Ojo con sobrecargar a tu hijo con actividades extraescolares
A veces, la frase "yo s¨®lo quiero lo mejor para ¨¦l", se confunde con lo que necesita
El inicio del mes de septiembre va asociado directamente con el comienzo del nuevo curso escolar. Son d¨ªas en los que las familias necesitan ajustar la que ser¨¢ su agenda diaria para los pr¨®ximos meses. Una situaci¨®n que supone para muchos padres y madres un verdadero quebradero de cabeza. Y es que la conciliaci¨®n familiar, en la mayor¨ªa de las ocasiones, pasa por apuntar a los hijos a actividades extraescolares, bien para mantener a los ni?os ocupados, dependiendo de las necesidades y las posibilidades de las familias, o bien porque los pap¨¢s consideran beneficioso o incluso necesario que el ni?o asista a clases o sesiones que potencien su capacidad intelectual o creativa, o practiquen un deporte que favorezca su desarrollo f¨ªsico y deportivo
En Espa?a, el n¨²mero de j¨®venes que realiza alguna actividad extraescolar alcanza al 90% de los estudiantes de ense?anza obligatoria (de 6 a 16 a?os). Algo m¨¢s de la mitad de ellos desarrolla dos o m¨¢s ¡°extraescolares¡± a lo largo de la semana. Los deportes (72,8%), seguidos por los idiomas (28,4), m¨²sica o danza (24,9%), dibujo o pintura (22,3%) e inform¨¢tica (21,2%) son las extraescolares m¨¢s frecuentes entre los estudiantes de nuestro pa¨ªs, seg¨²n el Instituto de Evaluaci¨®n del Ministerio de Educaci¨®n, Cultura y Deporte.
La investigadora y divulgadora de temas relacionados con la educaci¨®n Catherine l'Ecuyer, autora de los libros Educar en el asombro y Educar en la realidad, deplora el horario y el estr¨¦s al que sometemos a nuestros hijos. En su opini¨®n, ¡°el problema no es la actividad extraescolar en s¨ª, sino el planteamiento global. El verdadero problema de ra¨ªz es el horario de los padres, la escasa ayuda de los gobiernos en prestaciones y la situaci¨®n econ¨®mica de los hogares, muchos de los cuales necesitan dos sueldos para funcionar y no pueden pedir la excedencia que quisieran durante los primeros a?os de vida de sus hijos. Hay muchos pa¨ªses en los que los horarios son m¨¢s racionales y donde ni las actividades extraescolares ni los deberes han sido cuestiones de debate social. Sencillamente, porque hay un tiempo y un lugar para cada cosa¡±. Y es que, seg¨²n los expertos, pese a la importancia que puedan tener las actividades extraescolares en el desarrollo del ni?o, lo verdaderamente importante para que un ni?o aprenda, es que juegue.
Eva Marina, directora de la Universidad de Padres, indica que la sociedad actual est¨¢ perdiendo el h¨¢bito del juego como actividad enriquecedora para los m¨¢s j¨®venes. En su opini¨®n, ¡°las cosas han cambiado mucho en los ¨²ltimos a?os. Una de las consecuencias es la disminuci¨®n de horas del juego libre, es decir, aquellas en las que no hay un adulto involucrado de alguna manera. Y, sin embargo, se han incrementado las actividades compartidas en familia o la participaci¨®n masiva en actividades extraescolares. Este desequilibrio entre ambas produce efectos indeseados ya que jugar con los amigos sin presencia adulta facilita la incorporaci¨®n gradual a la vida en sociedad, es decir, se educan las habilidades sociales. Creo que uno de los factores m¨¢s decisivos en este cambio ha sido la reducci¨®n de la red extensa de relaciones que ten¨ªan las familias: amigos, familiares no directos, vecinos. Tambi¨¦n que las ciudades son cada vez m¨¢s hostiles para la infancia: mucho tr¨¢fico, mucho ruido, muchas prisas, escasez de espacios amigables para la infancia, etc. Iniciativas como la de Francesco Tonucci [psicopedagogo italiano, autor de numerosos libros sobre el papel de los ni?os en el ecosistema urbano] o de acuerdos vecinales para lograr barrios seguros que protejan el derecho del ni?o a jugar libremente son fundamentales para racionalizar los tiempos que los ni?os y adolescentes dedican a disfrutar del ocio¡±.
El fil¨®sofo Gregorio Luri, buen conocedor del mundo educativo, tambi¨¦n defiende la importancia del juego, pero sobre todo la experiencia de la aventura. Seg¨²n Luri, ¡°esta destreza, es esencial para el desarrollo equilibrado del ni?o. Lo sabemos muy bien quienes hemos tenido la inmensa suerte de crecer en un pueblo. Pero la vida en las grandes ciudades no deja espacios para la libertad l¨²dica del ni?o y hasta la posibilidad de aventura est¨¢ programada. Hay ni?os de 5 a?os ¨Cun estudio reciente lo comprob¨® en Catalu?a- que caminan menos de un kil¨®metro diario¡±.
