9 fotosLugares del mundo donde la sopa se sorbe o est¨¢ mal visto dejar propinaLos modales en la mesa var¨ªan de unas regiones a otras. Una gu¨ªa para no desentonar 19 ago 2016 - 12:49CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceCon lo bien que nos entendemos con los italianos en muchos ¨¢mbitos y la de errores que cometemos con su deliciosa comida. Aclaremos: el 'cappuccino', por la ma?ana, nunca despu¨¦s de comer (para eso se invent¨® el 'espresso'); si come pasta, no la acompa?e con pan (les resulta rid¨ªculo) y si lleva pescado no se le echa queso por encima, como explica Andrea Tumbarello, chef del restaurante Don Giovanni (Madrid): ¡°Un rallado de 'parmigiano', que tiene su personalidad, con un pescado no casa. Para muchos es un sacrilegio¡±. Pero, sobre todo, los espaguetis no se cortan: ¡°Si la pasta la han hecho larga, ?por qu¨¦ tienen que romperla?¡±, se queja; tampoco se enrollan con la cuchara: ¡°Cuando me la piden les digo: ¡®Si no te he dado sopa¡±. El punto de cocci¨®n siempre al dente, si no, ¡°se digiere peor¡±.?Qu¨¦ hay que hacer con el pan y la sal que endosar¨¢n al visitante en cualquier casa donde le inviten a cenar? Cortar el pan, echarle un poco de sal y com¨¦rselo. ¡°Es una tradici¨®n sagrada¡±, explica Leonid Gelibterman, presidente del Centro Internacional Enogastron¨®mico de Mosc¨². ¡°Las tribus eslavas pensaban que quienes compart¨ªan el pan se hac¨ªan amigos para siempre. En cuanto a la sal, en Rusia siempre ha sido cara y escasa, por eso ofrecerla es un agasajo¡±. Despu¨¦s, podr¨¢n comer juntos... y beber chupitos de vodka (¡°siempre fr¨ªo¡±) entre plato y plato. Juntarse para comer es un acto social de enjundia en Rusia, sobre todo en las zonas rurales donde la gente se viste de tiros largos, reh¨²ye las bromas tontas y las conversaciones son de altura (familia, salud, problemas financieros). No pregunte "?c¨®mo est¨¢?", porque le dar¨¢n un parte m¨¦dico. Del¨¦itese con su ensaladilla que s¨ª, lleva mayonesa (¡°la llamamos Olivier, en honor al chef franc¨¦s [Lucien Olivier] que la cre¨® trabajando en Rusia¡±, se?ala. Y cuando llegue la cuenta, haga como los rusos ricachones y no la repase.Cuando se siente a una mesa en India utilice solo una mano: la derecha. Tendr¨¢ que apa?arse con ella para comer, que a grandes rasgos consiste en coger un trozo de 'naan' (pan) y reba?ar arroz con un poco de pollo o cordero al curry. ¡°Nos gusta sentir la textura de la comida en la mano. Decimos que los cuchillos son para los carniceros¡±, afirma Atul Kochhar, chef del restaurante indio Benares, en Londres (Reino Unido), con estrella Michelin y sucursal en Madrid. No, no es que tengan nada en contra de la mano izquierda, simplemente es as¨ª. Con todo, se exige que ambas manos est¨¦n perfectamente limpias; examinar¨¢n de reojo sus u?as para averiguarlo. Comer en India es un acto importante y familiar: piques y broncas pol¨ªticas est¨¢n mal vistos. ¡°Se intenta guardar la armon¨ªa y cuando se discute, como se est¨¢ en familia, todo se resuelve¡±, a?ade este cocinero nacido en Jamshedpur. En cuanto a la cantidad, s¨ªrvase con moderaci¨®n. ¡°Dejar comida en el plato no es que sea de mala educaci¨®n, pero seguro que nuestro anfitri¨®n se siente orgulloso al ver los platos vac¨ªos. Adem¨¢s, el aporte de prote¨ªna es muy grande y no es necesario servir grandes raciones¡±, remata Kochhar.La jerga culinaria propia del pa¨ªs de los canguros puede llevar a la confusi¨®n al viajero