Gobierno, pero con garant¨ªas
Que gobierne la fuerza m¨¢s votada a cambio de medidas que recuperen el bienestar perdido
Cicer¨®n se dirig¨ªa a los responsables pol¨ªticos record¨¢ndoles que su obligaci¨®n era cuidar del conjunto del ¡°cuerpo social¡± y no s¨®lo de una parte del mismo, ya que ¡°aquellos que tienen en cuenta s¨®lo a una parte y olvidan al resto, introducen el m¨¢s pernicioso de los peligros en la sociedad: la discordia y la sedici¨®n¡±. En estos momentos resulta conveniente que todos recordemos esta afirmaci¨®n que, aunque b¨¢sica, olvidamos con frecuencia. Dec¨ªa Proust que aunque todo estaba ya dicho, conven¨ªa repetir todo a menudo, por la inclinaci¨®n que tenemos los humanos a olvidar las cosas.
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Traigo a colaci¨®n lo anterior por la situaci¨®n pol¨ªtica que se vive en Espa?a desde la celebraci¨®n de las elecciones generales de diciembre, cuyo resultado introdujo una fragmentaci¨®n parlamentaria desconocida hasta ese momento en el Congreso de los Diputados, que impidi¨® la formaci¨®n de un nuevo Gobierno. Durante los meses trascurridos desde la celebraci¨®n de esas elecciones la mayor parte de los ciudadanos hemos asistido desesperanzados a la ineptitud mostrada por nuestros representantes parlamentarios para configurar un acuerdo que antepusiera la b¨²squeda de una soluci¨®n a la instabilidad pol¨ªtica a los intereses partidistas. Los representantes de los partidos han estado m¨¢s pendientes de los mensajes dirigidos a los seguidores m¨¢s recalcitrantes, que de procurar acuerdos que beneficiaran al conjunto de los ciudadanos, la mayor¨ªa de los cuales atienden, cuando se les explica, a las razones que obligan a actuar de una manera determinada para sustentar el bien com¨²n.
Meses despu¨¦s nos encontramos en una situaci¨®n similar, acaso m¨¢s desfavorable, para aquellos que persiguen, leg¨ªtimamente, acabar con la dualidad social a la que ha conducido el gobierno conservador de estos ¨²ltimos cuatro a?os. Nuevamente las elecciones han arrojado unos resultados que requieren del acuerdo y de una gran dosis de madurez pol¨ªtica. La l¨®gica exige que el partido con mayor representaci¨®n parlamentaria asuma la iniciativa constitucional, en lugar de hacer declinaci¨®n de ella, y convoque p¨²blicamente a los representantes de los Grupos Parlamentarios mayoritarios, empezando por su af¨ªn, sin excluir a ninguno.
Ser¨ªa imprescindible negociar la revisi¨®n de las leyes laborales, la implantaci¨®n de un salario social para los ciudadanos vulnerables y el endurecimiento del sistema fiscal
Este es un momento propicio para que el PSOE vuelva a demostrar su madurez pol¨ªtica y su talante constructivo para obtener avances sociales a favor de las clases medias y trabajadoras, es decir, lo que ahora se conoce, siguiendo a Guy Standing, como ¡°precariado¡± (proletariado m¨¢s clases medias). Es el momento oportuno para facilitar el gobierno de la fuerza m¨¢s votada a cambio de medidas pol¨ªticas que permitan recuperar a todos los espa?oles el bienestar perdido en los ¨²ltimos a?os. Para ello, hay que reivindicar pol¨ªticas que fomenten el empleo digno y estable, la consolidaci¨®n de la sanidad p¨²blica, la recuperaci¨®n de un sistema educativo eficiente, la erradicaci¨®n de todo tipo de corrupci¨®n y la eliminaci¨®n de las estructuras del fraude fiscal. Ser¨ªa imprescindible negociar la revisi¨®n de las leyes laborales, la implantaci¨®n de un salario social para los ciudadanos vulnerables y el endurecimiento del sistema fiscal.
Surgir¨¢ seguramente ante esta propuesta la f¨¢cil y falsa acusaci¨®n de aquellos que arrojen sobre el PSOE la descalificaci¨®n de no pertenecer a ese sector referencial. Pero ?acaso esto es nuevo para los socialistas? Ya se acus¨® a Pablo Iglesias, al genuino, de traicionar a la izquierda por participar en el juego democr¨¢tico parlamentario. ?Acaso una actuaci¨®n basada en el realismo y en la consecuci¨®n del bienestar para los sectores sociales mayoritarios puede ser tachada de inapropiada? No se puede aceptar el criterio acerca de lo que es o no progresista emanado de un magma pol¨ªtico-ideol¨®gico con criterios claramente populistas, como es Podemos, cuyos err¨¢ticos dogmas est¨¢n regidos por el egocentrismo de unos l¨ªderes que dicen y se desdicen continuamente.
Una demostraci¨®n de madurez por parte del partido Socialista ser¨¢ tenida en cuenta por el electorado espa?ol, que siempre ha respaldado a las organizaciones pol¨ªticas que han situado el inter¨¦s p¨²blico por encima del partidista. Cualquier negociaci¨®n emprendida por los socialistas habr¨¢ de realizarse con luz y taqu¨ªgrafos y con fecha de caducidad. Los ciudadanos espa?oles deben saber con certeza qu¨¦ cosas se pactan y ser fedatarios de un acuerdo pol¨ªtico que, aunque pudiera costar votos a corto plazo, demostrar¨¢ que el aut¨¦ntico inter¨¦s del PSOE es ponerse al servicio del bienestar de la sociedad.
Pedro Bofill fue miembro de la Comisi¨®n Ejecutiva del PSOE, diputado y eurodiputado
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