguelUribe.
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