?Ante el atasco paciencia? No, mejor un smartphone

Imaginemos que pudi¨¦ramos volver atr¨¢s y redise?ar el transporte urbano desde el principio. ?C¨®mo ser¨ªa? Desde luego, no como es hoy.

Para empezar, probablemente nadie dise?ar¨ªa un sistema en el que el medio de transporte m¨¢s com¨²n le cuesta decenas de miles de euros a cada ciudadano y que est¨¢ inactivo el 96% del tiempo. As¨ª es, los coches se utilizan s¨®lo un 4% del d¨ªa y son una de las posesiones m¨¢s caras de las familias europeas. Y eso es s¨®lo una parte del desperdicio. Pasamos una gran cantidad de horas a la semana sentados detr¨¢s del volante de un coche. La congesti¨®n causada por el uso de todos esos coches individuales hacer perder a Europa 100.000 millones de euros al a?o en productividad.

La buena noticia es que hay una alternativa a un mundo que cada d¨ªa se parece m¨¢s a un aparcamiento y que se mueve como un gran atasco en hora punta. El uso de las nuevas tecnolog¨ªas, desde smartphones a coches sin conductor, nos brinda la oportunidad de organizar la movilidad urbana de una manera m¨¢s eficiente y m¨¢s sostenible para las futuras generaciones. Y no es que haya que volver a empezar de cero. Tan s¨®lo tenemos que ser m¨¢s inteligentes en el uso de los recursos que existen hoy en d¨ªa en cada una de las ciudades del mundo.

S¨ª, estoy hablando de coches, de transporte p¨²blico, de bicicletas e incluso de ir a pie. Diferentes estudios han demostrado que el transporte compartido complementa al resto de tipos de transporte. La gente que usa aplicaciones de trayectos compartidos como Uber tienden a tener menos coches y a usar m¨¢s el metro, el autob¨²s o la bicicleta.

En muchos lugares, el transporte p¨²blico es la forma m¨¢s eficaz de trasladar a millones de personas por la ciudad. Pero esta red no puede llegar hasta la puerta de casa de todo el mundo sin miles de millones de euros de inversi¨®n adicionales, algo que no todas las ciudades pueden permitirse. Es por ello que incluso en una ciudad como Berl¨ªn, que cuenta con una gran red de transporte p¨²blico, el 45% de sus ciudadanos asegura que prefiere moverse en coche, en comparaci¨®n con el 22% que opta por el transporte p¨²blico.

Recogiendo a pasajeros all¨ª donde el metro les deja, la pr¨¢ctica de los trayectos compartidos ampl¨ªa el alcance del transporte p¨²blico sin coste adicional para el contribuyente. Hemos visto a personas usar Uber en ciudades de todo el mundo para hacer los trayectos de la primera milla hasta el trabajo y los de la ¨²ltima milla hasta casa. Por ejemplo en Londres, durante la hora punta de la ma?ana, alrededor del 30% de los viajes con Uber terminan a 200 metros de una estaci¨®n de metro o de tren.

Las nuevas tecnolog¨ªas tambi¨¦n han hecho posible el compartir veh¨ªculos. Conseguir que m¨¢s personas vayan en menos coches puede parecer una idea antigua, y de hecho lo es. Tanto que se remonta a la crisis del petr¨®leo de los a?os 1960 y 1970. Pero los smartphones nos han dado una nueva oportunidad. Aplicaciones como Uber pueden conectar de manera inmediata a gente que va en la misma direcci¨®n y al mismo tiempo. Los conductores comparten el viaje y los costes. Este modelo se ha revelado como una manera muy eficiente de reducir la congesti¨®n y la contaminaci¨®n. En los primeros siete meses del 2016, uberPOOL ha reducido las emisiones de carbono en 55.560 toneladas, ahorrando m¨¢s de 23 millones de litros de combustible.

A largo plazo, se trata de ofrecer una alternativa viable para los due?os de veh¨ªculos privados. Conseguir un transporte para moverte por la ciudad es m¨¢s barato y m¨¢s f¨¢cil que buscar tus llaves, las direcciones, tu coche o un espacio para aparcar. Entonces, ?por qu¨¦ tener un coche?

Los coches sin conductor ayudar¨¢n a llegar antes a ese futuro en el que en las ciudades hay m¨¢s espacio para parques, colegios y hogares, y menos congesti¨®n. De hecho, un estudio reciente de la OCDE descubri¨® que se pod¨ªa reducir el n¨²mero de coches en la carretera en un 90% o incluso m¨¢s. Los coches sin conductor tambi¨¦n mejorar¨¢n dr¨¢sticamente la seguridad en la carretera. M¨¢s de 1,3 millones de personas mueren en accidentes de coche cada a?o, muchos de ellos como consecuencia de un error humano. Una tragedia que la tecnolog¨ªa puede ayudar a resolver.

Un futuro mejor est¨¢ a nuestro alcance. Contamos con la tecnolog¨ªa. Ahora s¨®lo falta una regulaci¨®n inteligente que lo haga posible. Muchas de las normativas actuales, como por ejemplo la espa?ola, dificultan compartir coche en la ciudad. Aquella ciudad que permita modelos de transporte compartido ser¨¢ un ciudad en la que la gente pase menos tiempo en un atasco o buscando sitio donde aparcar; una ciudad en la que la gente gaste menos en coches o en desplazamientos, y una ciudad en la que se viva y se respire mejor.

Travis Kalanick es CEO y Co-Fundador de Uber