incauto. Por ejemplo, si le invitan a un t¨¦ no haga planes para esa noche. ¡°La hora del t¨¦ significa simplemente la hora de la cena, que se toma entre las 6.00 y las 7.00 de la tarde¡±, apunta Frank Camorra, cocinero y propietario del restaurante espa?ol MoVida, en Melbourne (Australia). Tambi¨¦n es necesario aclarar dos t¨¦rminos: si va a acudir a una barbacoa y le dicen 'bring a plate' (traiga un plato) en realidad no debe llevar una pieza de vajilla. ¡°Es una invitaci¨®n a llevar comida para compartir, algo muy com¨²n para generar un sentimiento de familiaridad¡±, afirma Camorra. Si, en cambio, el aviso es 'bring your own' (traiga el suyo, resumido BYO en escaparates de restaurantes) es que tiene v¨ªa libre para acceder con su propia bebida dado que ¡°algunos locales no tienen licencia para vender alcohol¡±, aclara el cocinero. Durante la comida prodigue las ¡°gracias¡± continuamente (no escatiman en agradecimientos) y deje una propina del 10% ¨²nicamente si el servicio ha sido de su agrado.No dejar propina, o dejar poco, autoriza a algunos camareros, incluso de cadenas de 'fast food', a echar la bronca al agarrado comensal. Deben alcanzar s¨ª o s¨ª ¡°un 20% de la cuenta como norma, o como m¨ªnimo un 10% si el servicio no le ha parecido bueno. No dejar nada es de mala educaci¨®n¡±, sentencia Laura Turner, directora del centro cultural American Space (Madrid). Es un complemento al r¨¢cano sueldo del gremio: ¡°Con salarios de tres d¨®lares a la hora se ganan la vida as¨ª¡±, a?ade. A los estadounidenses les encanta comer, raz¨®n por la cual las raciones suelen ser como sus camisas: tama?o XXL. Por supuesto, todo lo que puede comerse sin cubiertos se come con las manos: pizza, alitas de pollo, hamburguesas¡ ?Informalidad? Hasta cierto punto. Y llevar puesta la gorra de los Yankees en la mesa es de palurdos.Comer en Portugal es preguntarse si el ineludible aperitivo (o 'couvert') que aparece en su mesa sin que lo haya pedido se cobra. En Lisboa suele consistir en cuencos peque?os con aceitunas o aceite de oliva; en Oporto, en un platito con tres o cuatro miniquesos. La respuesta es s¨ª: lo ver¨¢ en su cuenta. T¨¦ngalo presente tambi¨¦n por si le quita el apetito y no puede disfrutar de su emblem¨¢tico bacalao, que, por cierto, no es portugu¨¦s sino que viene del norte de Europa. El vino riega la mayor¨ªa de las comidas. ¡°Alentejo y Douro son las regiones vin¨ªcolas que todo portugu¨¦s tiene en la cabeza¡±, asegura Vasco d¡¯Avillez, presidente de la Comisi¨®n Vitivin¨ªcola de la Regi¨®n de Lisboa. ¡°Sin embargo, este pa¨ªs peque?o re¨²ne hasta 25 denominaciones de origen, con grandes diferencias¡±. Elija uno dulce para el postre; si est¨¢ en Lisboa por nada del mundo pida un oporto, rival de su competente moscatel, y omita este cuando se halle en la ciudad portuense. Aunque para evitar l¨ªos, escoja un exquisito madeira (siam¨¦s del jerez). Los vasitos de pl¨¢stico que ver¨¢ a la gente beber por las calles lisboetas contienen 'ginjinha' (licor de guindas), ¨®ptimo a cualquier hora del d¨ªa.Si pide una sopa Shoyu Ramen en el pa¨ªs del sol naciente ¡ªuna de sus delicias culinarias: fideos, algas, jengibre, cerdo y cien cosas m¨¢s¡ª no le ponen cuchara. Se toma as¨ª: agarre el cuenco, incl¨ªnese sobre ¨¦l y con la ayuda de los palillos proceda a sorber ruidosamente los largos fideos. ¡°No se trata de hacer ruido porque s¨ª¡±, advierte Hiroshi Kobayashi, director del restaurante Miyama (Madrid). ¡°Tratamos