11 fotosCuando los ¡°juguetes¡± explotanDoaa perdi¨® una mano por culpa de una mina antipersonal en Gaza. Ahora, con 11 a?os, aprende a vivir sin ellaJes¨²s Serrano RedondoGaza - 29 jul 2016 - 08:21CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceAntes del incidente, Doaa era una de las mejores alumnas de su clase. Su rendimiento ya no es el mismo, aunque sigue siendo muy bueno. ¡°Lo que m¨¢s me ha costado es aprender a escribir con la mano izquierda¡±, dice Doaa desde su pupitre en la escuela. ¡°Su rendimiento se vio afectado por las consecuencias psicol¨®gicas de la lesi¨®n. La p¨¦rdida de la mano derecha repercuti¨® en su autoestima; casi siempre se cubre la lesi¨®n con una gasa mientras est¨¢ en clase¡±, dice Noha, la directora de la escuela.Jes¨²s Serrano¡°Cuando volv¨ª a la escuela, no quer¨ªa jugar con mis compa?eras, pero todas me apoyaron mucho y ahora seguimos jugando juntas como antes¡±, cuenta Doaa. Cuando recibi¨® el alta del hospital, ya hab¨ªa concluido el per¨ªodo de ex¨¢menes escolares. Doaa se examin¨® ante una comisi¨®n formada especialmente y, tras aprobar, pas¨® a quinto grado.Jes¨²s Serrano¡°Por momentos, Doaa se siente vulnerable y abrumada. Me pregunta por qu¨¦ esto le sucedi¨® a ella y se esconde en su habitaci¨®n cuando recibimos visitas. Toda la familia la apoya. No tenemos demasiados ahorros y nuestros ingresos son muy escasos, pero le compramos una tableta cuando sali¨® del hospital. Sus hermanos entienden que Doaa necesita nuestra atenci¨®n¡±, explica Fadwa, madre de la ni?a.Jes¨²s SerranoEl primer encuentro de Doaa con el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja (CICR) se produjo en su escuela, durante una sesi¨®n informativa sobre los restos explosivos sin estallar. La sesi¨®n ten¨ªa por objeto promover el comportamiento seguro de alumnos y maestros. Cuando los delegados del CICR vieron el caso de Doaa, le dijeron a la familia de la ni?a que el Centro de Miembros Artificiales y Poliomielitis en Gaza pod¨ªa proporcionarle una pr¨®tesis a medida.Jes¨²s SerranoJes¨²s SerranoDoaa tiene seis hermanos y tres hermanas. Fue Tamer, el mayor, quien la encontr¨® tendida en el suelo y ensangrentada tras la explosi¨®n. Tamer comparte el hogar familiar, donde vive con su esposa y sus dos hijos. Alaa Yaseen, el padre, tiene 40 a?os y es obrero de la construcci¨®n, pero perdi¨® su trabajo estable debido a las restricciones a la importaci¨®n de materiales b¨¢sicos en la Franja de Gaza.Jes¨²s SerranoLa abuela de Doaa, que la acompa?¨® durante los 52 d¨ªas de internaci¨®n en el hospital de Nablus, pinta las u?as de la nueva mano. Doaa no volvi¨® a la escuela tras el alta sino unos meses m¨¢s tarde, pues tuvo que atravesar un proceso de rehabilitaci¨®n f¨ªsica para aprender a escribir con la mano izquierda.Jes¨²s Serrano¡°Doaa me ayuda a lavar los platos y, ahora que tiene la pr¨®tesis, le resulta m¨¢s f¨¢cil sostener la tableta¡±, dice Fadwa, la madre.Jes¨²s SerranoDoaa asiste a sesiones de apoyo junto con otros ni?os v¨ªctimas de restos explosivos sin estallar. Las sesiones les ayudan a superar el trauma y les permiten un futuro mejor. Seg¨²n Fadwa, toda la experiencia ha afectado mucho a la familia en el plano emocional.Jes¨²s SerranoAunque ya han pasado dos a?os desde la ¨²ltima guerra en Gaza, la Franja es una de las zonas con mayor n¨²mero de artefactos explosivos a¨²n en tierra. Las posibles consecuencias siguen aterrorizando a sus habitantes. Doaa representa s¨®lo uno de los numerosos casos de ni?os en la zona cuyas vidas se vieron permanentemente afectadas por los artefactos sin explotar.Jes¨²s SerranoDoaa juega con su ordenador en una plaza de la ciudad de Gaza, tras la sesi¨®n de apoyo psicol¨®gico. Con una tasa de nacimientos entre las m¨¢s altas del mundo, Gaza y sus habitantes siguen teniendo la esperanza de que alg¨²n d¨ªa los ni?os puedan jugar en cualquier lado sin temer que los juegos inocentes terminen siendo sangrientos.Jes¨²s Serrano