As¨ª llegaron a Espa?a Orlando Ortega y otros atletas cubanos
Forman la 'Peque?a Habana' de Madrid, deportistas que dejaron en la isla a familiares para encontrar en nuestro pa¨ªs las condiciones para competir
Miden todos m¨¢s o menos 1,85 metros y gastan cuerpos estilizados y musculosos, producto de sus entrenamientos y de sus genes. Son de lo mejor del atletismo mundial y han nacido en Cuba, aunque ahora son espa?oles o quieren serlo y ganar medallas bajo nuestra bandera. Son la Peque?a Habana de Madrid, donde el destino, su excelencia atl¨¦tica y el deseo de triunfar los han reunido. Omar Cisneros, de 26 a?os, es casi un reci¨¦n llegado. Compiti¨® en Cuba, en su Camag¨¹ey natal, por ¨²ltima vez, en mayo de 2015. Despu¨¦s viaj¨® a competir a Europa, buscando infructuosamente la m¨ªnima para el Mundial de Pek¨ªn.
Fue en Padua (Italia), el 6 de septiembre, en los tacos de salida de su ¨²ltimo 400 vallas de la temporada, donde tom¨® la decisi¨®n: ¡°Dej¨¦ en la isla a mi familia, mi mujer y mi hija, y mis padres, porque necesitaba libertad para desarrollar mi carrera, tomar decisiones, elegir en qu¨¦ competiciones participar, qu¨¦ objetivos perseguir, qu¨¦ entrenador me conviene m¨¢s¡±. Cisneros, que termin¨® cuarto en el Mundial de Mosc¨² 2013, acab¨® en Espa?a porque tiene un t¨ªo en Pinto (Madrid) que le acoge en su casa. ¡°Estoy tramitando todos los papeles. Ya s¨¦ que a los Juegos de R¨ªo no llego, pero quiz¨¢s pueda competir con el equipo nacional en el Mundial de Londres 2017¡±, asegura.
En Espa?a encontr¨® a Alexis S¨¢nchez, el t¨¦cnico que le entrena a ¨¦l y a Yidiel Contreras, especialista en 110 metros vallas. En los tiempos de ordenadores, electr¨®nica y tablets, Alexis S¨¢nchez a¨²n conf¨ªa en el bic y en la libreta. ¡°Soy de la vieja escuela¡±, dice S¨¢nchez, de 45 a?os y cr¨¢neo rasurado. ¡°Lo apunto todo, como hac¨ªa el polaco Zygmunt Zabierzowski, el t¨¦cnico que descubri¨® como atleta a Alberto Juantorena en la isla, y le hizo doble campe¨®n ol¨ªmpico en Montreal 76¡±. Aunque Alexis S¨¢nchez no hab¨ªa cumplido entonces los cinco a?os, el ejemplo del polaco hizo escuela en el atletismo cubano, el que ¨¦l dej¨® en 1998.
¡°Dej¨¦ en la isla a toda mi familia, porque necesitaba libertad para desarrollar mi carrera, tomar decisiones, elegir en qu¨¦ competiciones participar, qu¨¦ objetivos perseguir, qu¨¦ entrenador me conviene m¨¢s¡±, dice Omar Cisneros
¡°Me enfad¨¦ porque, pese a ser el plusmarquista nacional de 400 vallas, no me llevaron a los Juegos de Atlanta en 1996. Pocos meses despu¨¦s muri¨® mi padre, mi ¨²ltimo v¨ªnculo con la isla¡±, recuerda. De chaval fue una de las grandes esperanzas del atletismo cubano. A los 19 a?os corri¨® los 110 metros vallas en 13,75 segundos, lo que le vali¨® la plata en el Mundial j¨²nior, pero una lesi¨®n en 1993 y una operaci¨®n de rodilla le obligaron a cambiar de prueba. Se pas¨® a los 400 metros vallas, pero ya no brill¨® tanto. ¡°En 1998 me qued¨¦ en M¨¦xico despu¨¦s de una competici¨®n con el equipo nacional y empec¨¦ a trabajar de clandestino en restaurantes de Guadalajara. As¨ª estaba hasta que un compatriota que daba clases de baile y entrenaba un equipo de hockey hierba me ense?¨® todo lo que s¨¦ de danza. Sal¨ª de all¨ª siendo un experto en rumba, chachach¨¢, bachata, mambo, guaguanc¨® y lo que hiciera falta¡±.
