Democracia es debate

Pasan los d¨ªas y sigue sin concretarse el n¨²mero y las caracter¨ªsticas de los debates entre los cuatro candidatos a la presidencia del Gobierno en las elecciones del 26 de junio. La ¨²ltima propuesta oficiosa del Partido Popular es la celebraci¨®n de una sola confrontaci¨®n de los cuatro, el 14 de junio (reci¨¦n iniciada la campa?a) en la televisi¨®n p¨²blica. Algo absolutamente insuficiente para unas elecciones generales decisivas para el futuro de Espa?a, a las que los ciudadanos se acercan con un nivel alto de indecisi¨®n y, lo que es peor, con una posibilidad excesiva de abstenci¨®n.

Desde estas p¨¢ginas siempre hemos defendido que los debates electorales no deber¨ªan ser fruto de los intereses partidistas de unos o de otros, porque forman parte de los derechos de los ciudadanos y los deberes de los pol¨ªticos. Tras a?os de carencia de este tipo de encuentros, las elecciones del 20 de diciembre pasado recuperaron la tradici¨®n y se produjeron varios programas de discusi¨®n entre casi todos los l¨ªderes pol¨ªticos.

Fue el candidato del PP, Mariano Rajoy, el m¨¢s reacio a participar en esos debates, limit¨¢ndose a un cara a cara con el l¨ªder de la oposici¨®n, el socialista Pedro S¨¢nchez. Ahora se repite la historia, ya que los candidatos del PSOE, Podemos y Ciudadanos se han mostrado partidarios de celebrar tres debates a cuatro, siempre que asista Rajoy, y el PP los quiere limitar a su m¨ªnima expresi¨®n.

No es un capricho que se propongan varios debates. Es una necesidad que ya forma parte de la tradici¨®n de los principales pa¨ªses democr¨¢ticos occidentales. Los electores tienen que conocer en profundidad las propuestas de los candidatos, y la confrontaci¨®n de ideas y opciones es la mejor forma para disipar las dudas de los ciudadanos. Adem¨¢s, la programaci¨®n de varios encuentros permite profundizar m¨¢s en los temas y poder corregir los errores o las indefiniciones de uno u otro candidato.

EL PA?S ofreci¨® en su d¨ªa a los cuatro l¨ªderes un debate abierto y en profundidad (como el celebrado el 30 de noviembre pasado, aunque sin ning¨²n atril vac¨ªo), que iniciara una serie de tres encuentros en diversos medios de comunicaci¨®n. La propuesta inclu¨ªa la posibilidad de que todos los medios que quisieran distribuyeran la se?al. Los jefes de campa?a del PSOE, Podemos y Ciudadanos aceptaron de inmediato la propuesta, mientras que el del PP est¨¢ utilizando el silencio administrativo como respuesta.

El panorama pol¨ªtico ha cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os. El bipartidismo ha perdido su hegemon¨ªa porque los ciudadanos han querido abrir el abanico parlamentario a otras fuerzas con nuevos proyectos. En estas circunstancias, la confrontaci¨®n de las propuestas de los distintos partidos y el escrutinio sobre la capacidad de convicci¨®n y de liderazgo de los candidatos deber¨ªa ser una obligaci¨®n para los pol¨ªticos. Y m¨¢s despu¨¦s del fracaso de todos ellos a la hora de intentar formar Gobierno, lo que ha desembocado en unas nuevas elecciones. No hay democracia sin debates.Y los l¨ªderes de los partidos deber¨ªan de insistir en esa v¨ªa, en lugar de plegarse d¨®cilmente a la voluntad del PP.