Piqu¨¦
Lejanos ya los tiempos, por fortuna, de la famosa furia espa?ola

Asist¨ª el otro d¨ªa al gol de Piqu¨¦ en el partido inaugural de la Selecci¨®n Espa?ola de f¨²tbol de la Eurocopa que se celebra en Francia estos d¨ªas en un bar de Madrid habitualmente frecuentado por madridistas y atl¨¦ticos, muchos de ellos espa?olistas adem¨¢s a juzgar por su indumentaria y sus comentarios: el m¨¢s suave, cuando juega el Barcelona, es el de ¡°?catalanes, hijos de puta!¡±. A la celebraci¨®n orgi¨¢stica que acompa?¨® al gol de Piqu¨¦, tanto m¨¢s exagerada y estridente cuanto que este lleg¨® ya al final del partido, le sucedieron unos minutos de desconcierto al constatar los aficionados que el gol hab¨ªa sido marcado por el jugador de f¨²tbol al que m¨¢s odian: el central del Barcelona Gerard Piqu¨¦.
Desde hace meses, a Piqu¨¦ le silban en los terrenos de juego de toda Espa?a todos los aficionados espa?olistas por sus declaraciones a favor del refer¨¦ndum sobre la independencia de Catalu?a, que no le impiden seguir jugando con Espa?a en tanto en cuanto es espa?ol mientras su DNI no diga lo contrario. Para muchos nacionalistas espa?oles una incoherencia grav¨ªsima, cuando no una provocaci¨®n directa, lo que les lleva a silbarlo y a abuchearlo cada vez que toca el bal¨®n en lo que se ha convertido ya en una moda que comenz¨® en un partido amistoso en Le¨®n, una ciudad (lo digo porque la conozco bien) en la que nadie se manifiesta por nada que no sea el precio del vino en el Barrio H¨²medo. No es de extra?ar, por tanto, la incomodidad vivida por todos esos aficionados al ver que estaban celebrando como una gesta espa?ola m¨¢s el gol del que para ellos es un traidor y un enemigo de la patria por m¨¢s que juegue con su selecci¨®n de f¨²tbol.
Lejanos ya los tiempos, por fortuna, de la famosa furia espa?ola, que tan pocos resultados deportivos dio, cuando el presidente de la Federaci¨®n de F¨²tbol, un militar por supuesto, el general G¨®mez Zamalloa, arengaba a los jugadores en el vestuario antes de saltar al campo al grito de: ¡°?Y ahora, se?ores, cojones y espa?ol¨ªa!¡±, resulta hasta enternecedor que todav¨ªa haya aficionados que crean que la selecci¨®n de f¨²tbol es m¨¢s que eso. Que las esencias de Catalu?a, que representa el F¨²tbol Club Barcelona, las defienda una legi¨®n de extranjeros y un jugador de Albacete o que a la selecci¨®n de Espa?a el equipo espa?ol por definici¨®n aporte un solo jugador (Sergio Ramos), menos que a las de Portugal o Francia, deber¨ªa hacer recapacitar a los patriotas del balompi¨¦, pero eso es tan dif¨ªcil como que Rajoy aprenda del seleccionador Vicente del Bosque, el ¨²nico que ha entendido en este pa¨ªs que al f¨²tbol y a la pol¨ªtica se juega con inteligencia, no con cojones y patriotismo.
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