22 fotosEl Ferlo, un desierto que invoca a la lluviaUn pueblo senegal¨¦s castigado por la falta de agua acoge los proyectos para detener el avance del desiertoMarta MoreirasDakar - 25 jul 2016 - 12:23CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceDos pastores peuhl conducen a su ganado en busca de agua y pasto por el valle del Ferlo, antigua zona de trashumancia de esta etnia al norte de Senegal. Dicen, los que la conocieron, que el Ferlo era una tierra verde y f¨¦rtil hace m¨¢s de 50 a?os. Hoy es una de las zonas m¨¢s afectadas por la desertificaci¨®n y el cambio clim¨¢tico. En 2007 el Gobierno de Senegal crea la Agencia Nacional de Gran Muralla Verde para desarrollar un plan de acci¨®n que contribuya a detener el avance del desierto y asistir a la poblaci¨®n m¨¢s afectada. El Ferlo, muy castigado por la falta de lluvia durante d¨¦cadas, acoge con esperanza el proyecto que quiere recuperar el sistema socio ecol¨®gico perdido, un vergel que se transform¨® en desierto.Mariama, de 19 a?os, y su primo Paid, de 17, acuden cada d¨ªa al pozo de Widou en busca de agua para el ganado. Es una localidad que naci¨® alrededor de un gran pozo construido en el a?o 1956 con ayuda de las agencias de cooperaci¨®n alemana y francesa en respuesta a la gran sequ¨ªa que azotaba la zona. Los peuhl, tradicionalmente n¨®madas, se convierten as¨ª en un pueblo sedentario gracias a los diversos puntos de agua construidos en la zona, que garantizan su vida y la de su ganado, el gran tesoro del pueblo peuhl.El pozo de Widou, de 280 metros de profundidad, abastece de agua a toda la poblaci¨®n y a las 15.000 cabezas de ganado que hay en la comunidad de Tessekere. En toda la reserva silvo-pastoral de Six Forages hay seis pozos separados por 30 kil¨®metrosy son las ¨²nicos puntos de agua que hay en la zona. Cada ma?ana, cientos de personas acuden al pozo con grandes bidones de pl¨¢stico sobre carros arrastrados por burros para transportar el agua hasta sus casas y dar de beber a su ganado. Widou tiene una poblaci¨®n estimada de 5.000 habitantes y no hay acceso a electricidad.Aqu¨ª est¨¢ el epicentro de la Gran Muralla Verde, un proyecto panafricano creado por la Uni¨®n Africana y el Gobierno de Senegal, un mosaico gigante de peque?as intervenciones cuyo objetivo es el desarrollo humano y ecol¨®gico de toda la zona del Sahel, de punta a punta del continente: desde Dakar hasta Djibouti. Cerca de 8.000 kil¨®metros de largo y 15 kil¨®metros de ancho que recorren once pa¨ªses para hacer frente al avance del desierto y al empobrecimiento de la poblaci¨®n. El Ministerio de Medio Ambiente senegal¨¦s dedica el 70% de su presupuesto anual al proyecto para impulsar el desarrollo global de la zona saheliana.Un reba?o de vacas en la comunidad de Tessekere. La vaca es un animal sagrado para los peuhl y tambi¨¦n el gran s¨ªmbolo de su riqueza. Su fortuna se mide en la cantidad de vacas que tiene. La leyenda dice que un pastor peuhl puede llegar a tener m¨¢s de 1.700 ejemplares. En la zona del Ferlo se pueden encontrar grandes reba?os recorriendo la zona durante el d¨ªa en busca de pasto y de agua, ambos muy escasos debido a las duras condiciones clim¨¢ticas y al implacable avance del desierto.Kumba Ka, de 30 a?os, y su hija Binta frente al pozo de la aldea de Widou. Kumba est¨¢ casada y tiene varios hijos pero no es f¨¢cil saber cu¨¢ntos, ni tampoco cu¨¢ntas cabezas de ganado posee. Si le preguntas a una peuhl, nunca dice el n¨²mero exacto de hijos aunque lo sepa porque los peuhl, adem¨¢s de modestos, son muy supersticiosos y tienen miedo de que, si lo dicen, quiz¨¢s pierdan a uno o quiz¨¢s al ganado.Esta parcela, a 10 kil¨®metros de Widou, es la primera plantaci¨®n que se realiz¨® en Senegal en el 2008. Esta repleta de Acacia Senegal, el ¨¢rbol que simboliza la esperanza y el desarrollo de las comunidades situadas en la franja de la Gran Muralla Verde. ¡°Es muy resistente y se adapta bien. El cercado es imprescindible durante los primeros a?os para garantizar la supervivencia de las especies plantadas y protegerlas de los animales¡± afirma Aliou Giss¨¦, profesor de ecolog¨ªa vegetal de la UCAD de Dakar y codirector del Observatorio Hombre-Medio Internacional (OHMI). ¡°Desde el 2008, la Agencia avanza a un ritmo de 5.000 hect¨¢reas de ¨¢rboles por a?o y ya est¨¢n parceladas unas 40.000 hect¨¢reas.