?Vigilad los cielos!, un dron esp¨ªa cada piscina ilegal
?Qui¨¦n iba a pensar que no se puede tirar un tabique o instalar una alberca sin que se entere Hacienda?

Hacienda y la Agencia Tributaria manejan con desenvoltura el marketing fiscal; de hecho, es lo ¨²nico que hacen bien. Acabamos de saber que un ej¨¦rcito de drones ha peinado desde el aire m¨¢s de 4.000 Ayuntamientos para investigar las modificaciones urban¨ªsticas que pod¨ªan incurrir en negligencia o fraude fiscal. Como suele decirse, el resultado ¡°ha sorprendido a la propia empresa¡±: se han detectado 1,6 millones de inmuebles con valor catastral falseado y afloran unos 1.200 millones m¨¢s de recaudaci¨®n por el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI). Los drones detectan con su ojo m¨¢gico (ahora sobrevuelan Madrid para cumplir con el programa de inspecci¨®n) todo tipo de irregularidades inmobiliarias, como edificios nuevos, ampliaciones o rehabilitaciones sin declarar, piscinas... Aunque el fraude aflorado no llega al 2% de la recaudaci¨®n del IBI, la inspecci¨®n a¨¦rea tiene beneficios evidentes, aunque intangibles, para lo que podr¨ªamos llamar moral tributaria. Veamos.
El IBI es el impuesto local m¨¢s importante en volumen y en facilidad recaudatoria, por delante del impuesto de actividades econ¨®micas; ha permitido que muchos municipios sobrevivan a los sin ton ni son propiciados por el Gobierno de Rajoy. El man¨¢ de 1.200 millones para 4.100 Ayuntamientos (man¨¢ potencial; ya veremos cu¨¢nto se recauda de verdad) llega en el momento oportuno, cuando el se?or Montoro apremia para que los Ayuntamientos cumplan con el d¨¦ficit cero. El programa de regularizaci¨®n catastral no ha terminado, pero ya ha conseguido sembrar la inquietud entre los incumplidores inmobiliarios. Nada impide que se extienda a todos los municipios de Espa?a y el IBI se convierta en el primer impuesto con una tasa de fraude pr¨®ximo a cero. Por optimismo que no quede.
Pero ¡ªsiempre tiene que haber uno¡ª la habilidad en el marketing fiscal no implica necesariamente voluntad pol¨ªtica de transparencia econon¨®mico-financiera. Se conoce el proceso de administrativo seguido: el catastro encarg¨® el plan de regularizaci¨®n catastral 2013-2016 a una sociedad p¨²blica, la Sociedad Estatal de Gesti¨®n Inmobiliaria del Patrimonio, SEGIPSA; pero SEGIPSA es una sociedad sin recursos suficientes para ejecutar el plan, as¨ª que subcontrat¨® a una empresa privada. Dado que Hacienda aport¨® 124,4 millones para financiar el programa, ser¨ªa de utilidad para los contribuyentes saber cu¨¢nto costar¨¢ la innovadora revisi¨®n catastral (sustituci¨®n de la ortofoto por el dron) y cu¨¢nto han aportado, si lo han hecho, los Ayuntamientos.
El programa consigue una ventaja estrat¨¦gico-moral sobre el contribuyente: coloca un aparato com¨²n en tareas de patrullaje y vigilancia de la burbuja inmobiliaria. Un observador por encima de los mortales vigila sin misericordia las chapuzas de alba?iler¨ªa ¨ªntima. ?Qui¨¦n iba a pensar que no se puede tirar un tabique o instalar una alberca sin que se entere Hacienda? Un Torrente electr¨®nico apatrulla sobre nuestras terrazas y balcones. Ya lo advirti¨® Wells: ¡°?Vigilad los cielos!¡±. En estos momentos un dron puede estar descubriendo un cerramiento ilegal o una piscina clandestina.
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