La centrifugadora
En una mesa se deber¨ªa negociar sobre cuestiones socio-econ¨®micas; en otra, abrir un debate constitucional
Tenemos dos debates superpuestos. Uno es el acuerdo de gobierno. Un pacto f¨¢cil. La inmensa mayor¨ªa de la C¨¢mara se pondr¨ªa de acuerdo en las pol¨ªticas concretas que debe llevar a cabo la Administraci¨®n Central del Estado en esta legislatura. Unos tirar¨ªan hacia un lado, otros hacia otro. Y pactar¨ªan un punto medio. Pero existe otro debate para el que, de momento, no hay lugar de encuentro: el pacto sobre las reglas de juego. La reforma de la arquitectura del Estado divide a los partidos. Para desbloquear la situaci¨®n, debemos separar esos dos debates.
Y los partidos se empe?an en mezclarlos. Empiezan hablando de pol¨ªticas centr¨ªpetas en las que, como en la reforma laboral o fiscal, los partidos pueden converger hacia el centro. Pero a?aden en la discusi¨®n pol¨ªticas centr¨ªfugas, que, como la estructura territorial del Estado o el idioma vehicular en la educaci¨®n, polarizan. En lugar de atraer, repelen a potenciales aliados.
Ha sido el problema b¨¢sico de los dos pactos frustrados, el acuerdo PSOE-Ciudadanos de febrero y el PP-Ciudadanos de agosto. Su inconveniente no era que no sumaran una mayor¨ªa parlamentaria. Sino que un¨ªan elementos ¡ªmuchos, de hecho¡ª que sumaban y otros ¡ªpocos, pero suficientes¡ª que restaban. Las pol¨ªticas sociales del acuerdo S¨¢nchez-Rivera podr¨ªan haber gozado de un fuerte apoyo parlamentario, am¨¦n del entusiasta aplauso que recibieron de activistas y expertos fuera de las Cortes. Y las pol¨ªticas econ¨®micas del pacto PP-Ciudadanos har¨ªan las delicias de agentes econ¨®micos e inversores extranjeros. Una combinaci¨®n de ambas pol¨ªticas, enriquecidas con las aportaciones de otras formaciones parlamentarias, podr¨ªa servir de base para un Gobierno liberal y progresista. A la danesa.
Pero Dinamarca no tiene una Catalu?a. Si en un pacto de gobierno incluimos blindajes constitucionales que producen rechazo en otras fuerzas, ser¨¢ dif¨ªcil sumar. La soluci¨®n pasa por separar las mesas de discusi¨®n. Sent¨¦monos en una mesa a cerrar un pacto de gobierno sobre cuestiones socio-econ¨®micas. Y en otra a abrir un debate constitucional. No lo metamos todo en la centrifugadora. @VictorLapuente
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