Todo por resolver
Es desolador abrir el curso pol¨ªtico con otra investidura parlamentaria sin perspectiva de ¨¦xito
Sabedor de que hoy puede encontrarse con una respuesta dura por parte de Pedro S¨¢nchez y de que fracasar¨¢ sin la abstenci¨®n de los socialistas, Mariano Rajoy omiti¨® ayer calificativos y alusiones al PSOE, pero tampoco gast¨® un gramo de energ¨ªa a la hora de ofrecer concesiones que le ayuden a sumar los apoyos que le faltan. Tras lograr la nada despreciable cifra de 170 votos parlamentarios y quedar a seis de la mayor¨ªa absoluta, mucho m¨¢s que los 131 que logr¨® Pedro S¨¢nchez en la anterior legislatura, el voto negativo del PSOE condena la operaci¨®n a la derrota. Habremos asistido as¨ª a una escenificaci¨®n del fracaso, trasladando a la ciudadan¨ªa la frustraci¨®n de empezar el curso con la exasperante sensaci¨®n de bloqueo que presidi¨® el anterior. ?Qu¨¦ gran fracaso de toda la clase pol¨ªtica!
Editoriales anteriores
M¨¢s que un programa de gobierno, el candidato se ofreci¨® al Congreso como conductor de un conjunto de pactos de amplio alcance que ataquen problemas de mayor cuant¨ªa, desde la unidad de Espa?a hasta la igualaci¨®n de los espa?oles a la hora de recibir servicios p¨²blicos, la sostenibilidad de las pensiones, la educaci¨®n, la violencia de g¨¦nero o la presencia de este pa¨ªs en los debates europeos. Es verdad que en todos esos terrenos hacen faltan acuerdos, pero quien convoca a la tarea sin negociaciones previas debe tener fuerza y credibilidad para hacerlo, y esa no es la posici¨®n de Rajoy, dada su resistencia al di¨¢logo durante el tiempo en que gobern¨® con mayor¨ªa absoluta.
Para seguir en el poder, Rajoy tiene que dar se?ales de rectificaci¨®n y autocr¨ªtica en aspectos muy importantes, y no lo hizo. Agradeci¨® varias veces a Ciudadanos el pacto de investidura alcanzado con el Partido Popular, pero apenas dedic¨® su atenci¨®n a las medidas de regeneraci¨®n de la vida p¨²blica acordadas con el partido de Albert Rivera; y adem¨¢s pas¨® pr¨¢cticamente de puntillas por las reformas institucionales pactadas entre ambas fuerzas. Todo ello desde la plena conciencia de que carece de fuerza por s¨ª mismo para llevar a cabo un proyecto pol¨ªtico, pero de que tampoco existe alternativa y de que hay varios corresponsables.
Y ah¨ª est¨¢ el nudo gordiano de la situaci¨®n. La dificultad para encontrar la salida es precisamente la ausencia de alternativa. Rajoy se ofrece como jefe de la ¨²nica opci¨®n pol¨ªtica viable, frente a la cual dijo que solo podr¨ªa desplegarse un Gobierno "de mil colores", radical e ineficaz, y amenazante para la unidad territorial de Espa?a, en alusi¨®n impl¨ªcita a lo que podr¨ªa representar una alianza del PSOE, Podemos y fuerzas nacionalistas e independentistas.
En ausencia de una alternativa clara, el empleo de expresiones como la que utiliz¨® Pedro S¨¢nchez, calificando su reuni¨®n previa con Rajoy de "perfectamente prescindible", son una ofensa a la ciudadan¨ªa. Guste o no, hay que agotar las posibilidades de desbloquear la situaci¨®n. Encerrarse en que el ¨²nico objetivo es derrotarle resulta inaceptable: hay que dar una salida a la situaci¨®n pol¨ªtica, sin alimentar la desconfianza de los espa?oles en un sistema de partidos que fracasar¨¢ si se muestra incapaz de encontrarla.
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