Turqu¨ªa: urge investigar
Una violencia desmesurada y un atentado contra las libertades. Todo resulta demasiado sospechoso, desde la evoluci¨®n del propio golpe a la represi¨®n. Esto lleva a pensar que la intentona ha sido especialmente oportuna
En Turqu¨ªa, los jueces y los fiscales, como los periodistas, los ense?antes y todos aquellos que estaban cuestionando la deriva del r¨¦gimen de Recep Tayyip Erdogan hacia el islamismo radical, son carne de ca?¨®n. Y lo que m¨¢s preocupa es que las detenciones comenzaron antes del fallido golpe militar. Eso lleva a pensar que esta acci¨®n violenta puede haber tenido el objetivo de llevar a cabo una depuraci¨®n para partir de cero.
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M¨¢s de 20.000 personas represaliadas; muertos, heridos... Casi tres mil jueces y fiscales destituidos por la Junta Superior de Jueces y Fiscales del pa¨ªs a las doce horas de la asonada. Puedo atestiguar que antes de que los violentos hechos se produjeran, instancias como la espa?ola Uni¨®n Progresista de Fiscales o MEDEL (Magistrados Europeos por la Democracia y las Libertades), que agrupa a m¨¢s de quince mil jueces y fiscales europeos y es la asociaci¨®n a la que est¨¢ afiliada la turca YARSAV, estaban gestionando la libertad o al menos el contacto con los colegas que hab¨ªan sido detenidos y encarcelados por el r¨¦gimen de Erdogan. No les hab¨ªa permitido entrar en determinadas prisiones de Turqu¨ªa para conocer la situaci¨®n de jueces y fiscales recluidos tiempo atr¨¢s.
Frente a esta acci¨®n motivada por la preocupaci¨®n de los sectores m¨¢s progresistas y solidarios de la magistratura y la Fiscal¨ªa en Europa, a la que ha sumado su voz la espa?ola Jueces para la Democracia, hay que preguntarse por el silencio que alcanza ya la categor¨ªa de ruido de instancias como nuestro sacrosanto Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Un ¨®rgano presto a sacudir a aquellos jueces que sacan los pies del tiesto oficial y a cambiar nombramientos como cromos para mayor comodidad del partido en el Gobierno, pero remiso, como se puede ver, a tomar una postura solidaria ante los colegas, compa?eros turcos, que est¨¢n indefensos ante un poder irracional sin que el Derecho que detentan les ampare. En sectores judiciales de nuestro pa¨ªs se hacen cruces de la postura de inhibici¨®n y de falta de empat¨ªa o de la m¨ªnima solidaridad del Consejo.
Pero m¨¢s a¨²n. Esa falta de pronunciamiento alcanza el rango de estr¨¦pito si a?adimos que el Ministerio de Justicia ha llevado a cabo durante varias ediciones un programa europeo de formaci¨®n de jueces y fiscales turcos en materia de libertad de expresi¨®n y terrorismo e independencia judicial... con la participaci¨®n del Tribunal Constitucional, de la Fiscal¨ªa General del Estado y del propio CGPJ. El desafuero viene de atr¨¢s. Hace apenas una semana, Samir Nair escrib¨ªa en EL PA?S que el comisario europeo para la Pol¨ªtica de Vecindad, Johannes Hahn, ¡°acaba de afirmar que el poder turco ten¨ªa en sus manos, desde hace meses, listas de personas que apartar 'un d¨ªa u otro¡¯ del sistema social y pol¨ªtico¡±. Y tras calificarlo de ¡°golpe de Estado de ensue?o para cualquier poder autoritario¡±, lo define como ¡°represi¨®n desproporcionada sistem¨¢tica y sin cuartel del presidente turco contra sus adversarios¡±.
As¨ª es. Una violencia desmesurada y un atentado contra las libertades. Todo resulta demasiado sospechoso. Desde la evoluci¨®n del propio golpe a la represi¨®n. ?Qu¨¦ necesidad hab¨ªa de llevar a cabo tal criba humana tras haber fracasado la acci¨®n golpista? Sin olvidar esa utilizaci¨®n de los ciudadanos... Da la impresi¨®n de que el golpe ha sido especialmente oportuno. Y esto lleva a pensar en que de esa forma se han podido justificar decisiones que antes no era posible implantar.
