La verdadera raz¨®n por la que los beb¨¦s no quieren dormir solos
No nacen con intenci¨®n de fastidiarnos la noche. Es una respuesta de supervivencia del cerebro
Seguramente lo habr¨¦is escuchado m¨¢s de una vez. Una madre reci¨¦n parida, el padre o cualquier familiar, diciendo que el beb¨¦ ¡°es muy bueno porque duerme y come muy bien¡±. ?Esto se ajusta a la realidad? ?Significa, entonces, que un beb¨¦ que no duerme del tir¨®n toda la noche es malo? La ciencia, la biolog¨ªa, como casi siempre, tiene la explicaci¨®n a estos temas que tanto preocupan a los padres, especialmente a los primerizos.
La doctora en Biolog¨ªa Mar¨ªa Berrozpe ha recogido en la web El debate cient¨ªfico sobre la realidad del sue?o infantil una revisi¨®n extensa de la bibliograf¨ªa relacionada con este tema. ¡°Los beb¨¦s llegan con unas necesidades, expectativas y exigencias firmemente marcadas por ser mam¨ªferos y primates, pero lo que hacen es amoldarse a la cultura donde han nacido¡±, explica Berrozpe. A la vista de los resultados revisados, la investigadora concluye que el llamado "insomnio infantil por h¨¢bitos incorrectos" no es una verdadera patolog¨ªa, "sino un desajuste entre lo que el ni?o desea y necesita por instinto y lo que sus padres esperan que haga para dormir bien". Es un hecho que no en todas las culturas se duerme igual ni durante todos los tiempos ha habido el mismo patr¨®n. Sin embargo, el cerebro del beb¨¦ es id¨¦ntico ahora, aqu¨ª y hace miles de a?os y en otras partes del mundo. Por lo tanto, en lo que debemos fijarnos para tener un debate serio sobre las necesidades del beb¨¦ es en la ciencia, no en las costumbres de cada padre o en meras opiniones.
Rafaela L¨®pez, creadora de la web Dormir sin llorar y autora del libro con el mismo t¨ªtulo (editorial Ob Stare), cree que las expectativas que muchos padres se hacen sobre c¨®mo dormir¨¢n sus beb¨¦s ¡°se generan a trav¨¦s de una ciencia sesgada, en la que est¨¢ todo muy influenciado por la cultura que olvida casi siempre la parte mam¨ªfera del beb¨¦¡±. A todos nos suena la frase?¡°te est¨¢ tomando el pelo¡±, pronunciada por familiares, y a veces por profesionales sanitarios, que recomiendan no atender el llanto del beb¨¦. Nada m¨¢s lejos de la realidad: los beb¨¦s no saben qu¨¦ es tomar el pelo, ni nacen con intenciones claras de fastidiar a nadie. Tan solo responden a mecanismos de supervivencia de su especie.
?Por qu¨¦ se despiertan tantas veces?
En primer lugar, est¨¢ el desarrollo natural de la arquitectura de sue?o del beb¨¦, que pasar¨¢ de las dos fases que presenta cuando nace (sue?o activo y sue?o tranquilo), a las cinco fases del adulto. Cada fase adquirida a?adir¨¢ inestabilidad al sue?o y, por lo tanto, despertares, explica Berrozpe.
En segundo lugar, es un ser peque?ito con un est¨®mago acorde que consume una leche dise?ada para cr¨ªas precociales (las que se mantienen cerca de su madre para mamar con frecuencia). Pero somos cr¨ªas secundariamente altriciales, a?ade la bi¨®loga, es decir, que somos profundamente inmaduros, con escaso control motor, lo que obliga a la madre a estar cerca siempre del beb¨¦ disponible para darle de mamar. Obviamente esta es una explicaci¨®n biol¨®gica, que responde a lo que somos y no a lo que luego hacemos en cada cultura como, por ejemplo, usar el biber¨®n, y que lo d¨¦ otra persona que no sea la madre. Pero eso es algo que el cerebro del reci¨¦n nacido desconoce.
En tercer lugar, el beb¨¦ se despierta muchas veces para asegurarse de que sigue protegido y a salvo cerca de su madre, afirma Berrozpe. El cerebro del beb¨¦ no sabe si su madre est¨¢ en la habitaci¨®n contigua (no sabe qu¨¦ es una habitaci¨®n) o si se ha ido para siempre. ¡°Por eso, cuando ponemos al beb¨¦ a dormir lejos de nosotras, los despertares se traducen en lloros y reclamos de presencia materna, mientras que si estamos cerca ser¨¢n desvelos r¨¢pidos en los que el beb¨¦ se enganchar¨¢ al pecho (si lo toma) y seguir¨¢ durmiendo, lo que se traduce en un amplio beneficio de descanso para ambos¡±, explica la bi¨®loga.