Eso no le sirvi¨® para ser mejor atleta, pero s¨ª para sobrevivir en su siguiente escala en la vida, Valladolid, donde aterriza en 1999. Intenta rehacer su carrera atl¨¦tica despu¨¦s de haber estado parado por el veto cubano, pero apenas tiene tiempo para entrenarse. Por las ma?anas trabaja en la azucarera de la capital, por las tardes en la construcci¨®n, por las noches en un bar y algunos d¨ªas dando clase de baile caribe?o. ¡°Entre medias encontraba huecos para entrenar y acab¨¦ entrenando¡±, afirma S¨¢nchez. Empez¨® con el ibicenco Luis Felipe Vivancos. Despu¨¦s pas¨® a sus compatriotas Omar Cisneros y Yidiel Contreras, para quienes fue el primer contacto en Espa?a cuando dejaron su pa¨ªs.
Yidiel, el m¨¢s joven de todos, lleg¨® a Espa?a con apenas 20 a?os, sin hacer ruido. ¡°Como no era internacional absoluto no tuve tantos problemas para competir en Espa?a o para conseguir la nacionalidad y pude ir a los Mundiales de Pek¨ªn¡±, cuenta. ¡°Aqu¨ª, en Espa?a, hay mejores condiciones y creo que puedo alcanzar mi sue?o de estar en la ¨¦lite mundial¡±.
Los mejores genes deportivos los transmite la rama femenina de las familias, dicen los genetistas, y ni Yidiel Contreras ni Orlando Ortega les llevar¨¢n la contraria. La madre del primero, Meraide Garc¨ªa Soto, fue campeona del mundo de esgrima hace un par de d¨¦cadas. Y Cristina Echevarr¨ªa, velocista cubana ol¨ªmpica en M¨¦xico 68, fue la madre de Orlando Ortega, atleta de nivel medio y t¨¦cnico y, sobre todo, la abuela de Orlandito Ortega, quien siempre que puede reconoce en ella el origen de su furor competitivo.
Orlando Ortega es el atleta que m¨¢s le ha dolido perder a Cuba. Lleg¨® a Espa?a v¨ªa Onteniente y dos a?os despu¨¦s ya era un espa?ol instalado en la residencia Blume del Centro de Alto Rendimiento?
Instalado en la elite mundial desde hace unos a?os, Orlando Ortega es el atleta que m¨¢s le ha dolido perder a Cuba. Todo iba como la seda para ¨¦l y para su padre, entrenador nacional enviado por Cuba a Trinidad y Tobago, hasta que en el verano de 2013, antes del Mundial de Mosc¨², la federaci¨®n cubana lo sancion¨® por negarse a competir en una reuni¨®n en la capital rusa. Aunque le perdon¨® la sanci¨®n antes de cumplir los seis meses y con tiempo para participar en el Mundial, Orlando, que apenas se hab¨ªa entrenado, no pas¨® de la primera eliminatoria. Al d¨ªa siguiente decidi¨® no volver a Cuba.
Lleg¨® a Espa?a v¨ªa Onteniente y dos a?os despu¨¦s ya era un espa?ol instalado en la residencia Blume del Centro de Alto Rendimiento de Madrid. A principios de a?o lleg¨® para entrenarle su padre, del que no se separa.
Ahora es medallista de plata en la prueba de los 110 metros vallas, la primera medalla para el atletismo espa?ol desde Atenas 2004.
Este reportaje se public¨® en ICON SPORT, en el n¨²mero de primavera de 2016.
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