Mohamed Bin Salm¨¢n, un pr¨ªncipe saud¨ª en vaqueros

No solo las princesas cuidan su vestuario. La visita del poderoso pr¨ªncipe saud¨ª Mohamed Bin Salm¨¢n (conocido popularmente como MBS) a Estados Unidos ha mostrado que ellos tambi¨¦n saben utilizar la ropa como arma de seducci¨®n. Embarcado en el empe?o de modernizar su pa¨ªs, el joven hijo del rey aparc¨® la habitual t¨²nica blanca y acudi¨® en vaqueros, camisa sin corbata y americana, a Silicon Valley, donde buscaba atraer inversiones que ayuden en la transici¨®n del reino hacia una econom¨ªa sin petr¨®leo.

Adem¨¢s de romper los estereotipos occidentales sobre los dirigentes del reino del desierto, MBS buscaba sin duda la identificaci¨®n con ese 70% de saud¨ªes que tiene menos de 30 a?os. Las im¨¢genes del pr¨ªncipe con unas gafas de realidad virtual y de su entrevista con el presidente de Facebook, Mark Zuckerberg, no solo han sido portada en los obedientes peri¨®dicos nacionales, sino que han tenido un gran eco en las redes sociales.

Los m¨¢s entusiastas le apodan ¡°el pr¨ªncipe de los j¨®venes¡±. Es innegable que supone un importante cambio en la gerontocracia saud¨ª (el rey Salm¨¢n tiene 80 a?os, su predecesor, Abdal¨¢, muri¨® el a?o pasado con 90, y el anterior, Fahd, en 2005 a los 84) que un pr¨ªncipe de 31 a?os sea el segundo en la l¨ªnea de sucesi¨®n al trono, el ministro de Defensa, el responsable de la macrocomisi¨®n de desarrollo econ¨®mico y el presidente de Aramco, la compa?¨ªa nacional de petr¨®leo.

Desde fuera, el gesto de los vaqueros puede resultar nimio. Sin embargo, no se trata de algo aislado, lo que en el marco de la conservadora Arabia muchos j¨®venes ven con esperanza. ¡°Me gusta este hombre y espero que sea rey¡±, tuiteaba Husein desde Yeddah. Todo empez¨® el pasado abril durante una entrevista con la agencia de informaci¨®n econ¨®mica Bloomberg. En las fotograf¨ªas que la acompa?aban, el pr¨ªncipe aparec¨ªa con la cabeza descubierta, una informalidad inusual en alguien de su condici¨®n. La misma tradici¨®n, o presi¨®n social, que obliga a las mujeres saud¨ªes a ocultar el cuerpo bajo un manto negro, conocido como abaya, exige a sus compatriotas hombres vestir de t¨²nica blanca y cubrirse con el caracter¨ªstico pa?uelo (ghutra) sujeto por un cord¨®n (agal). Ese traje nacional es imperativo en los funcionarios del Estado, m¨¢s a¨²n en un pr¨ªncipe.

Pero el hijo del rey no estaba desafiando las normas. En un gesto equivalente al del ministro europeo al que se fotograf¨ªa en mangas de camisa, MBS enviaba un mensaje: estoy en mi oficina trabajando y, como muchos otros saud¨ªes cuando trabajan, me quito el pa?uelo porque es m¨¢s c¨®modo. Ahora falta por ver que la nueva etiqueta en el vestir principesco se traduzca en cambios reales.