¡± El proyecto ocupa una extensi¨®n de 850.000 hect¨¢reas desde el Atl¨¢ntico hasta la frontera con Mali.Ejemplar de Acacia Senegal, una de las especies m¨¢s utilizadas para reforestar la franja de la Gran Muralla Verde que ocupa 550 kil¨®metros. Este ejemplar, plantado en el 2008, prueba la resistencia del ¨¢rbol a condiciones clim¨¢ticas extremas. Seg¨²n el Coronel Pape Gueye, los ¨¢rboles no solo han sobrevivido, sino que adem¨¢s se han reproducido. ¡°Plantamos dos millones de ¨¢rboles al a?o en una superficie de 5.000 hect¨¢reas. Avanzamos poco a poco. Necesitamos al menos 15 a?os para alcanzar la frontera con Mali, ese es nuestro objetivo.¡± La acacia senegal produce goma ar¨¢biga, lo que puede reportar grandes beneficios econ¨®micos a la comunidad si lo explotan comercialmente y contribuir as¨ª a su desarrollo.Un grupo de j¨®venes extrae agua del pozo de Belel Fadioudji, una aldea situada a 30 kil¨®metros de Widou. Esta zona nunca antes hab¨ªa estado habitada, pero la construcci¨®n del pozo convirti¨® a los n¨®madas en un pueblo sedentario. En la actualidad, se estima que en el Ferlo hay unos 12.000 habitantes y m¨¢s de 50.000 cabezas de ganado. Seg¨²n Pape Gueye, director de la Agencia Nacional de la Gran Muralla Verde, la pluviometr¨ªa anual de la zona es de 100 a 300 mil¨ªmetros c¨²bicos anuales, lo que implica una dependencia absoluta de las perforaciones de agua para garantizar la supervivencia de la poblaci¨®n y de los animales.El huerto de Koyli Alpha es uno de los m¨¢s productivos de la zona, con una gran variedad de ¨¢rboles frutales y verduras que crecen gracias al agua extra¨ªda de los pozos. Antiguamente la dieta de los peuhl consist¨ªa en cus cus y leche. Hoy cultivan tomates, zanahorias, pepinos, cebollas, naranjas, limones, mangos o pomelos en donde antes hab¨ªa desierto. La apertura de nuevos espacios destinados a la agricultura es otra de las claves del plan de desarrollo global de la GMV. El proyecto Futur Sahel, creado por la investigadora en biolog¨ªa vegetal del CNRS Deborah Goffner, persigue multiplicar las parcelas y la biodiversidad de la zona como camino hacia el desarrollo.Mariatou Sow riega el huerto de Widou, en el que trabaja junto a 248 mujeres. Existen otros ocho huertos que garantizan el desarrollo econ¨®mico de la zona y dan trabajo a m¨¢s de mil mujeres. Seg¨²n el soci¨®logo Abdou Ka ¡°trabajar la tierra les da acceso a una gran variedad de productos y cierta independencia econ¨®mica. Luego venden los excedentes de fruta y verdura del huerto en el mercado local y con lo que sacan pueden adquirir otros productos, como carne o pescado, para tener una dieta m¨¢s equilibrada.¡± Abdou est¨¢ finalizando su tesis en la UCAD donde investiga el impacto en la poblaci¨®n de los proyectos de desarrollo local de agricultura y como la nueva alimentaci¨®n supone una mejora en la calidad de vida de los habitantes del Ferlo.Omar Ibrahim Bah es el hombre de negocios del pueblo. Cada martes acude al mercado local de Widow con su placa solar y su base de enchufes m¨²ltiples. A pesar de que no hay electricidad ni tampoco mucha cobertura en la zona, los m¨®viles abundan en el Ferlo y los habitantes de la comunidad se acercan al puesto de Omar para cargar las bater¨ªas de sus tel¨¦fonos m¨®viles. Es una de las personas m¨¢s solicitadas del mercado. Omar cobra la recarga a 200 francos CFA, unos 0,30 euros por cada tel¨¦fono. ¡°Decid¨ª vender mi ganado y comprarme una placa solar. Desde entonces, todo el mundo me necesita¡± comenta.Bueno Jen y Mamadou Sow venden cabras y ovejas en el mercado local. Cada martes, los pastores acuden al mercado para comprar y vender sus animales. Cada ejemplar puede costar entre 25.000 y 35.000 francos CFA, unos 40 o 50 euros. Con el dinero que ganan de la venta de ganado o de comerciar los productos que cultivan las mujeres, pueden comprar m¨¢s ganado, productos locales en el mercado o incluso ahorrar. Aunque viven de una manera muy humilde, se cree que algunos pastores poseen importantes sumas de dinero que guardan a buen recaudo.El dinero circula de mano en mano durante las jornadas de mercado en Widou. La venta de animales y de productos locales permite a la poblaci¨®n manejar cierta cantidad de dinero, que algunos invierten en la educaci¨®n de sus hijos y los env¨ªan a Dakar o a San Luis a estudiar, una realidad nueva que el antiguo pueblo n¨®mada no se planteaba en