Los secretos del asma infantil se escond¨ªan en las granjas de los amish
Los ni?os de esta comunidad tradicional han desarrollado inmunidad gracias al polvo de sus casas
Los amish y los huteritas son dos comunidades muy parecidas. Ambas se asentaron en EE UU en los siglos XVIII y XIX procedentes de Europa. Las dos son de origen germ¨¢nico. Muy religiosos, endog¨¢micos y autosuficientes, los amish y los huteritas visten, viven y aman como si no hubieran pasado 300 a?os. Su perfil gen¨¦tico es muy similar, al igual que su entorno agrario. Sin embargo, mientras los ni?os huteritas sufren tanta asma como los del mundo exterior, la incidencia de la enfermedad entre los peque?os amish es hasta cuatro veces menor. ?Qu¨¦ hay en las granjas de estos anabaptistas que les protege?
Desde hace d¨¦cadas, los cient¨ªficos han vinculado el aumento de la prevalencia del asma en las sociedades modernas con el alejamiento del entorno rural. M¨¢s recientemente, estudios en comunidades rurales del norte de Europa comprobaron la baja incidencia de la enfermedad. As¨ª que crecer y vivir en el campo ten¨ªa efectos positivos. Sin embargo, el caso de los huteritas, con hasta un 21% de incidencia de asma infantil, debilita la supuesta bondad de la vida rural.
"Eso demuestra que el origen de la protecci¨®n no est¨¢ simplemente en vivir en una granja", dice la genetista de la Universidad de Chicago (EE UU), Carole Ober. Junto a un poblado grupo de cient¨ªficos, Ober se empe?¨® en desvelar el misterio. Para ello, compararon el sistema inmune de 60 ni?os de siete a catorce a?os, 30 amish y otros 30 huteritas. Analizaron su sangre y obtuvieron su perfil gen¨¦tico. Adem¨¢s, recogieron muestras de polvo del suelo, colchones y aire de una decena de casas de cada comunidad. Aunque la muestra no es significativa, entre los peque?os amish no hab¨ªa ning¨²n asm¨¢tico por seis entre los huteritas.
Los ni?os amish est¨¢n expuestos a un polvo con seis veces m¨¢s endotoxinas bacterianas
Lo primero que comprobaron es que los amish tiene su sistema inmunitario innato, la primera l¨ªnea de defensa ante agresiones externas, m¨¢s activado. "Los amish tienen m¨¢s y m¨¢s recientes neutr¨®filos, c¨¦lulas de la sangre cruciales para combatir las infecciones, y pocos eosin¨®filos, leucocitos que provocan inflamaci¨®n al¨¦rgica", dice la inmun¨®loga de la Universidad de Chicago y coautora del estudio, Anne Sperling.
En cuanto a las muestras de polvo del suelo y los colchones, no encontraron ni grandes cantidades ni grandes diferencias en los al¨¦rgenos comunes como ¨¢caros o pelos de gatos y perros. La limpieza m¨¢s escrupulosa forma parte del c¨®digo de conducta de amish y huteritas. Adem¨¢s, aunque pueden tener mascotas, los animales tienen prohibida la entrada a la casa.
Pero la respuesta estaba en el aire. Detectaron elevadas concentraciones de endotoxinas tanto en las muestras del polvo en suspensi¨®n de los hogares amish como de los huteritas. Estas part¨ªculas, generalmente prote¨ªnas, se desprenden de la pared celular de bacterias y pueden provocar la respuesta del sistema inmunitario ante lo que cree una infecci¨®n bacteriana. Lo m¨¢s relevante aqu¨ª, sin embargo, es que el polvo recogido en las casas de los amish ten¨ªa hasta 6 veces m¨¢s endotoxinas que el de las casas de los huteritas, seg¨²n muestran los investigadores en la revista New England Journal of Medicine.
De esta manera, los cient¨ªficos sugieren que la alta concentraci¨®n de endotoxinas en el aire habr¨ªa modulado la respuesta del sistema inmunitario de los peque?os. Pero, la prueba definitiva de que la clave est¨¢ en el polvo la obtuvieron de un ¨²ltimo experimento con ratones. A grupos diferentes le dieron a respirar polvo de casas amish o de casas huteritas. Al cabo de unas semanas, los ratones que inhalaron el aire de las primeras mostraron una mayor protecci¨®n ante el asma y las consecuencias de la respuesta al¨¦rgica.
Mientras los amish practican una abstinencia tecnol¨®gica, los huteritas han mecanizado sus granjas, reduciendo el contacto con animales
"Este trabajo muestra la importancia del c¨®ctel de bacterias a que estamos expuestos. C¨®mo esas endotoxinas interaccionan con nuestro sistema inmunitario, en especial el innato, nuestro primer escal¨®n de respuesta, y c¨®mo pueden modular esa respuesta", comenta el doctor Pedro Ojeda, alerg¨®logo y director del comit¨¦ de comunicaci¨®n de la Sociedad Espa?ola de Alergolog¨ªa e Inmunolog¨ªa Cl¨ªnica (SEAIC).
El sistema inmunitario depende de dos elementos clave, el sistema inmunitario innato y el adaptativo. "Las toxinas bacterianas que hay en el polvo inducir¨ªan una respuesta en el sistema inmunitario innato que evita que se active la respuesta del sistema inmunitario adaptativo, que es el que producir¨ªa la reacci¨®n al¨¦rgica", detalla Ojeda. Lo que est¨¢ por determinar es qu¨¦ toxinas concretas de ese polvo son las que han entrenado el sistema inmunitario de los ni?os amish. Si se supiera, "no har¨ªa falta vivir como un amish para beneficiarse de su estilo de vida", a?ade Ojeda.
La pista a seguir la da un aspecto clave que diferencia a los amish de los huteritas. Mientras los primeros viven y cultivan en granjas familiares con la ayuda de animales como bueyes y caballos, los huteritas practican una agricultura comunal en la que interviene toda la colonia y han abrazado la mecanizaci¨®n de sus campos y establos. Eso hace que mientras los ni?os amish a¨²n est¨¢n en contacto ¨ªntimo con los animales, los huteritas ven a una vaca casi como los ni?os de la ciudad.
"Lo m¨¢s f¨¢cil ser¨ªa meter una vaca en cada casa", bromea la profesora Ober, que a?ade: "Confiamos en que una vez que sepamos qu¨¦ hay tan protector en el polvo de los amish, se pueda exponer a todos los ni?os a estas sustancias y evitar que desarrollen asma".
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