?ltima oportunidad
La UE tiene en el TTIP ocasi¨®n de relanzarse y reequilibrar el sesgo global hacia el Pac¨ªfico
Estamos llegando al ¨²ltimo cuarto de hora. Si en los pr¨®ximos d¨ªas se paraliza el avance hacia la firma del Tratado comercial y de inversiones (TTIP) entre EEUU y la Uni¨®n Europea (UE), habremos perdido una gran oportunidad de relanzar la econom¨ªa. Porque tras el final del mandato de Barack Obama todo ser¨¢ m¨¢s dif¨ªcil.
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Y sin embargo, el mal augurio probablemente se convertir¨¢ en realidad. La culpa ser¨¢ de la perversa alianza de facto entre el ¡ªpretendidamente izquierdista¡ª populismo antiglobalizaci¨®n (y antiamericano) y la ultraderecha xen¨®foba, proteccionista, eurohostil (y antiamericana).
Ambos se oponen al TTIP, lo han convertido en chivo expiatorio de una globalizaci¨®n por ahora injusta, y con una h¨¢bil campa?a han secuestrado a partidos de las corrientes centrales y Gobiernos en general sensatos. Pese a que la mayor¨ªa de los europeos siga a favor del tratado, seg¨²n las encuestas: m¨¢s de la mitad, por un tercio en contra. As¨ª que este es tambi¨¦n el secuestro de la mayor¨ªa democr¨¢tica a manos de las minor¨ªas callejeras.
Sorprende hasta qu¨¦ punto la demonizaci¨®n de la ca¨ªda de barreras a las transacciones, del est¨ªmulo a la inversi¨®n mediante la convergencia de est¨¢ndares y al cabo, del libre comercio, concitan apoyos populares. Porque la historia de la UE ¡ªuna historia de ¨¦xito pese al agarrotamiento actual¡ª, parte de esos principios econ¨®micos.
La libre circulaci¨®n, el mercado com¨²n y la uni¨®n aduanera afianzaron la cohesi¨®n de los seis fundadores. Fueron y son palanca de crecimiento, modernizaci¨®n estructural, acicate de competitividad e internacionalizaci¨®n productiva para los sucesivos socios, menos pr¨®speros: los del Sur, y tambi¨¦n los del Este. No es cuesti¨®n de creencias, sino de cifras.
Este es tambi¨¦n el secuestro de la mayor¨ªa democr¨¢tica a manos de las minor¨ªas callejeras
Son razonables algunas cr¨ªticas a las insuficiencias del liberalismo comercial. Sobre todo cuando este no es homog¨¦neo o cuando no se prev¨¦n medidas compensatorias para los sectores perdedores (siempre los hay), como se ha hecho en la UE mediante los fondos estructurales y de cohesi¨®n: estos han ayudado tambi¨¦n a cubrir el abismo de PIB per c¨¢pita entre viejos y nuevos miembros. Son razonables los lamentos sobre el car¨¢cter asim¨¦trico de la globalizaci¨®n: casi completa en el ¨¢mbito financiero, escas¨ªsima en lo impositivo (para¨ªsos fiscales) y nula en el social.
Por eso convendr¨ªa que el TTIP ¡ªal cabo, laboratorio de una nueva fase de globalizaci¨®n¡ª se acompa?ase de acuerdos fiscales y de una agenda social: en cada uno de los dos bloques, y en ambos. Porque lo que parece fuera de duda es que en lo econ¨®mico, el acuerdo desencadenar¨ªa m¨¢s crecimiento. Quiz¨¢ de un 1% adicional anual en la UE: por las proyecciones de las mejores investigaciones (Centre for Economic Policy Research, Fundaci¨®n Bertelsmann), aunque otros las pongan en duda; y por los resultados hist¨®ricos de otras experiencias.
Si eso es as¨ª en t¨¦rminos globales, b¨²squense las compensaciones adecuadas a los sectores particulares y minoritarios susceptibles de ganar menos o de perder, sea el c¨¢rnico-vacuno o la energ¨ªa verde. Pero rec¨²erdese tambi¨¦n que el statu-quo supone costes de oportunidad perjudiciales para muchos m¨¢s: desde las manufacturas tradicionales (textil, conservas) al agroalimentario y al oc¨¦ano de las pymes europeas.
Las nuevas barreras implantadas desde 2008 suponen casi el 5% del comercio mundial
El tratado en discusi¨®n posibilita tambi¨¦n una cu¨¢druple oportunidad que ser¨ªa insensato despreciar. Para reequilibrar la excesiva dependencia comercial de Europa respecto de s¨ª misma: 2/3 de sus intercambios se dirigen al mercado dom¨¦stico, y su relevancia con los emergentes es m¨ªnima. Para reforzar el eje Atl¨¢ntico, reequilibrando el actual desplazamiento econ¨®mico mundial hacia el Pac¨ªfico: desde la crisis de 2008, las exportaciones de EEUU a Asia han subido del 27,8% del total al 30,4%; y sus importaciones, del 39,2% al 44,7%.
Para contrarrestar los crecientes excesos proteccionistas: las nuevas barreras implantadas desde 2008 suponen casi el 5% del comercio mundial y casi un bill¨®n de d¨®lares. Y para rellenar parcialmente el vac¨ªo creado por la continuada imposibilidad -?quince a?os ya!-- de culminar la Ronda de Doha de la OMC de liberalizaci¨®n comercial. Abortar los acuerdos regionales paraliza los progresos asociados al intercambio.
Y si adem¨¢s pretenden so?ar, esa perspectiva servir¨ªa para reformular el famoso, y receloso, trilema de Dani Rodrik, por el cual debe renunciarse o a la soberan¨ªa nacional, o a la democracia, o a la globalizaci¨®n. ?Por qu¨¦ no pensamos en futuro? O sea: soberan¨ªa compartida; democracia supranacional, globalizaci¨®n equitativa. Si lo hacemos, el trilema se desvanece. Como conviene.
? Lena (Leading European Newspaper Alliance)
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