de que junto con los fideos suba el l¨ªquido tambi¨¦n. Si lo hici¨¦ramos poco a poco, como los italianos, el l¨ªquido ir¨ªa hacia abajo, y as¨ª es m¨¢s jugoso¡±. Algo parecido ocurre con la emblem¨¢tica sopa de miso. ¡°Esperar a que se enfr¨ªe, como hacen en Espa?a, es una falta de respeto al cocinero que se ha molestado en calentarla en su punto ¨®ptimo. Y para degustarla muy caliente no queda m¨¢s remedio que hacer ruido¡±, a?ade Kobayashi. El sushi se come de un solo bocado (m¨¢s que nada para que no se destruya). La presentaci¨®n de la mesa incluye soporte de palillos, palillos, servilleta, vaso de agua, cuenco de soja y soja. ¡°Lo que nos parece m¨¢s feo es cuando la gente, nada m¨¢s sentarse a la mesa, echa soja en el cuenco porque parece que pide ya la comida. Hasta que no llegue algo que requiera soja no hay que hacerlo¡±. Kobayashi encuentra imperdonable el gesto de limpiar y frotar los palillos: ¡°Hay que hacerlo debajo de la mesa¡±. Y nada de propinas: pueden incluso ofender.Si cree que sabe c¨®mo hay que desenvolverse en un restaurante de China por lo que ha aprendido en el Buda Feliz de su barrio, est¨¢ equivocado. Por supuesto, lo primero es distinguir entre lo que puede hacerse y lo que no con los palillos. S¨ª: comer con ellos. No: se?alar con ellos a otro comensal, chuparlos, marear la comida o clavarlos verticalmente en el arroz. Esto ¨²ltimo espantar¨¢ al p¨²blico local por su ¡°analog¨ªa con la posici¨®n del incienso en el rito funerario¡±, alerta Violeta S¨¢nchez, coordinadora de proyectos del Centro Cultural de China en Madrid. Las comidas suelen comenzar con una sopa que usted adereza (no le haga ascos a las retozonas gambas vivas en el agua hirviendo), tras la cual la mesa redonda se ver¨¢ inundada de platitos para compartir. Si come pescado, bajo ning¨²n concepto d¨¦ la vuelta a la parte con espina: el gesto recordar¨¢ a un barco que se hunde y ensombrecer¨¢ semblantes. Qu¨ªtela antes y siga. Dejar unas migajas es la forma de alabar la dadivosidad del anfitri¨®n. Y cuando le sirvan otra taza de t¨¦ muestre su gratitud dando unos golpecitos en la mesa con uno o dos dedos.Muchas de las buenas costumbres internacionales a la hora de comer proceden de nuestros estrictos vecinos franceses. Son los padres del cl¨¢sico 'bon app¨¦tit' (buen provecho), que es el verdadero pistoletazo de salida a una comida: lanzarse antes de que el anfitri¨®n pronuncie las palabras m¨¢gicas es un agravio. Como tambi¨¦n lo es agarrar la botella de vino y servirse alegremente uno mismo. Hay que esperar a que otro comensal nos rellene la copa o bien recurrir al truco de servir al de al lado (aunque tenga la copa medio llena) y, de paso, ya que casualmente tenemos el tintorro en la mano, llenar la nuestra. ?Que la botella se sale de su presupuesto? Una 'pichet', o frasca de vino de la casa, no perfora el bolsillo. Quiz¨¢ le sorprenda la disposici¨®n de los cubiertos. ¡°El tenedor lo sit¨²an con los dientes sobre el mantel, porque entienden que hacia arriba puede pinchar. Lo llevan tambi¨¦n al extremo con el cuchillo, cuya parte cortante debe mirar hacia el plato, y con la cuchara, boca abajo, para evitar que se pose polvo. De ah¨ª que en Francia los juegos de cuberter¨ªa siempre se han grabado en la parte trasera¡±, expone Nuria Pereira, directora del m¨¢ster de Protocolo del Instituto Europeo Campus Stellae (Santiago de Compostela). A los franceses les encanta invitar a cenar en casa: ¡°Es todo un honor¡±.