el pasado. Todav¨ªa son numerosos los que se quedan junto a su familia y contin¨²an con la tradici¨®n del pastoreo.La compra-venta de animales en el Ferlo es cosa de hombres. Las mujeres tambi¨¦n van al mercado, pero para comerciar con frutas, verduras, telas, ropa y otros productos b¨¢sicos como arroz, cacahuetes o az¨²car. El ajetreo del mercado, los cientos de animales a la venta y el enjambre de compradores en busca de los mejores ejemplares ovinos en pleno desierto componen una escena ¨²nica.El mercado de animales suele estar muy concurrido y las ovejas y las cabras se agolpan en peque?os grupos rodeados de compradores. Cuando un animal se vende, le pintan una marca verde para identificarlo. En el mercado jam¨¢s hay vacas a la venta ya que por una cuesti¨®n de cultura y tradici¨®n, los peuhl no se deshacen nunca de las vacas. Tampoco las comen ni las pueden matar. La vaca es un animal sagrado para los peuhl y la ¨²nica manera de conseguirlas es heredarlas.Oumar S?fel Kolo es un peque?o comerciante con una tienda en Widou en la que vende productos b¨¢sicos como pilas, linternas, az¨²car, caf¨¦ soluble, leche en polvo, tarjetas de recarga de tel¨¦fono o arroz. ¡°Mi padre me envi¨® a estudiar a Dakar. Volv¨ª a la aldea cuando muri¨® y hered¨¦ todo su ganado, pero yo no era un buen pastor y poco a poco fueron muriendo todos los animales. Entonces abr¨ª la tienda. Perd¨ª toda la fortuna de mi familia y me siento muy avergonzado¡±. Oumar es hijo de un gran jefe del pueblo, una persona muy noble y respetada por toda la comunidad. ¡°Hoy los j¨®venes que se van a Dakar a estudiar descubren otra vida y muchos no quieren volver. Prefieren tener un trabajo o comprarse un coche y una casa a ser pastores en el Ferlo. Si las nuevas generaciones no regresan, esto se muere.¡±Dulo Ba, Awa Ka y Al Diou Ma Ka posan junto a sus hijos frente a la puerta de su casa en Faet Patuki, una comunidad con varios campamentos a 15 kil¨®metros de Widou. Es muy com¨²n llegar a una aldea y que solo haya mujeres y ni?os; los hombres est¨¢n siempre en movimiento por todo el territorio en busca de comida y agua para el ganado, su principal fuente de vida.Los mercados son grandes eventos y lugares de reuni¨®n para las comunidades asentadas en el Ferlo. Cada martes, los habitantes de la comunidad y de aldeas cercanas acuden a la zona del mercado para comprar, vender y para encontrarse con sus amigos y vecinos. El d¨ªa de mercado es un d¨ªa de descanso y de socializaci¨®n para todos, un d¨ªa para enterarse de las ¨²ltimas novedades, informaciones de inter¨¦s como las pr¨®ximas bodas, los embarazos, los nacimientos o las defunciones m¨¢s recientes.Un grupo de hombres camina por las calles de Widou en direcci¨®n hacia el mercado. vestidos con sus mejores galas. Uno de los objetivos que persigue el proyecto de la Gran Muralla Verde es hacer que la poblaci¨®n participe en la transformaci¨®n y el desarrollo de la zona, por ello los bi¨®logos, soci¨®logos y antrop¨®logos se acercan al mercado, para encontrarse con la gente local de Widou e informales sobre las nuevas propuestas. Los proyectos van siempre en consonancia a las necesidades de la poblaci¨®n local, principal actor y tambi¨¦n beneficiado del mosaico de acciones que engloba la iniciativa de la Gran Muralla Verde y Futur Sahel.Djina, Kumba, Mariatou, Nolel, Kumba y Mariama finalizan su jornada de trabajo en el huerto de Widou. Financiado por el Programa Mundial de Alimentos y la cooperaci¨®n canadiense, el huerto permite que las mujeres desarrollen su propia actividad econ¨®mica y sean part¨ªcipes del proyecto de desarrollo global del Sahel senegal¨¦s. Las mujeres representan un 52% de la poblaci¨®n total de la franja que ocupa 550 kil¨®metros de Gran Muralla Verde en Senegal, donde viven unas 322.000 personas que ser¨¢n implicadas y beneficiadas por los proyectos que componen la propuesta panafricana m¨¢s ambiciosa de la historia.Cae la tarde en Widou. Un grupo de ni?os juega al f¨²tbol a la salida de la escuela. El asentamiento de las comunidades peuhl en el valle del Ferlo ha permitido que cada vez abran m¨¢s escuelas y m¨¢s ni?os en las aulas, ni?os que en su mayor¨ªa quedaban sin escolarizar porque pastoreaban junto a sus padres sin una residencia fija. El abandono del nomadismo ha tra¨ªdo consigo la escolarizaci¨®n de los m¨¢s peque?os, un evidente signo de cambio.