El PP insiste en salvar la memoria de la represi¨®n
El partido de Rajoy se niega a aprobar una iniciativa para retirar los honores que Madrid concedi¨® a destacadas personalidades e instituciones franquistas
El Partido Popular vot¨® ayer en la Asamblea de Madrid en contra de la propuesta del Comisionado de la Memoria Hist¨®rica, que se constituy¨® en mayo y que preside Francisca Sauquillo, de retirar las distinciones que la capital otorg¨® en su d¨ªa a ocho personas y cinco entidades pr¨®ximas a la dictadura franquista. El argumento que utiliz¨® fue que ¡°las distinciones ya est¨¢n extinguidas¡±.
La iniciativa se puso en marcha para cumplir la llamada ley de la memoria hist¨®rica, aprobada en 2007 en el Congreso, y que ha estado sujeta desde entonces con demasiada frecuencia a la gresca pol¨ªtica. El art¨ªculo 15 de dicha ley, en su punto primero, establece que ¡°las Administraciones, en el ejercicio de sus competencias, tomar¨¢n las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltaci¨®n, personal o colectiva, de la sublevaci¨®n militar, de la Guerra Civil y de la represi¨®n de la Dictadura¡±.
Al referirse a que esas distinciones est¨¢n ¡°ya extinguidas¡± lo que seguramente pretende se?alar el Partido Popular es que el pasado ha pasado, en lo que tiene toda la raz¨®n. Aquellas personas que colaboraron con el golpe de los militares rebeldes o intervinieron en la represi¨®n que sucedi¨® a la Guerra Civil o exaltaron al dictador en su af¨¢n por destruir al enemigo o que trabajaron con ah¨ªnco para bendecir su legado, s¨ª, todas ellas (o casi todas) ya no est¨¢n, murieron, desaparecieron. Y aquellas entidades que fueron pilares del r¨¦gimen, sus baluartes, tampoco existen ya, el tiempo las tritur¨®, las borr¨®, polvo son. S¨ª, forman parte del pasado.
De lo que se trata es de saber si se trata de un pasado que deba reivindicarse o al que convenga quitarle, m¨¢s bien, los reconocimientos que en su d¨ªa se le otorgaron. La ley de la memoria hist¨®rica obliga a retirar todo tipo de exaltaci¨®n de aquellos tristes horrores. ?Es tan complicado hacerlo de una vez? ?No desperdicia el PP otra oportunidad para normalizar la enfermiza relaci¨®n de este pa¨ªs con el pasado apoyando una iniciativa que retira unos honores que no debieron otorgarse a quienes estuvieron ah¨ª d¨¢ndole duro a la tarea de consolidar una sangrienta dictadura?
Es cierto que la referida ley se convirti¨® con demasiada rapidez en un instrumento del que las fuerzas pol¨ªticas se sirvieron para practicar la esgrima y soldar emocionalmente a sus correligionarios con referencias al cenagoso pantano de la guerra y la dictadura. Convertida en arma arrojadiza de unos contra otros ha producido algunos disparates, pero acaso entre las v¨ªctimas (o entre sus herederos) ¡ªque esperaron alg¨²n tipo de reparaci¨®n cuanto menos simb¨®lica a su sufrimiento¡ª ha generado tambi¨¦n una honda frustraci¨®n. Y no debi¨® nunca llegarse a este punto. Quiz¨¢ sea ya hora de cumplir la ley sin hacer tanto ruido y tanta alharaca.
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