Maradona
Como apenas tienen memoria, lo que se hace por los ni?os nunca es una inversi¨®n propia
En la ¨²ltima pel¨ªcula de Sorrentino, un biopic sobre Maradona en el que a veces sale Maradona, Michael Caine, que interpreta a un director de orquesta retirado, se lamenta de que su hija nunca recuerda lo que ¨¦l hizo por ella cuando era peque?a. Es una afirmaci¨®n de extrema crueldad: hab¨ªa hecho miles de cosas insignificantes ¡°ex profeso, para que las recordara cuando creciera¡±. Como apenas tienen memoria, lo que se hace por los ni?os nunca es una inversi¨®n propia. Si en el mundo adulto a veces hasta con los amigos uno se pregunta a qu¨¦ viene ese abrazo, con los ni?os no hay que preguntarse nada. Es probable que la definici¨®n m¨¢s aberrante y extrema de la infancia la diese Spielberg en Inteligencia artificial, la pel¨ªcula en la que Haley Joel Osment se convierte, gracias a los avances de la ciencia, en un perro. Alguien incapaz de hacer otra cosa que no sea amar y guardar fidelidad sin explicarse las razones.
Juventud es una pel¨ªcula que habla de la vejez, como su t¨ªtulo indica, y de la nostalgia por todo aquello que conseguimos y perdimos. De una partitura que solo puede interpretar una mujer que ya no puede cantar. De un hombre que dejaba sin respiraci¨®n a sus rivales y que no puede dar un paso sin una bombona de ox¨ªgeno. Por tanto, m¨¢s all¨¢ de la historia central, es una pel¨ªcula sobre lo que la rodea: es una pel¨ªcula sobre Maradona. El mismo Maradona con mascarilla, groseramente gordo, que rodea una pista de tenis, ve una pelota tirada y le lanza una mirada en la que est¨¢n encerrados los sue?os de todos los ni?os del mundo, incluido ¨¦l.
¡°Maradona es el mundo antes de cualquier cosa¡±, le dijo Sorrentino a El Mundo. ¡°Es uno de los m¨¢ximos ejemplos de un hombre con problemas con el tiempo. Ha vivido el suyo de la forma m¨¢s inolvidable posible. El futuro no existe para alguien que est¨¢ condenado a vivir en la memoria de todos¡±. Mientras los padres hacemos cosas por nuestros hijos del mismo modo que pagamos un alquiler, para vivir sin esperar que sea nuestro, los ni?os hacen cosas por Maradona. Quieren ser el mito, imitar sus gestos. No le dejan contar nada: todo el mundo sabe. ¡°Yo tambi¨¦n soy zurdo¡±, le dice a un ni?o en la piscina. Y un actor de Hollywood, pasmado, devuelve a la realidad a Diego: ¡°Todo el planeta sabe que eres zurdo¡±.
Termina su desintoxicaci¨®n como terminaremos todos: golpeando la pelota de tenis hacia el cielo con su privilegiado pie, una vez tras otra, sin bombona y sin bast¨®n, regresando al pasado hasta acercarse a la muerte.
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