El secreto de Charlotte

Imag¨ªnese despertarse un d¨ªa y escuchar altavoces en veh¨ªculos militares que anuncian que parte de nuestros derechos, esos por los que nuestros antepasados lucharon e incluso murieron, son suspendidos porque siglos despu¨¦s siguen pereciendo personas por defender nuevamente la igualdad en una manifestaci¨®n. No obstante, si cabe, es todav¨ªa peor pensar que mucha gente contin¨²a falleciendo por el color de su piel en un pa¨ªs que vive en contradicci¨®n consigo mismo; en una ciudad, Charlotte, en la que su Consistorio, compuesto por cuatro concejales negros y ocho blancos, es representativo de la fractura social de una sociedad en la que el 35% de la poblaci¨®n negra no vota a concejales blancos y el 65% restante no vota a concejales negros. O Seattle, donde la polic¨ªa buscaba a un ¡°hispano¡±, que result¨® ser turco, acusado de la muerte de cinco personas. Mientras esto siga siendo as¨ª cabe pensar que nunca existir¨¢ una convivencia real y, en consecuencia, toda esa realidad inc¨®moda nunca resuelta, y simplemente enterrada, solo requerir¨¢ de una mecha para reavivarse. ¡°Debemos aprender a vivir juntos como hermanos o perecer juntos como necios¡±, dijo Martin Luther King.¡ª Antonio S¨¢nchez Varela, Vigo (Pontevedra).