?Qui¨¦n era el enemigo? Sin despreciar al elemento castrense, que merecer¨ªa un discurso aparte, y solo centr¨¢ndome en parte de la sociedad civil, lo agrupo en tres bloques. Primero, el de ense?antes, educadores, personas que se dedican por vocaci¨®n y oficio a formar a las j¨®venes generaciones. Elementos de alto riesgo para cualquier r¨¦gimen que quiera inculcar determinadas nociones en los nuevos ciudadanos. Sin olvidar que, seg¨²n los expertos, es en este sector en el que m¨¢s seguidores hay de Fetul¨¢ G¨¹len, el cl¨¦rigo al que se acusa de estar tras el fallido golpe. Resultado: el cierre este fin de semana de 1.043 escuelas y 15 universidades privadas.
Segundo: periodistas, muy peligrosos por su empe?o en relatar lo que ocurre e incluso en investigarlo, contrastar y dar informaci¨®n a la ciudadan¨ªa sobre las actuaciones del poder y la situaci¨®n. Individuos a abatir en cuanto no hablen al un¨ªsono con la voz oficial que no permite que la realidad estropee una buena consigna o un pa¨ªs imaginario.
Solo una vigilancia estrecha puede paliar los nocivos efectos de un posgolpe que sobrecoge
Por ¨²ltimo, me refiero de nuevo a los jueces y fiscales. 2.745 cesados; no se sabe bien cuantos encarcelados... En sus manos est¨¢ la aplicaci¨®n de lo que dicta el Derecho. Para ejercer su trabajo necesitan independencia. Una independencia que estorba al poder cuando no es democr¨¢tico y pretende que la norma sea interpretada de acuerdo con lo que m¨¢s conviene a los intereses del Gobierno. Jueces y fiscales, elementos a extirpar cuando pretenden hacer su trabajo dignamente.
Enemigos reales y conflictivos dif¨ªciles de eliminar en tan elevado n¨²mero ¡ªno nos enga?emos¡ª en una situaci¨®n democr¨¢tica. ?Ha sido, pues, este el camino m¨¢s directo de Erdogan para suprimir indeseables actitudes contrarias y molestas? Podr¨ªa pensarse que s¨ª cuando a los hechos se a?aden las afirmaciones sobre una reinstauraci¨®n de la pena de muerte que fue abolida en 2004 como condici¨®n para que Turqu¨ªa pudiera ingresar en la Uni¨®n Europea. Da la impresi¨®n de que Turqu¨ªa se aleja a pasos de gigante de los derechos humanos que deber¨ªa abrazar para ser uno m¨¢s en el conjunto de Europa.
Falta mucha informaci¨®n y es preciso averiguar cuanto antes qu¨¦ est¨¢ pasando en un pa¨ªs a cuyo Gobierno le falta transparencia. Veremos si los 300.000 documentos que WikiLeaks ha anunciado har¨¢ p¨²blicos y que se extienden hasta una semana antes del golpe de Estado, arrojan luz sobre la situaci¨®n.
Para averiguar qu¨¦ ha pasado, y sobre todo qu¨¦ est¨¢ pasando ahora, es imprescindible que Europa obligue a Turqu¨ªa a dejar que se conozca la verdad. Hay que propiciar la creaci¨®n y el trabajo de una comisi¨®n internacional de investigaci¨®n. En este empe?o hay que estar dispuestos a trabajar de forma coordinada en esa l¨ªnea para ayudar a los ciudadanos turcos a recuperar la libertad y los derechos fundamentales que, mucho me temo, est¨¢n terriblemente amenazados. Solo una vigilancia estrecha y comprometida desde las diferentes instituciones europeas y desde la sociedad civil, pueden conseguir paliar los nocivos efectos de este posgolpe que sobrecoge.
Baltasar Garz¨®n Real es jurista y presidente de FIBGAR
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