El pol¨¦mico m¨¦todo Estivill
Teniendo en cuenta lo anterior, la bi¨®loga opina que los m¨¦todos para "ense?ar a dormir" a los beb¨¦s, como el Estivill, no son lo mejor para su cerebro. ¡°Son t¨¦cnicas cognitivo-conductuales basadas en el crying it out (dejar llorar). El psic¨®logo Carl D. Williams explic¨® en un estudio en 1959 c¨®mo con dichos m¨¦todos lo que consiguen es forzar al ni?o a hacer algo para lo que todav¨ªa no est¨¢ preparado para afrontar de manera saludable".
Sin embargo muchos padres son partidarios de este m¨¦todo en el que se atiende al beb¨¦ siguiendo una tabla de tiempos, porque, argumentan, funciona. "Lo que sucede es que los ni?os aprenden que no les sirve de nada llorar, y dejan de hacerlo, lo que no significa que duerman mejor o que su sue?o sea de mejor calidad. De hecho y sobre este aspecto, Middlemis, Granger, Golberg y Nathans publicaron un trabajo en 2012 en el que observaron que, ¡°aunque los beb¨¦s dejaban de llorar, todav¨ªa segu¨ªan estresados¡±, afirma Berrozpe.
Rafaela L¨®pez recuerda que ¡°los beb¨¦s llegan al mundo con una bater¨ªa de acciones reflejas destinadas a su supervivencia como los reflejos de prensi¨®n, de succi¨®n, el del moro o sobresalto¡ El llanto no se considerar¨ªa un reflejo m¨¢s, pero s¨ª es una alarma que avisa al adulto de que tiene que ser atendido¡±. Adem¨¢s, se pregunta, "si a nadie se le ha ocurrido que un beb¨¦ pueda estar seis, ocho o doce horas seguidas sin ser atendido, ?en qu¨¦ momento se nos ocurri¨® la idea de que deben dormir solos durante toda la noche?".
Dejarlos llorar les estresa
La ciencia no ha demostrado que dejar llorar a un beb¨¦ hasta que se duerma sea bueno o no sea perjudicial a corto y largo plazo. De hecho, investigaciones sobre el estr¨¦s sufrido durante la infancia apuntan a que el que experimentan los beb¨¦s sometidos a este m¨¦todo pueden desencadenar respuestas t¨®xicas en su desarrollo f¨ªsico y emocional. ¡°Los defensores de estas t¨¦cnicas argumentan que no se han demostrado directamente porque no se han realizado los estudios con el dise?o adecuado para demostrarlo, o lo que es lo mismo, la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia¡±, explica Berrozpe.
Adem¨¢s, recuerda L¨®pez, ¡°los beb¨¦s carecen de los mecanismos racionales que tenemos los adultos para afrontarlo, de manera que para ellos es una experiencia de abandono (aunque sea a intervalos), que provoca que su cerebro se llene de hormonas t¨®xicas".
Cuando dormimos todos somos vulnerables
Sin entrar en sesudos estudios cient¨ªficos, basta con observar c¨®mo somos los adultos. Un adulto durmiendo es un ser vulnerable. L¨®gicamente dentro de una casa no, pero s¨ª si duerme a la intemperie solo y por la noche. De hecho lo m¨¢s probable es que en estas circunstancias tan adversas, le costar¨ªa conciliar el sue?o por pura supervivencia. En general el sue?o de los seres humanos ha evolucionado en un entorno en el que dormir en compa?¨ªa significaba estar seguro, mientras que la soledad era sin¨®nimo de lo contrario. El bipedalismo y la p¨¦rdida de pelo nos oblig¨® a bajarnos de los ¨¢rboles y a dormir a ras de suelo, lo que nos coloc¨® en una situaci¨®n de extrema vulnerabilidad y favoreci¨® la aparici¨®n de dormir en grupo, explica Berrozpe citando a la antrop¨®loga Carol Worthman. No solo eso, sino que tambi¨¦n modific¨® la arquitectura del sue?o con predominancia de las fases ligeras sobre las profundas y los despertares entre ellas, haci¨¦ndolo compatible con la capacidad de reaccionar ante un peligro.
Los beb¨¦s no lloran para fastidiar. Lo hacen porque as¨ª estamos dise?ados todos, incluidos los adultos. Y para un beb¨¦ dormir solo en una cuna en otra habitaci¨®n ser¨ªa como para un adulto dormir solo en un bosque, un sue?o ciertamente dif¨ªcil.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.