Populismo que no es
El riesgo es que el centro de gravedad de los partidos ya existentes se desplace m¨¢s y m¨¢s hacia cada extremo
![Diputados de Unidos Podemos al término de la sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XII legislatura.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7NL32RFLCPCQLMIQP553BYD4PI.jpg?auth=eb6eecc600922216c24e82f51a1eb5737e088ca21317d09266fb5f5f8e8b6d28&width=414)
El populismo est¨¢ de moda. Como etiqueta, sobre todo. Suele aplicarse a un grupo muy heterog¨¦neo de partidos emergentes. Todos ellos, se argumenta, comparten un rasgo: atacan a una supuesta ¨¦lite enquistada en nombre de un pueblo desarmado y virtuoso. El peligro, temen los moderados, es que lo consigan. Que su estrategia funcione, colocando as¨ª bajo un mismo techo a votantes que se encontraban antes en puntos casi opuestos.
Es innegable que la t¨¢ctica est¨¢ en auge. Se refleja en la idea de casta de Podemos, en la promesa de Trump de que ¨¦l ser¨¢ la voz de los americanos o en el hartazgo general expresado por Marine Le Pen. Pero resulta dif¨ªcil endosar un calificativo categ¨®rico cuando partidos m¨¢s tradicionales han empleado m¨¦todos parecidos en el pasado. Y aun acept¨¢ndolo como una mera cuesti¨®n de grado en la que destacan las nuevas formaciones, el populismo no ha logrado su supuesto objetivo: de momento, los extremos no se han unido en una lucha com¨²n contra la ¨¦lite.
El discurso antiestablishment no ha servido para saltar barreras, sino para reforzarlas. Hasta ahora, quien lo ha empleado ha conseguido capturar una parte importante del voto, pero dentro de un espacio ya definido. Las viejas divisiones de ideolog¨ªa, naci¨®n, etnia, cultura o religi¨®n no han sido sustituidas. Podemos o Syriza se han abierto un lugar a la izquierda. Trump o Le Pen, a la derecha. Cada uno en su lado del cuadril¨¢tero. Tal vez tengan fintas similares, pero son jaleados por p¨²blicos distintos.
Los moderados que claman contra el populismo ¡°de todo color¡±, pues, equivocan su preocupaci¨®n. El problema para ellos no es la construcci¨®n de una nueva plataforma que les ataque de manera coordinada. El riesgo es que el centro de gravedad de los partidos ya existentes se desplace m¨¢s y m¨¢s hacia cada extremo. Es un cambio menos llamativo, pero desgarrador. Intensifica la polarizaci¨®n. Hace m¨¢s dif¨ªcil la consecuci¨®n de pol¨ªticas progresistas mesuradas, fruto de un acuerdo entre distintas facciones. Y deja a quienes lo intenten ante el imposible dilema de escoger bando o perecer ante un enemigo imposible de delimitar. @jorgegalindo
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