Orgullo y progreso
Avanzar en derechos civiles exige proteger a las personas transg¨¦nero
Las celebraciones del D¨ªa del Orgullo Gay ofrecen una oportunidad para dar visibilidad al colectivo de gais, lesbianas, transexuales y bisexuales (LGTB), celebrar los logros conseguidos y alentar los cambios todav¨ªa necesarios para que puedan vivir su diferencia con naturalidad. En Espa?a podemos sentirnos orgullosos de los avances legislativos que se han producido en materia de derechos civiles. Hay que celebrar lo mucho que se ha conseguido gracias al empuje de unos movimientos sociales que han ido por delante de la pol¨ªtica, pero tambi¨¦n han encontrado Gobiernos receptivos a sus reclamaciones.
Once a?os despu¨¦s de aprobarse la ley que lo permite, las parejas homosexuales contraen matrimonio con normalidad y cr¨ªan tambi¨¦n con normalidad a los hijos que han podido adoptar. Y aunque hemos de lamentar ¡ªy seguir combatiendo¡ª episodios de homofobia, las encuestas indican que la sociedad espa?ola es una de las que mejor acepta la diversidad de opciones y el libre desarrollo de la afectividad y la sexualidad. Pero para que esos derechos puedan ser ejercidos con plenitud y se puedan erradicar las expresiones de intolerancia que todav¨ªa persisten, es necesario seguir haciendo un gran esfuerzo educativo y pedag¨®gico.
Particular atenci¨®n debe prestarse al colectivo trans, formado por aquellas personas que se sienten de un g¨¦nero diferente al que se les ha asignado por nacimiento y que sufren mayores ¨ªndices de paro y de violencia, y que se enfrentan adem¨¢s a un elevado riesgo de exclusi¨®n social. Estas personas son v¨ªctimas de unos patrones m¨¦dicos binarios que identifican el g¨¦nero seg¨²n sean los ¨®rganos genitales y que, en ocasiones, desembocan en operaciones quir¨²rgicas irreversibles en el caso de los beb¨¦s con sexo doble o ambiguo.
Lo primero que hay que lograr es que sus situaciones, muy diversas, dejen de ser consideradas como una patolog¨ªa, empezando por la propia Organizaci¨®n Mundial de la Salud, y que los profesionales sanitarios y docentes reciban la formaci¨®n adecuada. Que la normativa espa?ola conciba la transexualidad como un trastorno causa graves disfunciones, pues obliga a la persona que solicita un cambio de sexo y de nombre a acreditar una supervisi¨®n m¨¦dica y psiqui¨¢trica durante dos a?os. Esto no solo deja en manos de un m¨¦dico algo que debe ser de libre decisi¨®n, sino que provoca retrasos y sufrimientos innecesarios. Todas estas barreras, m¨¦dicas, legales y sociales llevan a afirmar la revista cient¨ªfica The Lancet que hasta un 60% de las personas transg¨¦nero sufren depresi¨®n reactiva por rechazo familiar, escolar o laboral.
Son muchas las barreras que a¨²n quedan por derribar. En EE UU acaba de caer una de ellas: el Pent¨¢gono ha eliminado la prohibici¨®n que hasta ahora reg¨ªa para que los transexuales pudieran servir en el Ej¨¦rcito. Adem¨¢s, una ley promulgada por Obama permite a los transexuales elegir el aseo que corresponda a su g¨¦nero en los institutos. Son ejemplos de normalizaci¨®n a seguir. En Espa?a lo pertinente ahora ser¨ªa abordar una ley integral de transg¨¦nero y ¨¢mbito nacional para proteger a este colectivo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.