15 fotosLa desesperanza de un lago secoEl Poop¨® serv¨ªa de sustento a 300 familias bolivianas. Hoy no queda ni una gota de agua Bolivia - 06 oct 2016 - 08:41CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceDe vez en cuando Braulio visita su barca estancada en la tierra salada y rememora esa vida de pescador, como lo fue tambi¨¦n la de su padre y su abuelo.En esta monta?a de redes, Braulio las toca, las levanta y las estira mostrando c¨®mo se rompen por el efecto del sol y el abandono. Los que dejaron sus barcas fue tambi¨¦n con la esperanza de que alg¨²n d¨ªa, como sucediera en los noventa, cuando el lago se redujo a una peque?as pozas y a?os despu¨¦s volviera a llenarse, podr¨¢n recuperar su vida de pescador. Sobre este coche ya en desuso, un manojo de paja con la que realizan artesan¨ªas las mujeres para traer algo de dinero al hogar. En esta casas de Llapallapani la familia decidi¨® reutilizar las redes para proteger su corral de los insectos y dem¨¢s animales salvajes. Muchos de los uru-muratos que viv¨ªan desde hace generaciones en Llapallapani, tuvieron que dejar sus hogares y a sus familiares all¨ª enterrados, en busca de un medio de vida. Las redes recuerdan el pasado pescador del lago.Ya no quedan peces en el lago Poop¨®, si acaso algunos insectos.Son tan pocos los vecinos tras esta tragedia medioambiental, que uno puede dejar olvidada a su triste sirena del lago y recogerla al rato. Algunos de los vecinos que decidieron permanecer en Llapallapani conservan la esperanza de que un d¨ªa el lago vuelva a llenarse.El agua que queda todav¨ªa bajo la superficie convierte a gran parte del lago en una extensi¨®n de fango. Enseguida se cristaliza la sal sobre las huellas, los utensilios o los cad¨¢veres recientes de aves. Natividad y su nieto recogen los restos de su casa derrumbada por falta de mantenimiento. En Llapallapani todav¨ªa usan el m¨¦todo tradicional para hacer sus casas de adobe. Adem¨¢s del cultivo de quinua, la ganader¨ªa a peque?a escala es otra de las salidas para estos ¨²ltimos pobladores. Braulio, con su vieja barca en el lecho seco del lago.