5 fotosSeis libros de esta semanaLa estudio de ?ngel Vi?as sobre los sobornos de Churchill y March a los generales franquistas, las cr¨®nicas de Svetlana Alexi¨¦vich sobre los hu¨¦rfanos bielorrusos o los relatos de Rachel Cusk sobre el amor 10 oct 2016 - 11:28CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceUn profesor les encarga a sus alumnos comentar un cuadro del Greco, no con ¨¢nimo de juzgarlo sino de sacar algo de ¨¦l. Les anima a escribir un relato a partir de la contemplaci¨®n de la obra: inventar una historia, ponerse en la piel del pintor o imaginarse que son uno de los personajes, incluso un narrador ajeno al asunto. El caso es que se metan all¨ª y olviden todo lo dem¨¢s: ¡°En cuanto vislumbren la idea, l¨¢ncense¡±, les aconseja. Un estudiante titula su ejercicio ¡°Lo que no se ve¡±, y redacta una relaci¨®n de cosas que quedan fuera de la vista.AnagramaEl periodista acostumbra rondar m¨¢s los palacios que los barrios, por mucho que entre sus principales cometidos figure dar voz a quienes no la tienen. Eso es justamente lo que ha hecho Svetlana Alexi¨¦vich en toda su obra, en la que cientos de personas comunes narran sus vivencias ¨ªntimas de algunas cat¨¢strofes del siglo XX: el accidente nuclear de Chern¨®bil, la invasi¨®n de Bielorrusia por las tropas alemanas en 1941, la Gran Guerra Patri¨®tica a trav¨¦s de los ojos de las mujeres rusas que decidieron ir al frente, las secuelas de la guerra de Afganist¨¢n¡ O el hundimiento de la URSS, que condujo al suicidio a cientos de comunistas desesperados.DebateA contraluz es una novela extra?a. ?Eso es bueno o es malo? Depende del tipo de lector que se enfrente a ella. A muchos escritores y lectores exquisitos les entusiasmar¨¢. A los lectores m¨¢s convencionales les producir¨¢ perplejidad. Su protagonista, una escritora inglesa, viaja a Atenas para participar en unos cursos literarios durante unos d¨ªas. En el mismo avi¨®n, en el viaje, comienza a hablar con su vecino de vuelo (que se llamar¨¢ siempre as¨ª: ¡°mi vecino de vuelo¡±), quien impudorosamente le cuenta toda su vida, la historia de sus dos matrimonios fracasados y las relaciones con sus hijos.Libros del AsteroideSylvia Molloy recuerda haber visitado a su abuela paterna poco antes de su muerte, a los cuatro a?os, pero no recuerda en qu¨¦ lengua le habl¨®. Nacida como hija de hijos de ingleses y franceses en Argentina, la autora habla tres idiomas desde su infancia con resonancias y afectividades distintas: el ingl¨¦s es la lengua del padre, la de la escolarizaci¨®n y la de una vida adulta vivida casi por completo en Nueva York; el franc¨¦s es la del desamparo ling¨¹¨ªstico de la madre (que no lo hablaba), las canciones de Charles Trenet, los estudios en Francia; el espa?ol es la de las conversaciones familiares, el pudor infantil, la ficci¨®n. Decidir en qu¨¦ idioma se dirigi¨® a su abuela paterna no s¨®lo es importante para determinar la naturaleza de su recuerdo, sino tambi¨¦n para trazar un ¨¢mbito, el de las incertidumbres del biling¨¹ismo.Eterna CadenciaLa bautizaron con un nombre muy rom¨¢ntico, The Cavalry of St George, aunque se trataba de una operaci¨®n que de rom¨¢ntica no ten¨ªa un pelo: sobornar a un buen pu?ado de generales y alg¨²n que otro civil con el prop¨®sito de evitar la entrada de Espa?a en la guerra que, por desgracia, como rezaba la orden de neutralidad dada por el jefe del Estado a todos los s¨²bditos espa?oles, enfrentaba a Alemania e Italia con Inglaterra. Caballeros de San Jorge eran, como ya dej¨® claro Denys Smith, los destinatarios de las guineas con que Gran Breta?a pagaba en el continente a quienes defend¨ªan en medio de las guerras sus intereses. En esta ocasi¨®n, el Gobierno de Su Majestad no se anduvo con taca?er¨ªas: millones de libras llenaron los bolsillos de los Varela, Aranda, Orgaz, Kindel¨¢n, Galarza, Asensio y el hermano Nicol¨¢s, entre otros, con la mediaci¨®n de Juan March, que Mercedes Cabrera dibuj¨® como maestro en el cultivo de relaciones financieras y comerciales con alemanes y brit¨¢nicos.Cr¨ªtica