Los especialistas insisten en que los padres no deben pensar que el ni?o pierde el tiempo cuando juega. Y tambi¨¦n en que si deciden apuntar a sus hijos a actividades extraescolares, que estas sean siempre del agrado de su hijo. Nora Rodr¨ªguez, pedagoga, fundadora de HappySchoolsIntitute y autora del libro Neuroeducaci¨®n para padres, insiste en que ¡°lo interesante no es pensar en actividades por nivel formativo, sino que sean grupos heterog¨¦neos. Es muy importante que los m¨¢s peque?os aprendan de ni?os m¨¢s mayores, estas relaciones favorecen que los de menor edad despierten su cerebro social. Para las etapas en las que cursan Educaci¨®n Infantil y Primaria, las mejores actividades son aquellas que se desarrollan al aire libre, l¨²dicas, que se realicen en espacios amplios, con buena luz, y dentro del ¨¢mbito creativo, donde intervenga el movimiento. Durante los estudios de Educaci¨®n Secundaria, las extraescolares deber¨ªan ser aquellas en las que destaquen el placer por crear y dar forma a proyectos. De esta manera, los j¨®venes desarrollan sus ideas en grupo, su visi¨®n del mundo, haciendo uso de sus habilidades sociales y donde puedan compartir con otros sus talentos para un proyecto com¨²n. Esta es una ¨¦poca en la que construyen su identidad y necesitan sentir lo que cada uno puede aportar. M¨¢s que actividades a esta edad habr¨ªa que pensar en proyectos tem¨¢ticos¡±.
Eva Marina proporciona una serie de consejos para que los padres sepan elegir la opci¨®n m¨¢s adecuada para sus hijos, independientemente de que la disciplina est¨¢ relacionada con el ¨¢mbito acad¨¦mico, deportivo o creativo.
1. Atender a los intereses del ni?o y tambi¨¦n a su temperamento. Aunque sean actividades que nos ayudan a cuadrar nuestra agenda, debemos dejar que ellos elijan entre la oferta disponible. Tenemos que tener en cuenta que es momento de ocio de los ni?os y que tiene que ser satisfactorio para ¨¦l. Lo mismo pasa con su personalidad: hay ni?os muy activos y ni?os tranquilos; unos son t¨ªmidos y otros se comen el mundo. No hay dos ni?os iguales y, por lo tanto, van a integrarse mejor en un tipo de actividades que en otras. El grupo de teatro del colegio puede ser fant¨¢stico, pero no para todos.
2. Evitar la sobresaturaci¨®n de la agenda del ni?o. Como los adultos, los ni?os necesitan descansar, tener tiempo para jugar con sus amigos, hacer deberes, charlar con nosotros o incluso aburrirse. Es conveniente dejar al menos un par de d¨ªas sin actividades extraescolares.
3. No obligarle a ir, si no le gusta. Aunque hay que encontrar un punto medio entre animarle a perseverar y saber cu¨¢ndo no merece la pena que contin¨²e con esa actividad. Muchos padres optan por llevarle a una clase a probar durante unos d¨ªas.
4. Si vemos s¨ªntomas de cansancio, de insomnio, nerviosismo o decaimiento, posiblemente el ni?o no pueda con todo. Es necesario que estemos atentos a cualquier s¨ªntoma de estr¨¦s infantil.
5. Tambi¨¦n es importante saber a d¨®nde acudir. Aparte de las iniciativas privadas, hay dos instituciones que se encargan de proporcionar a los ciudadanos estas alternativas educativas y de ocio: la escuela y los ayuntamientos. Antes de realizar la matr¨ªcula es conveniente conocer a la persona encargada, su capacitaci¨®n profesional y el planteamiento pedag¨®gico que tiene esa actividad.
6. Lo importante es que los ni?os aprendan, pero tambi¨¦n que disfruten en estas actividades, que les motiven, se sientan a gusto, con la sensaci¨®n de que progresan. Que poco a poco vayan consiguiendo adquirir la motivaci¨®n de logro, un recurso muy eficaz para enfrentarse a los retos del futuro con m¨¢s garant¨ªas. Y, sobre todo, entender que son nuestros hijos los que van a realizar esta actividad con independencia de nuestros intereses, nuestros viejos proyectos y nuestras peque?as renuncias.
7. Evitar actividades extraescolares de refuerzo de los contenidos escolares. Los ni?os pasan muchas horas en el colegio y posiblemente tengan deberes cuando lleguen a casa.
A veces, la frase "yo solo quiero lo mejor para mis hijos", se confunde con qu¨¦ es lo que verdaderamente necesitan. Y olvidamos que la sobrecarga de obligaciones y tareas diarias puede llegar a crear estr¨¦s y ansiedad emocional. Por eso, la directora de Universidad para Padres subraya que ¡°tanto profesores como padres debemos hacer un esfuerzo para racionalizar ¡°las agendas¡± de los ni?os y adolescentes. El descanso, el juego e incluso el aburrimiento son necesarios para su desarrollo intelectual, emocional y social¡±.
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