¡°Corrupto¡±, el insulto m¨¢s denigrante
Una juez sostiene que la vinculaci¨®n de cualquier persona con casos de corrupci¨®n tiene ¡°una repercusi¨®n medi¨¢tica muy importante y un efecto demoledor¡±
Injurias, amenazas y vejaciones son delitos que han encontrado en Internet un fabuloso caldo de cultivo. A estas alturas todav¨ªa hay gente que sigue creyendo que en la Red impera la ley de la selva y que en foros, chats o redes sociales se pueden verter todo tipo de barbaridades impunemente. Apelar a la libertad de expresi¨®n para justificar riadas de improperios y dardos hirientes contra el honor de una persona sigue siendo un recurso habitual. Pero la libertad de expresi¨®n tiene l¨ªmites muy claros.
Al igual que en el mundo f¨ªsico, tambi¨¦n en el ciberespacio la intromisi¨®n ileg¨ªtima en el derecho al honor acarrea consecuencias penales y econ¨®micas (en forma de multas e indemnizaciones a las v¨ªctimas). Las ofensas en la Red son especialmente nocivas y da?inas. Todo lo que all¨ª se vierte tiene una repercusi¨®n infinita, como acaba de dictaminar la juez que ha visto el caso de los insultos aireados en varias webs contra la periodista de Televisi¨®n Espa?ola Almudena Ariza. Sostiene la juez (primera instancia) que lo que se publica en Internet permanece ¡°casi de manera indestructible e imperecedera¡±, como se puede comprobar con una simple b¨²squeda a trav¨¦s de Google o de otros motores similares. Adem¨¢s, las piezas que recalan en la Red suman incalculables visitas y adquieren un eco de alcance global.
A la hora de insultar hay adjetivos especialmente perniciosos y denigrantes. Uno de los peores es llamar ¡°corrupto¡± a alguien. La juez lo explica. Dice que teniendo en cuenta el momento pol¨ªtico y social que nos toca vivir en la actualidad, con abundantes procedimientos penales por prevaricaci¨®n, cohecho, malversaci¨®n de caudales p¨²blicos, tr¨¢fico de influencias, delitos fiscales..., la vinculaci¨®n de cualquier ciudadano con casos de corrupci¨®n tiene ¡°una repercusi¨®n medi¨¢tica muy importante y un efecto sobre su persona demoledor¡±.
La corrupci¨®n, que salpica a pol¨ªticos, altos cargos de la Administraci¨®n, familiares del Rey, poderosos exbanqueros, reputados artistas o famosos deportistas, es ¡°un tema de extrema sensibilidad en el presente momento¡±, seg¨²n la juez. Se dir¨ªa que hoy en d¨ªa no hay nada m¨¢s humillante, ultrajante o que provoque m¨¢s descr¨¦dito que llamar a alguien ¡°corrupto¡± (¡°que se deja o ha dejado sobornar, pervertir o viciar¡±, dice la RAE).
A Ariza, el documentalista Artur Balder la llam¨® en varias web ¡°enchufada¡±, ¡°manipuladora¡± y ¡°corrupta¡± despu¨¦s de que la periodista declinara utilizar un v¨ªdeo de dicho autor para ilustrar un reportaje. Y siendo que, a tenor del fallo, ninguno de esos t¨¦rminos se sustenta en datos, investigaciones o sospechas de ilegalidad por parte de la periodista, la juez condena al documentalista a indemnizarla con 30.000 euros. La cantidad es bastante inferior a los 100.000 que reclamaba Ariza, pero se ajusta a las indemnizaciones que ha venido aplicando el Tribunal Supremo para casos de intromisiones ileg¨ªtimas en el honor o la propia imagen de personajes p¨²blicos. Al margen de la cuant¨ªa, lo importante es que estos, al fin, comprueban que los insultos tienen precio.
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